Despedidas.

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NARRA RUBIUS.

Hoy es el día en el que Luzu, Auron y Vegettita tenían que irse y bueno... no estaba feliz por eso. Trate de convencer a Vegetta que no se fuera, pero es algo imposible, pero lo bueno de todo esto es que nos veríamos pronto para la boda de Willy.

-¡Cabezón! ¿Dónde has dejado mi sudadera negra?.- Pregunto Vegetta enojado.

-Aaaah... no lo sé, Vege. Creí que ya la habías guardado.

-Ah, vale, no lo recordaba ¿Puedes darme la camiseta que traes puesta? Es mía.

-Me dejarás desnudo si no la llevo yo, Samuel. Dejame ésta.

-Vale, Chiqui, quedatela.- Dijo por fin cerrando su maleta y sentandose a un lado de mi en la cama.

-Será mejor que nos vayamos ya o perderé el vuelo.- Luzu ya se había adelantado, probablemente ya estarían sobre el avión.

-¿Es una opción que no subas a ese avión?.- Pregunto haciendo un puchero.

-Pues claro, tontito, pero no puedo perderlo, así que vamos, cambiate ya. Auron debe estar esperandonos.

Cuando termine de arreglarme para salir todos cogimos nuestros lentes de sol, nos colocamos una gorra y salimos de casa.

Vege iba conduciendo así que yo me dispuse a poner música a tope. Auron quien se encontraba en los asientos de atrás se dedicó a insultar mi música.

-¡Dime por queeeeé tú me dejaste marchar char char!.- Cante de la manera más animada posible ya que note a Vegettita algo triste, y esto sacó una sonrisa de sus labios.- You know i love so, so, so, so. That's why i am here tonight. So put your hands up, Why shouldn't i flow, flow, flow, flow.

-Vaya mierda de música.- Dijo el calvo tóxico.

-Creo que alguien esta de mal humor porque Luzu se fue ya.

-Calla, que pronto estarás igual.- Dijo riendose.

Cambie de canción y seguí cantando junto con Auron hasta que llegamos a el aeropuerto. Bajamos las maletas y caminamos hacia el punto donde llamarían a el vuelo de Samuel y Auron.

Pero ví otra vez a Vegetta desaminado.

-Ey.. ¿Qué pasa?.-Dije cogiendo el rostro de Vegetta con mis manos para acercarnos más.

-Iré a comprar algo para el vuelo.- Dijo Auron yendose para dejarnos solos.

-No quiero irme, Rubius.- Dijo y aunque no viera sus ojos sabía que estaba apunto de llorar. Así que lo abrace, haciendo para atrás con cuidado las gorras que llevabamos. Pero la de Vegetta cayó al piso, rapidamente la levante y se la volví a poner.

-Tranquilo, Vegettita, pronto nos veremos, y sabes que cuando quieras podemos llamarnos, no dejare de mandarte mensaje, hasta podemos hacer videollamadas por Skype. Si te apetece mañana hacemps directito de Karmaland, haremos que esto funcione, De Luque.

-Es que paso algo incríble, Rubius. Pase los días más felices de mi vida y ahora tengo que volver a la normalidad no tan guay.- Dijo separandose de mí, para poder verme.

-Yaa... yo tampoco quisiera que esto termine, oh ya sé, mira yo prometo marcarte todos los días, sin importar la hora.

-A mi si me importa la hora, Cabezón. Yo no me desvelo como tú, yo para las 11 ya tengo que estar dormido.

-Ooh... cierto, te marcaré temprano. Lo prometo, también prometo siempre mantenerte al tanto de mi vida.- La verdad es que yo también estaba triste por Vegetta, pero él tiene su vida allá, no puedo hacerlo sentir mal por irse, pero estaba verdaderamente triste.

¿ESTO ES REAL?   #Rubegetta.Where stories live. Discover now