15:⡠﹞𝘴𝘢𝘥 𝘩𝘪𝘤𝘤𝘶𝘱﹝⠢🏳

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Una persona promedio tarda solamente cuarenta segundos en enamorarse, cuarenta segundos en los que le entregas completamente tu corazón a una persona que, tal vez, y solo tal vez, nunca habías visto en tu vida, cuarenta torturosos segundos que probablemente se convertirían en días, meses o hasta años de sentir revoltijos en el estómago cada vez que esa persona ríe..Y Choi Yeonjun, era una persona promedio, y se había enamorado perdidamente de un pequeño rubio en El Caribe, se había enamorado tanto de sus virtudes como de sus defectos, y esa había sido probablemente la mejor semana de su vida. Pero no todo duraba para siempre, y eso era lo que más le dolía en su ahora débil corazón, lentamente se ponía sus prendas, una camiseta negra y unos jeans ajustados contrastaban ahora perfectamente con sus azules cabellos, todas sus extremidades temblaban por la conversación que tendría con el rubio dentro de unas horas.

Con temor tomó su teléfono para verificar si tenía algún mensaje, y sus instintos no fallaban.

1 nuevo mensaje de Pequeño♡

-Tengo miedo de reprobar :/-

Esbozó una pequeña sonrisa al ver el chat del menor en la pantalla de inicio.

-Lo harás bien, envíame un mensaje en cuanto termines-

-Bien, ¿haremos algo más tarde?-

No sabía que era, pero algo golpeteó fuerte su corazón, tal vez era el miedo, o la emoción, quien sabe.

-Claro, pero en cuanto salgas debo hablar contigo..mañana será el mejor día♡-

-¿Por qué lo dices?-

-Concéntrate en el examen, te diré en cuanto salgas, ¡Suerte!-

Con manos temblorosas guardó su teléfono en sus bolsillos junto con su billetera y llaves, luego dirigió su paso hacia la terraza de su habitación, y con nostalgia observaba como dentro de unos minutos el sol se escondería detrás del océano. Le recordaba a cuando su madre también venía a este lugar, solían nadar con los peces junto a su padre, para luego ir a almorzar en la gran mesa del comedor, seguido de esto, tomaría helado mientras sus padres observaban el atardecer. Para Yeonjun quedaba más que claro que esa rutina había quedado descartada, y ya era un adulto, finalmente podía decidir que haría con su vida...pero tenía miedo, miedo por el "que harás si..", miedo a la pérdida y al dolor, su cabeza estaba realmente estallada, realmente amaba a Beomgyu..pero su madre, lo necesitaba, ¿Verdad? Sin mencionar el hecho de que su padre no dejaría que se quedara allí, haciendo cosas gays en El Caribe, o por lo menos así pensaba Yeonjun que lo diría.
Suspiró cansado, agobiado por sus pensamientos, en cuanto se dió cuenta ya había pasado una hora a solas con su mente, era demasiado para pensar y muy poco tiempo, así que simplemente se dejó llevar por pas agujas del reloj, observó nuevamente su celular en busca de alguna señal de vida de Beomgyu, y en la bandeja de entrada pudo ver un mensaje.

-¡Aprobe! Te dije que no necesitaba suerte-

Esto último hizo sonreir al contrario.

-Es cierto, no la necesitabas..salgamos a cenar-

-Bien, iré a casa a cambiarme y vamos a la feria-

-Te veré allí-

Dicho esto, bajó las escaleras con su teléfono en manos, se dirigió hacia la cocina donde su padre ya no estaba, mucho mejor, pensó mientras agarraba un helado de agua sabor chocolate de la nevera.
A su vez, encendió la tv para poder ver las noticias o algo por el estilo, aunque sus ojos se desorbitaron al ver la primera plana.

"Accidente en el parque de diversiones Sweet Candy, Feria de Sabores cerrada.."

