17- Confesiones

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Fernando

La sorpresa invade todo su lindo rostro por completo, pero es reemplazado casi al instante por emoción pura.

Una bella sonrisa se extiende por sus labios mostrándome esos alineados dientes blancos. Su cabello está completamente recogido en moño alto con una mezcla de rizos y trenzas que llegan hasta su cadera. Viste ese lindo vestido amarillo con lunares blancos, exactamente el mismo vestido que quería comprarle un tiempo atrás, he de admitir que queda perfecto en ella. Además, tiene unos grandes aretes con forma de soles y un collar con un diseño extraño.

Está hermosa.

Feliz cumpleaños terremotito ―sonrío de medio lado.

Alza la mirada y asiente muchas veces sonriente, me imagino que viendo a Jenifer con ilusión. Toma la laptop entre sus manos y se dirige hacia su cama.

―Pensé que lo habías olvidado ―toma el ramo de flores y las acaricia― ¡Son de papel! Dios, son muchas ¿las hiciste solo?

Me le quedo viendo unos instantes antes de responder. Se ve tan feliz, su mirada tiene un brillo que no había antes. Como si dos estrellas se escondieran en ellos.

Niego despacio― Nunca se me olvidaría tu cumpleaños, pero sabes, las cosas buenas siempre llegan al final ―guiño un ojo con fingida arrogancia― mentira, es que quería tenerte para mí solito, así que decidí esperar a que todas las felicitaciones y llamadas pasaran ―muerde su labio inferior emocionada― Isaac me ayudó con las flores, pensé que unas reales podrían hacerte daño―-saca una del envoltorio con extremada delicadeza― me dijiste que te gustaba el amarillo, así que decidí hacerlas de ese color.

Fue un largo trabajo. Isaac dañó mucho material ya que es un asco con las manualidades y pues, yo tampoco soy un experto que digamos.

El departamento estaba lleno con restos de papel y salpicaduras de pegamento. Aún es un desastre, pero limpiare mañana.

―¡Hasta tienen tallo! ―lo examina muy de cerca― no puedo creer que hiciste todo esto para mí ―se lleva una rosa a la nariz y cierra su ojos― ¿es perfume?

Evado su mirada con vergüenza― le rocíe un poco de mi perfume, para que te acuerdes de mí cuando las tengas cerca.

Cierro los ojos unos instantes. Unas intensas ganas de cubrirme el rostro me invaden, no puedo creer que se lo dije.

―Un memorial de tu olor, recuerdo que cuando estábamos en el centro comercial y me abrazaste tenías este aroma. Creo que fue lo que me tranquilizó un poco ―la volteo a ver― no sabes cuantas ganas tengo de abrazarte en este preciso momento.

Muerdo mi labio inferior con fuerza. Yo tengo tantas ganas de acariciar su perfecto rostro y besar sus delicados labios rosados― quisiera lo mismo. Cuando te vea no te soltaré otra vez ―vuelvo a evadir su mirada. Sí lo quería decir, pero es vergonzoso confesar este tipo de pensamientos "al frente" de la chica que te gusta.

―Yo tampoco te voy soltar nunca ―Sonrío aun sin verla― Fernando mírame, quiero ver tus ojos ―obedezco de inmediato. Al hacerlo me encuentro con una Susan más roja que una fresa. Su labio inferior tiembla un poco así que supongo que está nerviosa, tanto como yo.

¿Qué nos pasa?

La veo humedecer sus labios despacio. Yo como buen idiota me quedo viendo el movimiento con absoluta atención, como si fuera la mejor cosa que haya presenciado en mi vida.

Y lo es.

La veo asentir para ella misma mientras coloca el ramo a un lado de ella. Toma el platito con el dulce y lo lleva hasta la altura de su rostro. Su semblante cambia de inmediato, ya vuelve a ser la Susan normal― ¡Tu famoso dulce de chocolate! ―asiento ante su chillido― "Sustalker" ―niega― te perdono sólo porque está escrito en amarillo.

Mi Amor En Tiempos De Cuarentena [Terminada 🧠] [Editada🧠]Where stories live. Discover now