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Fernando

―Susan, ya te dije que no sé patinar ―me quejo por tercera vez en el día.

―Dijiste que lo haríamos cuando me recuperara y ya estoy bien ―hace un tierno puchero como una niña pequeña.

―Corazón, sé lo que dije, pero resultó ser más complicado de lo que creí ―me sostengo con más fuerza del barandal. Debo admitir que si fuera una bicicleta yo fuera feliz, la sé dominar excelente. Pero patines... esto es del diablo, con cualquier cosa uno se cae.

Voltea los ojos divertida mientras sonríe. La veo alejarse dando vueltas una y otra vez, es experta en esto. Se ve que le gusta mucho.

―Amor ven ―estira su mano hacia mi dirección― patinemos juntos.

Sus palabras me obligan a aferrarme con más fuerzas del barandal― ven tú cariño, yo no puedo hacerlo ―musito aterrado.

―Si no vienes me iré sin ti ―gira una y otra vez, su cabello vuela despreocupadamente gracias al viento― y sabes que lo haré.

Aflojo un poco mi agarre estirando mi mano hacia ella― ayúdame por favor ―suplico― admito que me asusta hacerlo solo ―se gira en mi dirección, sonríe lo más que puede mientras asiente y se acerca despacio.

―Nada te cuesta decir que algo te asusta, puedes confiar ―se para al frente de mí ― puedes confiar en tus padres, Isaac y hasta en Jenifer, ella te tomó mucho cariño.

Sonrío con ternura― ¿y en ti no? ―hago en intento de tomar su rostro, pero de inmediato pierdo el balance así que me vuelvo a sostener con fuerza.

―¿Sabes que te amo mucho no? ―aprieta sus mejillas haciendo una mueca rara.

―Lo sé linda, también sé que nos vamos a casar ―sonríe con timidez.

Baja la mirada mientras comienza a mecerse de un lado al otro ―Sabes, quiero tener dos perros, uno llamado sol y el otro verano ―decide pararse a mi lado― unos huskys, son como lobos, son muy lindos.

Comienzo a reír― tú y tus nombres raros, en verdad te gusta mucho el verano ¿por qué no las otras estaciones? ―mira hacia el cielo dejándome apreciar más sus pecas gracias a la luz del sol.

―En primavera me daba mucha alergia, en otoño todas las plantas mueren y en invierno el frío me hacía una mala jugada, además no me gusta la navidad ―frunce el ceño― Santa nunca cumplió mis deseos ―Muerde su labio inferior― El verano era perfecto para mí, nada me hacía daño, el sol acariciaba mi piel, la brisa era muy fresquita y todos se animaban por las vacaciones. Bueno, ahora puedo disfrutar todas las estaciones, será divertido ―Sonríe.

Detallo su perfil una vez más.

Su nariz es gordita y pequeña, como una fresita creo, ya que ahora mismo se encuentra roja al igual que sus mejillas. Sus labios son tan rosados al natural, como si constantemente usara labial, pero no es así. Sus cejas son gruesas y rojizas, ahora mismo están despelucadas y una que otra sobresale del grupo. Esas pequitas salpican su rostro despreocupadamente, tan tenues que a lo lejos no pueden apreciarse, pero allí están.

Ella es tan linda.

Alzo una ceja curioso― ¿qué no te cumplió Santa? ―me voltea a ver inocente― Creí que serías amante a la navidad para ser sincero.

Frunce sus labios― Me incluiste es estereotipos cliché ―Bromea― Cada año hasta los 8 le escribí una carta pidiendo estar sana, yo quería dejar de usar el inhalador o hacer ciertos tipos de actividades ―señala su pecho a la altura de lo que supongo sus pulmones― tuve que esperar muchos años para lograr ese objetivo y gracias a Santa no fue.

Mi Amor En Tiempos De Cuarentena [Terminada 🧠] [Editada🧠]Where stories live. Discover now