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Valentina se alegró de que ninguna de sus compañeras había intentado seguirla. Ella había cruzado la calle al pequeño parque. Valentina siempre vino aquí cuando necesitaba pensar. Y tenía mucho en que pensar.

Sabía que debía darle una oportunidad a Juliana, pero eso era demasiado difícil. Cuando miraba a la chica, veía la misma cara que había leído sus mensajes de texto privados delante de toda la cafetería. Eso es una razón para estar así con ella ¿cierto?

Pero al mismo tiempo, la Juliana que había aparecido de pie delante de su puerta parecía completamente otra persona. Las cuatro amigas sabían que algo iba mal pero no tenían idea de que era.

Valentina gimió, se sentó en un banco del parque, llevando las manos hacia arriba para peinar su pelo. Levantó la cabeza pausando un momento de peinarse. Un puñado de margaritas a lo largo del camino captó su atención. Era un milagro que siguiese sobreviviendo, considerando como se habían cerrado cuando llegó el invierno. Inmediatamente inspiró, Valentina saco su cuaderno de dibujo de la mochila y sujetó el lapicero en medio de sus dientes mientras buscaba una hoja limpia.

La razón por la cual Valentina amaba dibujar era porque podía capturar la esencia de cualquier momento. Ella disfrutaba tomándose su tiempo para observar el sujeto que iba a dibujar, quería saber cada curva, cada sombra, cada parte luminosa, cada pequeña imperfección. Así era como encontraba la belleza en las cosas.

Empezó con el tallo curvo de las margaritas, asegurándose de que los puntos de luz provenientes del sol estuviesen rodeando las flores. Su lápiz que rasgó contra aquel papel grueso, trabajando a una velocidad impresionante. Su pelo colgaba delante de su cara y se tomó el labio inferior entre los dientes en forma de concentración.

Su mano se congeló cuando miró hacia arriba. Su vista de las flores había sido tapada por una figura. Valentina instantáneamente reconoció su camisa.

"Juliana, ¿qué estás-?" La voz de Valentina se apagó cuando Juliana se dio la vuelta agarrando un ramo de flores. Las flores que Valentina estaba dibujando ahora estaban recogidas en la mano de Juliana. La chica más pequeña parecía más que satisfecha de sí misma y alzó las flores para que Valentina las viese.

"Las encontré." Juliana sonrió ampliamente, caminando hacia Valentina y prácticamente llevándole las flores a la cara. Valentina espetó empujando las manos de Juliana fuera de su cara, lo que causó que las flores cayeran al suelo.2

"Ouch." Juliana murmuró agachándose y recogiendo cada flor una a una, levantándolas al sol como si estuviese comprobando que estuviesen bien. Valentina cruzó los brazos y se colocó delante de la chica.

"¿Por qué elegiste esas?" Valentina resopló cerrando su cuaderno de dibujo y llevándolo de nuevo a su mochila. Juliana se puso de pie y se llevó las flores al pecho, abrazándolas.1

"Eran bonitas." dijo mirando las margaritas y riéndose.

"Si, ¿sabes qué?" Valentina preguntó sin esperar ninguna respuesta. "Las has matado." la chica de ojos azules señaló el trozo de césped en el cual habían estado las flores.3

"¿Qué?" Juliana murmuró. "Oh." murmuró de nuevo sacudiendo su cabeza.

"Algunas veces necesitas mirar las cosas bonitas desde lejos." Valentina suspiró. Como si no estuviese ya frustrada, esto hacia las cosas peor.14

Juliana levantó la mirada del césped y miró a los ojos de Valentina por un momento.

"¿Cómo tú?" Juliana preguntó inclinando la cabeza como un cachorro confuso.91

Valentina simplemente rodó los ojos.5

"Adiós, Juliana." murmuró. Agarró su mochila y alejándose sin que la chica pudiese responder. Juliana miró a Valentina alejarse hasta que la chica no era más que un punto en la distancia.

YELLOW, BLUE & GREEN (COMPLETA)- Adaptación JuliantinaWhere stories live. Discover now