CAPÍTULO 4: UN BUEN VECINO

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 Dedicado a todos aquellos, quienes le han hecho un huequito en su gusto a esta historia, sobre todo a mis perritas y zorritas,  repito sera muy corta, pero entretenida 😉

Tae fregaba la loza usada en su cena con rabia, sentía que ahora detestaba más que nunca a su vecino, no solo por su falta de inhibiciones y de respeto, sino por sus comentarios homofóbicos que solo buscaban provocarlo y desquitarse lo ataques—¿ósea que por ser gay debería necesitar de su polla? —lo más humillante para él era haber flaqueado, incluso fantaseado con aquel idiota fanfarrón, cosa que obviamente no supo disimular, porque el hombre lo usaba en su contra.

Estaba tan distraído que no se dio cuenta cuando el agua del fregador se estaba botando—¡Mierda, no otra vez! —para cerrar con broche, de oro su lavaplatos volvía a taparse. Buscó lo que necesita y trasteó todo nuevamente bajo el mueble, liberando un poco la tubería para eliminar la obstrucción, él no era plomero, pero se asistía de Naver.

Al terminar estaba muerto de cansancio, agotado de las fotos, la plomería y la discusión con su querido vecino, así que después de asearse durmió como un bebé toda la noche.

Jin por su parte después de la ducha, se tiró solo en toalla sobre la cama, con los brazos bajo su cabeza, y es que no dejaba de pensar en la tonta discusión con su vecino. El no planeaba reclamarle el chapuzón — bueno... ayer sí estaba algo molesto— pero luego hasta gracia le causó. Además ¿porque le reclamaría? si el chico tenía razón, no estuvo bien intentar coger en el balcón, nunca debió dejarse llevar y tampoco era cierto lo de los medicamentos para la gripe, él solo quería acercarse para limar asperezas, entablar una mejor relación y quizás conocerlo un poco más, era lo que él había deseado desde el principio.

Todo se había ido a la mierda, y ahora el chico no solo estaba molesto por sus citas, sino que por su boca zafada había quedado peor, lo que le dijo no había sonado para nada al piropo que quería decirle, consiguiendo que lo aborreciera aún más.

Y ahora lo había orillado a irse, cuando quería exactamente lo contrario, con el riesgo además de quedar como un enfermo obsesionado con el sexo, delante de los padres de YoonGi, porque de eso no lo iba bajar el fotógrafo, cuando se reunieran el próximo fin de semana. Tendría que hablar con su amigo antes de eso, para aclarar las cosas y con rapidez, porque ya era lunes. Aun sin vestirse entre tanto razonamiento, el sueño lo abrazó, bostezó y pronto ya estaba con morfeo.

Tae dormía bocabajo profundamente y a la distancia en su sueño podía escuchar a Tannie ladrándole. Poco a poco los sonidos en el sueño se volvieron cada vez más reales. Dándose cuenta de que no era un sueño, cuando sintió los lengüetazos de su bebé en la cara y sus ladridos en el oído, despertó a regañadientes sentándose sobre su cama y restregándose los ojos con fuerza para asimilar la luz.

—Tannie... ¿Que pasa bebé? ¿tienes hambre? —

Miró su mesita de noche y el reloj marcaba las 7 am, sacudió su cabeza confundido, su Yeontan jamás lo despertaba a esa hora por hambre, miró a su mascota, tomándola para llevarla sobre la cama, pero le llamó la atención las patitas mojadas del can.

—¿Te hiciste pipí dentro de la casa? —

El perrito le respondió nuevamente con otro ladrido fuerte, por lo que empezó a sospechar  que no se trataba de era eso. Bajó de la cama dejando el perro en el piso, se calzó de pantuflas y cuando bajaba las escaleras, paró en seco, llevándose las manos al rostro y observando horrorizado cómo su casa estaba prácticamente inundada.

El agua llegaba casi hasta los cojines de los sillones y amenazaba con empezar a subir las escaleras, una gran cantidad de agua salía por los resquicios de las puertas, pero no era suficiente para drenarla completamente, con pánico observó como algunas de sus cosas flotaban, incluso la camita de Yeontan. Si Tae dudaba que su estancia en esa casa había sido mala, ahora no tenía dudas.

MI QUERIDO VECINO  [JinTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora