~Capítulo 7~

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Addie se preguntó por unos instantes cómo sería un encarcelamiento en un sitio como aquel, pues el concepto que tenía se reducía a la cárcel de la cual Sam le había hablado —y quien desgraciadamente la conocía bien gracias a que su padre se hallab...

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Addie se preguntó por unos instantes cómo sería un encarcelamiento en un sitio como aquel, pues el concepto que tenía se reducía a la cárcel de la cual Sam le había hablado —y quien desgraciadamente la conocía bien gracias a que su padre se hallaba preso hace un año— y no era precisamente un buen concepto. Así que al oír estas palabras provenientes de Layson, sintió que un terrible mareo la abrumaba y un escalofrío recorrió su espina dorsal.

—¿Y cuál es la probabilidad de que sea la segunda opción? —preguntó ella luego de un funesto y frío silencio.

Kasla le dedicó una mirada molesta a Layson antes de dirigirse a ella una vez más.

—No creo que mucha —respondió con una sonrisa efusiva, la misma sonrisa que su madre ponía cuando Addie le pedía esclarecer algún tema un poco oscuro o simplemente no apto para su corta edad—. Hyrod es fuerte.

—¿Ah, sí? —volvió a interrumpir Layson, cruzando sus brazos y haciendo una mueca de desagrado—, ¿y entonces por qué motivo no ha vuelto en todo este tiempo? A mí tampoco me agrada la idea que hayan tomado a Hyrod, pero debemos ser realistas y de ser necesario añadir esto a nuestros planes.

Kasla arrugó la nariz y por unos segundos Addie pensó por su rostro colorado y sus puños apretados que le gritaría al chico e incluso llegaría a golpearlo, y sin embargo; eso no sucedió, y Kasla solamente soltó un gran y extenso suspiro, y llevó su mano hasta su sien para masajearla.

—De acuerdo —murmuró—, haz lo que creas conveniente. Mientras me llevaré a Addie de aquí para que pueda dormir y comer.

Ella no respondió y cuando Kasla le dio una señal para que la siguiera, lo hizo, y caminó con cierta lentitud hasta el umbral de la puerta, siguiendo hasta la salida de aquella choza tan particular y curiosa, aunque se detuvo cuando Kasla lo hizo a la orilla del sendero.

—Aguarda un poco —le pidió ella, haciendo volver su sonrisa con más brillo—, alguien nos vendrá a recoger. Y sé que te sigues preguntando algunas cosas, así que puedes preguntar lo que sea, no te preocupes.

—¿Por qué hacen sus reuniones aquí? —Addie interrogó, pues era un lugar tan oscuro y callado que a ella jamás se le habría ocurrido como opción.

Kasla pareció pensar en una respuesta.

—Es un sitio que cualquiera pasa desapercibido. Y lo que buscamos es justamente eso.

—¿Y todos ustedes... son jóvenes? Es decir, ¿por qué no hay adultos?

—Eso se debe a que muchos de ellos están obligados a servir al rey de una u otra manera, algunos por amenazas o por sus situaciones económicas, hay otros más que están de acuerdo con todo esto, o, en su defecto, tienen miedo de hacer algo —Kasla se encogió de hombros—, y nosotros... Puede decirse que no tenemos mucho que perder, ya nos quitaron nuestra libertad y nuestra elección de vida.

Addie Bagler Y La Maldición Del Sueño © #1 [COMPLETA]Where stories live. Discover now