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Pov rubius

Historia era la peor materia, no entendía nada y me aburría fácil.
Como era costumbre pedí permiso para ir al baño antes de la participación obligatoria, pero al abrir la puerta una chica con ojos azules, baja de estatura y cabello rubio estaba posando con su mano hecha un tipo de puño, iba a tocar la puerta al parecer.

—¿Hola?
—Eh... Hola... ¿Esta la clase doce, quince, cuatro?—agacho la cabeza.
—Que mona. si, es está.

Me hice a un lado para que pasara y cerré la puerta pero me quedo ahí, esperando a oír su nombre.

•°•°•°•°•

Cada segundo con ella era agradable, era reconfortante y maravilloso. Tenía la risa más hermosa que había oído.
Sentía que me gustaba, ella parecía igual sentir algo por mi; según muchos esto se notaba.

°•°•°•°•°•°•°•

Las fiestas son aburridas sin compañía, pero para mí suerte ella estaba conmigo en cada paso hasta el momento.
La música al ser tan estruendosa decidí salir con ella, le encantaba la atención y los cariños.
Me acerque a ella, solo podía observar sus labios. Me besó. Me besó de una forma que nunca había pensando que se podía besar.
La voz del chico empezó a retumbar en mi cabeza, al instante me separé de ella observando como la camisa de vegetta era tan ajustada que podía lograr ver su abdomen marcado; su compañero subió su cierre... Sentí celos al ver la escena, pero lo que en verdad me había enojado ver cómo le guiñaba el ojo a mi chica. Estaba roja.
Me levanté para ir a buscarlo, la sangre me hervía.
Por supuesto... Estaba bailando con él.
Lo tome del brazo y lo lleve a la habitación de arriba.
Estaba tomado, pero sin embargo recuerdo que nos besamos...
Por un momento paso la idea de tenerlo encima mío. Pero estaba con mi nieves.
El mordió mi labio ligeramente haciendo que un gemido saliera de mi.
Salí de la habitación. Solo recuerdo estar en mi cama.

A lo que me lleva al hoy...
Me levanté de la cama y empece a caminar por los pasillos del instituto para llegar a la cafetería, estaba casi vacía ¿Y como no? Si eran apenas las nueve de la mañana de un sábado.
Recosté mi cabeza en la mesa blanca golpeándola con mis manos, estaba cansado y no tenía idea de porque.

“Sí, dicen que se beso con alguien, y no fue precisamente con alguien de su otro sexo”

“¿No estaba prohibido?

“que asco...”

Fue lo que lograba oír por algunas chicas... No sabía precisamente a que se referían pero no pude evitar conectarlo con mi escena con vegetta.

—¿Oíste los rumores?—Se acerco con rapidez.
—¿Cuáles, nieves?
—Dicen que alguien del comité se beso con alguien de otra color.

Me levanté de la mesa y corrí a mi habitación por mi celular.
Llame una... Dos... Tres... Cuatro... Cinco veces y no habían respuestas.
Me empezaba a frustrar, ¿Y como no lo había pensando? ¡Si él es el presidente del comité! ¡O sea! Soy subnormal.
Y si me transfiero al otro color.... No. Mi nieves está en el blanco junto a mi maje.

Nuestros colores.  {Rubegetta} 📌EN CORRECCIÓN📌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora