05- Primer caso

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Fernando

Ya me encontraba en el ¿gimnasio? ¿Escuela? No sé cómo podría llamar a este sitio. El lugar es pequeño, como dos salones de clases juntos. Las paredes se basaban más en ventanas que en pared. Unas sencillas gradas estaban adornando una esquina del lugar. Pude visualizar desde mi posición a una chica pelirroja con el cabello corto sentada allí.

Bajo la mirada fijándome en un grupo de chicos dando clases, unos 20 podría decir yo, específicamente se encontraban dando patadas y tirando puños hacia el aire en perfecta sincronía.

Interesante.

En la primera columna logro ver a Susan, su cabello se encuentra completamente suelto moviéndose al ritmo de sus bruscos golpes. Puedo notar desde la distancia su rostro algo sonrojado por el calor o cansancio, pero aun así se ve linda.

Me dirijo hasta donde se encuentra la otra pelirroja en las gradas, tiene un celular en la mano y sonríe mientras escribe algo. Al llegar a su posición me siento a una distancia prudente, no quiero parecer un acosador.

Si mi memoria no me falla esa debe ser Jenifer, la reconozco por sus marcadas pecas, por lo que veo se hizo un cambio de look en el cabello. Su parecido con Susan es innegable, podría jurar que hasta parecen gemelas.

Giro mi vista una vez más hacia Susan, se ve tan concentrada en sus movimientos, nunca creí que le gustara este tipo de actividades. Pensé que estaría en baile o algo así. ¿Eso quiere decir que ella puede derribarme en cualquier momento? seria chistoso ver eso. Es tan pequeña, no creo que podría.

― ¿Fernando? ―me giro de inmediato, veo como Jenifer se acerca a mí― así que sí viniste ―sonríe― con cámara y todo ―me regala un sonoro beso en la mejilla. Ok, ¿esta confianza desde cuándo? Me quedo viendo su rostro fijamente, no parece tener malas intenciones, sólo espero que no lo vuelva a hacer.

― ¿Eres su hermana? ―señalo a Susan con la cabeza.

― Sí ―se acerca un poco más a mí― ¿eres su novio?

Su pregunta hace que mi corazón se acelere, sé que no es así, pero la idea me causa un tipo de alegría que no había sentido antes. Vamos Fernando es una desconocida, no puedes estar poniéndote como estúpido.

― Sí... ―una sonrisa se me escapa de los labios. Veo como sus ojos se abren exageradamente mientras se cubre los labios con su mano. ¿Le dije que sí? Imito su gesto mientras empiezo a negar― Digo, no, no somos nada, nada de nada, ni amigos, sólo conocidos, los conocidos sólo han hablado una vez o se han visto de lejos, sí, eso ―sonrío con nervios ¿qué fue esto? Neuronas funcionen por favor.

Veo como sonríe mientras asiente para sí misma― te ponía a prueba solamente ―muerde su labio inferior― al parecer eres digno de ella.

Alzo una ceja confundido― ¿digno? ―esas mismas palabras dice Susan, parece ser un término común en su familia.

― Sí, no te conozco, no me conoces, pero pareces buena persona ―alza los hombros― va a ser interesante ver cómo evoluciona todo ―asiente de la nada― fue un gusto conocerte ―extiende su mano.

La sigo viendo confundido, no me dijo absolutamente nada ¿por qué tanto misterio?― explícame bien ―tomo su mano por cortesía― ¿qué es eso de digno? ¿Qué va a evolucionar? ―ladeo la cabeza.

Sonríe aún más― pierde el chiste si te lo digo, con el tiempo lo averiguarás ―se da la vuelta― ya sus clases terminaron, dile que la esperaré en la casa ―toma sus cosas y empieza a alejarse.

Volteo a ver nuevamente hacia donde estaban practicando, pero esta vez, en efecto, todo se encuentra casi vacío. Alcanzo a ver a Susan hablando con un hombre de unos 40 años, se ve enojada ya que hace ademanes con las manos y golpea el suelo con su pie repetidas veces. Bajo de las gradas comenzado a dirigirme hacia ellos, cada vez la conversación es más audible para mí.

Mi Amor En Tiempos De Cuarentena [Terminada 🧠] [Editada🧠]Where stories live. Discover now