Nuestros colores. {Rubegetta} 📌EN CORRECCIÓN📌

♣11♣

Mi cabeza daba vueltas. Levantarme rápido no había sido buena idea.
Ahí estaba, tan serenamente. Parecía que no tenía preocupaciones.
Tomé mi ropa y me la puse rápidamente y salí por la ventana; faltaban media hora para mí primer examen de regulación y necesitaba un baño con urgencia.

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Mi pie temblaba por mi nerviosismo y ansiedad al estar en el primer asiento.
Éramos cinco en la clases todos de diferentes colores.
Estaba el verde que acosaba mi Mangel desde que llegamos; me miraba como si me quisiera matar.

—Buenos días colores.— entro un negro. —Soy tutor de historia.— cruzo sus brazos.

Minutos después entro un nervioso vegetta.

—Disculpad mi retraso.— sonrió y tendió la mano al negro.
—Vale más que aprobeis porque no pienso verlos aquí en un mes. —se retiro sin dar la mano. 

Vegetta arqueo su ceja derecha cuando vio que se alejaba.

—No hagan caso, hay colores con envidia y rencor.
—¿Qué acabas de decir?— se dió la vuelta.
— Que te largues, haces perder tiempo valioso a los chicos.

Cuando la puerta se cerró se dispuso a  tomar asiento en el escritorio mientras peinaba su cabello con los dedos.
De uno a uno nos fue nombrando para que pasáramos por el examen.

—Tienen treinta minutos exactos.— dió la espalda mirando el reloj.— si descubro a alguien copiando lamento informales que el examen será removido y roto, no tendrán oportunidad de aprobar su materia, se quedarán a tutorías tanto con Luzu y conmigo.— levanto su mano en forma de inicio.

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Quince minutos y ya tres habían terminado. Solo llevaba mi nombre, ¿Por qué hay exámenes tan difíciles?¿Que voy a saber yo quien es Porfirio Díaz? ¿Fue algo de España?

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—Señorita Caroline, felicidades, paso arrastrando los pies.—Le dió su examen en su mano.
—Gracias, De Luque.—Su rostro era nada más que pura seriedad.
—Te veo en cursos, lolito. —su examen estaba volteado y el chico golpeó la mesa.
—Felicidades Ruben, mereces un premio.—me guiño el ojo y sonrió.— eras el peor de la clase.

Todos salimos de apoco. Nieves se me había colgado por la espalda.

—¡Felicidades, guapo!, Ven conmigo, te daré tu premio.— tomo mi mano y como si su vida dependiera de ello me arrastró hasta un tipo de casa que se encontraba en una esquina del campus.

Al entrar todo era de diferentes tonos grisacios. Todo estaba tan bien mantenido.
Mi chica se estaba quitando la ropa frente mío. Se acercó a mi. Me empujó hacia el sillón y se posicionó encima mío. Hizo que pusiera mis manos en sus caderas.

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Tin tin tin.
Hasta la próxima. :)❤️