Un as bajo la manga.

1.1K 162 56
                                    

***
Cuando se acercaba la hora acordada para el enfrentamiento, Bakugou se escapó de su casa por la ventana de su dormitorio y, una vez fuera, se dirigió al lugar acordado.

Nada más llegar, pudo notar que la iluminación del parque era bastante tenue; además las casas no estaban demasiado próximas al lugar.

"Ese bastardo tenía bastante estudiada esta zona. Parece que no es tan estúpido como creía."-Pensó Katsuki.

El rubio cenizo se quedó parado en la entrada durante unos instantes con el fin de poder ver dónde estaba Shindou, pero no conseguía verle.

"Seguramente esté más al fondo, voy a  buscarle."

Se adentró en el parque, sin miedo,  pues para Bakugou; Yō no era un gran rival. Sin embargo sí que era consciente en el hecho de que tampoco debía bajar la guardia con él.

Conforme fue avanzando, se hacía más evidente que allí había alguien más.

"¿Dónde estará?"

Entonces, cuando pasó cerca de una fuente, comenzó a notarse un temblor en el suelo.

"Está aquí."

-Hola, Bakugou. Tiempo sin verte, ¿qué tal estás?-Le preguntó Shindou con tono burlón desde la oscuridad.

-Déjate de tonterías y sal para que acabemos esto cuanto antes.

-No, antes quiero hablar.

-¿De qué?

-De por qué me hiciste esto y acerca de la persona que te ayudó, ¿no la has traído contigo?.

-Sabes muy bien por qué lo hice y, con respecto a la segunda pregunta, yo no necesito que nadie me ayude para darle una paliza a un payaso como tú.

-Ja, ja, ja. Eres muy gracioso, así que ahora soy un payaso, eh.

-Lo has sido desde el primer momento.

-Vaya, sí que tienes agallas para insultarme con tal ligereza. Creo que esa hora de que empecemos, ¿no te parece?

-Sí, no quiero perder más tiempo contigo.

Shindou lo miró desafiante.

-Muy bien, tú lo has querido.

Se pusieron en posición y comenzaron a pelearse. Shindou puso sus manos en el suelo para después decir:

-¡Sacudir!

Bakugou sabía cual era su técnica, así que, se impulsó con la ayuda de sus explosiones.

-¡Con este kosei tuyo, no me vencerás!-Gritó acercándose a él.

-Lo sé pero, tengo un as bajo la manga; ¿sabes?

-¿Cómo dices?

En ese momento, Yō sacó de los bolsillos de sus pantalones, lo que parecían ser unas extrañas canicas azabaches. Seguidamente, y sin que Katsuki pudiera evitarlo, las bolas negras fueron hacia él. 

Intentó alejarlas con sus explosiones, incluso huyendo de ellas, pero era inútil. No se detenían.

-¡¿Qué pasa, Bakugou?! ¡¿Tienes miedo?! ¡Apuesto a que sí! JA, JA, JA.

"Maldito."-Pensaba Bakugou mientras veía a las dichosas canicas cada vez más cerca de él.

El rubio cenizo corría y corría, creyendo que conseguiría zafarse de ellas, sin embargo; le acabaron atrapando.

-¡Mierda!-Exclamó cuando se vio atrapado por ellas.

Katsuki quedó apresado, totalmente empequeñecido, en una canica resultado de la unión de unas cuantas de ellas. 

Una vez atrapado, la canica fue directa a las manos de Shindou.

-Al fin te tengo, ahora te llevaré conmigo. Vas a pagar por lo que hiciste, Bakugou. Tu suerte se terminó.-Dijo el chico mirando la negra canica que tenía entre sus manos.

A continuación, se guardó la canica en un bolsillo delantero de sus pantalones y se marchó a casa.

***

Shindou llegó a su casa, un poco tarde pero daba igual porque sus padres estarían ausentes durante unos días y los aprovecharía para martirizar y aprovecharse de Bakugou. Era lo que menos podía hacer, al fin y al cabo ese chico le había jodido el futuro.

Yō fue a su habitación y lanzó la canica hacia su cama, dando como resultado que Katsuki saliera de ella en su tamaño real. El rubio cenizo se hallaba semiinconsciente así que, habiendo sido él previsor, ató sus muñecas y tobillos a los correspondientes extremos de la cama.

-Ya está, ahora sólo falta esperar.-Dijo mientras miraba a Bakugou, sentado en una silla que situó al lado de la cama.

Shindou tuvo que esperar durante al menos un hora hasta que Katsuki despertó.

-Al fin despiertas, bello durmiente~

-Tsk, maldito bastardo...¡Suéltame!-Gritó intentando zafarse de las ataduras.

-No lo haré, al menos hasta que perpetué mi venganza.

-¿Y qué vas a hacer? ¿Me vas a matar?

-No, te haré sufrir. Es lo que te mereces.

Lo primero que hizo fue poner sus manos sobre la cama y decir: "Sacudir" . Para que ésta se moviera violentamente.

-¡Paraaaa! ¡Me estoy...!

Katsuki no pudo decir nada más pues se estaba mareando. Su agonía duró unos quince minutos, terminó hecho polvo.

-Ja, ja, ja. Es divertido verte así, Bakugou. Cuando te recuperes, pasaremos a algo más interesante.-Dijo mirando con satisfacción al chico inconsciente sobre su cama.

Yō salió de su habitación y fue a la cocina para comer algo, más tarde volvería con Katsuki.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

You can't resist Daddy after all.[Kiribaku]Where stories live. Discover now