Estaba boquiabierto, ¿era esa la misma feria que había recorrido junto a Beomgyu?, sea como sea, debía verificarlo, por lo que al terminar su paleta tomó las llaves y corrió hacia la gran senda peatonal, recorrió montonares de gente y hasta pensó que se había perdido nuevamente entre los varios senderos, pero finalmente llegó, pero a medida que observaba el lugar, un creciente vacío se expandía en su interior. En la rueda de la fortuna, a la que se había subido junto a Beomgyu, una de las pequeñas cabinas permanecía casi destrozada contra el piso, estaba rodeada por una gran multitud, varias patrullas de policía y dos ambulancias, y a Yeonjun no le costó adivinar que aquella cabina había caído desde lo alto, y prácticamente quedó paralizado al ver varios enfermeros subir personas rápidamente al vehículo, gente con llorando a su alrededor, una escena simplemente escalofriante a ojos del peliazul.
Luego de varios minutos, con manos temblorosas se dirigió hasta el pequeño lugar donde había cenado aquel día junto a Beomgyu, en busca de respuestas, fuese la que fuese, aunque al llegar solamente se encontró con varios rostros de los empleados del lugar, algunos estaban con lágrimas escurriendo por sus mejillas, mientras que otros simplemente se mantenían inexpresivos, sin apartar la vista de un punto fijo y sin moverse se sus lugares, como si de estatuas se tratase. Todo era lo bastante loco como para dejar estático a Yeonjun, pero no se asustó tanto hasta que vió una tan conocida cabellera rubia corriendo hacia él con lágrimas recorriendo todo su rostro, y sin pensarlo un segundo también corrió hacia él, lo envolvió en sus brazos lo más fuerte que su cuerpo le permitió, los sollozos del menor ahora escondido en su hombro no cesaban bajo ningún punto, y eso empezó a inquietar al peliazul, no quería abrir la boca hasta que Beomgyu se calmase, pero tal parecía que necesitaba más que un simple abrazo.

-¿Qué sucedió?..-

-Yeonjun, D‐Darren..él..- Apenas podía contener los sollozos, hipaba cada vez más y su respiración desequilibrada le impedía modular apenas dos palabras.

El más alto le agarró las mejillas con ambas manos, obligándolo a que lo mire, sus ojos ahora cristalizados y rojos lo observaban con un indescriptible vacío en su interior, sus labios entreabiertos filtraban algo de aire a la vez que temblaban al ritmo de su exhalación. Yeonjun se encontraba perdido, sin algún plan en mente, no sabía que había ocurrido y la ansiedad lo estaba haciendo agonizar, pero con delicadeza apoyó su frente con la del contrario, susurrando las palabras -Aquí estoy- a medida que ambos cerraban los ojos, poco a poco la respiración del rubio se calmó, con los pulgares limpió los rastros de lágrimas aún en sus húmedas y coloradas mejillas. Seguía hipando, pero menos intensamente, y ahora miraba a un punto fijo, Yeonjun intentaba leer sus ojos, buscaba alguna pista dentro de aquellas bellas y profundas orbeez avellana, pero la suerte no estaba se su lado, solo encontraba nada más que vacío, así que con cuidado buscó las palabras indicadas.

-Cuéntame que sucedió, estoy aquí..- Dijo mientras volvía a acercar el pequeño cuerpo del rubio hacia el suyo, lo abrazó por la cintura esperando una respuesta, fuera la que fuera, y se sintió aunque sea un poco más liviano cuando el rubio le rodeo el cuello con sus brazos.

-Fue Darren..de todos los que estaban aquí fue él..estaba hablando con un hombre de otro puesto, y cuando estaba volviendo a la parrilla, algo falló en la rueda de la fortuna, y una de las cabinas cayó sobre él..-

El peliazul, verdaderamente se esperaba todo, menos aquello, era repentinamente inesperado, y sumamente triste, teniendo en cuenta la amistad que Beomgyu tenía con Darren, y aunque el no tenía realmente ninguna relación con el, su corazón permanecía paralizado ante el rostro tan pero tan triste del rubio. No acotaba palabra alguna, y la ausencia de una respuesta solo puso al más bajo más nervioso, su cuerpo entero temblaba hasta con la más mínima brisa.

-Dios mio, por favor dime que el no..-

Pero la única respuesta que recibió fue un sonoro sollozo por parte del rubio, que intantáneamente se aferró a él en busca de un soporte, lágrimas y más lágrimas de derramaban mientras que Yeonjun daba leves palmadas sobre su espalda, esperando por lo más preciado que tenía que pronto se calmara, simplemente no soportaba ver en ese estado a Beomgyu, se había acostumbrado a su habitual sonrisa contagiosa, y a sus tantas bellas facciones, pero realmente no podía ver al pequeño joven frente a él con lágrimas desplazándose por sus mejillas, sollozando cada vez mas fuerte, y con los brazos enredados al cuello del mayor, se encotraba débil y sin fuerzas, y solamente tenía a su única, aunque más fuerte contención junto a él.

୧ *·˚ ʲᵘˢᵗ ᵃⁿᵒᵗʰᵉʳ ˡⁱᶠᵉ┆↰ 𝘠𝘦𝘰𝘯𝘎𝘺𝘶Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