Nuestros colores. {Rubegetta} 📌EN CORRECCIÓN📌

♠14♣

POV Vegetta.

Akira iba rápido. Era un tornado apunto de tragarme con Miles de planes a futuro, parecía poco conciente que llevábamos apenas un mes estando juntos.
Y en este mes Rubius me había estado ignorando.
Cuando lo buscaba no me hacía caso, cuando quería tocarlo se apartaba.
Pero las noche en las que akira se iba él se ponía encima mío pidiendo desesperadamente que lo hiciera mío.
Las vacaciones se acercaban y está noche se inauguraba la zona neutra.

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Ocho con veinte.
Akira se veía envidiable, tal vez ella sería la sustitución de Frank en un futuro.

—¿Listo?— se me acercó para arreglar mi corbata.
—Solo te esperaba a ti.

Paso su brazo por el mío y caminamos hacia la casa. Enfrente de nosotros se encontraban Rubius y Nieves.

—Esa chica de enfrente, se rumora que está con un rojo.—susurro.
—Es imposible.
—¿Por qué? ¿La conoces?—su tono estaba cambiando.
—El chico a lado de él es su novio, ya los he encontrado antes.

Rodo sus ojos y no dijo una palabra más hasta llegar.
Di un pequeño discurso pasivo- agresivo para luzu y demás integrantes de la mesa que se opusieron a mi idea, rubius no apartaba la vista de Nieves. Akira coqueteaba con Willy, algo que no me preocupaba, no podía dejarme aunque quisiera, le convenía estar conmigo.
Al abrir las puertas, la gran parte de la gente que había venido no dudaron y se abrazaron. Todo era divertido, menos ver a mi chico con otra persona.

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Pov Rubius

Esa chica. Esa chica que no le convenía a vegetta. Esa chica que hacía que mi sangre hirviera y mi humor cambiara.
Ponía su pierna encima de la vegetta con descaro sin importar quién la viera, ¿En serio esa clase de chicas le gustaban? Hasta yo tengo más clase.

—Cariño, mira. — apunto a la chica.—ella es de quién te hablaba. 

Me arrastró hacia la pareja.

—Hola, supongo que ahora si me puedo presentar, soy Carolina, curso en J.
—¡Claro! Tú eres la chica que paseó a mi perro—soltó una risa.

Las chicas se fueron a conversar a otro parte, me resigne y me senté a lado de vegetta el cual miraba a otra dirección.

—Hola.—dije.

Me tocó la pierna dos veces y salió de la casa. Eso significaba que quería que lo siguiera.
Espere unos minutos y salí de igual manera, recorrí con la miraba a todos lados. Mire su pañuelo violeta con orillas blancas tirada en el piso.
Camine atrás de la casa sin antes recoger el pañuelo y ahí estaba.

—Pense que no vendrías.
—Capaz querías ver a tu novia.
—Estas perdiendo Doblas.
—No eres lo suficientemente encantador.
—¿Hace dos noches no lo fuí?— me tomo del saco y me atrajo hacia él.
—Eso no cuenta. 
—Yo creo que sí, no pedías más por nada.

Sus manos recorrían mi espalda mientras me acercaba a su rostro para besarlo. Estoy conciente de que si alguien nos ve justo ahora es posible que nos expulsen a ambos; pero el estar en la zona "prohibida" junto a él era excitante.

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