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Creo que no sería necesario explicar lo que estaba pasando...
Nuestras ganas de habían desplomado en el momento que escuchamos la voz de Vegetta.
Ella se vestía con nerviosismo, yo estaba tranquilo, pero muriendo por dentro, siento que estoy por matarme.
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—¿Y si le dicen a mis padres? ¿Y si soy expulsada? Nono, esto es tu culpa.— me empujó.
—¿Mi culpa? ¿Estás loca? Si tú eres la que se puso encima, yo hubiera estado feliz con una hamburguesa.
—¡¿Querías una maldita hamburguesa?! ¡Regrésame mi virginidad, idiota!

Adelante mi paso. Que fastidio, no puedo con ella ahora.
Cuando iba a abrir la puerta del salón salió una chica con una sonrisa coqueta.

—Si me expulsan, te demando.
—A ver, te me vas calmando eh.

Al entrar pude ver a un vegetta risueño tallando de su boca una mancha roja. ¿Ellos estaban saliendo?

—Ya acabo el cachondeo al parecer.—nos miro y su risa había cesado.
—P... Por favor, no me castigue, haré lo que desee.— los ojos de nieves estaban llorosos, en cualquier momento explotaría.
—¿Y usted, joven Doblas? ¿Tiene algo que decir?

Me miro fijamente, podría asegurar que esos ojos morados podían ver a traves de los míos sin dificultad.

—Bueno... No tengo excusas para lo que pasó ahí, solo que no pienso perder.
—¿Cree que es correcto hacerlo en una zona pública?
—Pues, tan pública no es.—baje la cabeza.
—No comprendo...— Nieves miraba a ambos con confusión y podría decir que hasta con asco. 
—Señorita Carolina, tiene ya su segunda falta, pero el joven lleva varias. Me quedare a hablar con él.

Nos dió una última mirada a ambos y se fue. Yo cerré la puerta con llave, también cerré las cortinas.
Había indicado que me sentara enfrente suyo.
Al estar enfrente suyo empezó a reír.

—¿Por qué? ¿Por qué ahí?—su risa burlona me empezaba a confundir.
—¿De qué te ríes?
—¿Pensabas en mi cuando estabas con ella?

Puede que cuando me besara y tocará mi cuerpo quisiera que fuera él, que fuera él mientras me ordenara que hacer y como hacerlo.

—No.
—Siento que mientes.—Su pie viajo hasta el asiento del joven.
—¿Quién era la chica que salió de aquí?—Abrio más sus piernas.
—Akira, mi novia.—Presiono para hacer fricción sobre la ropa y el miembro del chico.
—¿Tienes novia? ¿Y aún deseas estar conmigo?
—Tú tienes a nieves.

Dolió.

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Nuestros colores.  {Rubegetta} 📌EN CORRECCIÓN📌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora