break out © [español]

prólogo

La sangre chorreaba del rostro seguro e impasible de la joven. Él la miró, desde una ventana de la que solo podía verse desde su lado, pues hacía de espejo del lado contrario. Confundido y asustado, preguntándose cómo y por qué una chica tan joven y raquítica aguantaría semejante golpiza.

Totalmente contenida de un ataque de rabia por las personas detrás suyo, más mafiosos insensatos alrededor estaban en aquel cuartucho. No había una pizca de miedo en la chica, sabía que al ser entregada a cualquier persona, sin importar la fuerza de ésta, porque de alguna manera u otra, ella podía deshacerse de cualquier comprador. Ya lo había hecho muchas veces, y las mismas veces la habían vuelto a capturar.

Y con la irracionalidad de ellos, estaba la locura de ella. Volviéndose en contra de todo, por las ganas de vivir en paz. O quizá solo morirse en paz.

—Saquen a la mercancía y preparenla para despachar. —Le dijo el dueño asiático de la organización que estaba subastando personas.

—Ah, Lee. Te voy a extrañar. —Dijo la chica cubierta de sangre propinando un cabezazo en la mandíbula del hombre, que chilló de exasperación. Los hombres de atrás volvieron a agarrarla rápidamente, ya que no pudieron detenerla.

—Mira maldita loca, sal de mi vista y no quiero volverte a ver a tí o a los compradores de los que te escapaste pidiéndome un reembolso. —El hombre golpeó la mejilla de la chica, que agarrada por los brazos se balanceó para adelante y escupió sangre en los carísimos zapatos de Lee. Rió macabra, la sangre seguía chorreando y un puñetazo no le iba a hacer nada con los golpes que llevaba.

—¡Sáquenla de mi vista! —Rugió Lee, limpiando sus zapatos cuero probablemente hecho por un diseñador.

Los hombres agarraron a la chica que reía sin parar, totalmente estallada. El chico que vió toda la escena se convenció totalmente de que éste lugar era tan oscuro y retorcido como lo parecía desde afuera. Salió del cuartucho, donde hombres tomaban whiskey y espectaron lo que pasó allí sin siquiera inmutarse, como si lo vieran todos los días.