Dicen que los escritores románticos y con buena imaginación siempre aprovechan el 14 de febrero para contar una linda historia de amor. Es que a veces sacar tu lado cursi tiene su ventaja, aunque aquí, entre flores y corazones, también encontramos f...
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―Dime... ―contesto el teléfono usando el manos libres porque estoy en la computadora, terminando con el retoque de unas fotografías para las publicaciones que tienen que salir esta semana en una de las cuentas que lleva la agencia de publicidad en la que trabajo.
―¿Mer, puedes soltar la computadora dos minutos mientras hablamos?
―¿Cómo sabes que estoy en la computadora? ―comienzo a buscarlo a mi alrededor, pensado que está aquí mismo en el estudio, al no verlo observo mi cámara web para verificar si está encendida y no me he dado cuenta de que he aceptado una vídeo llamada. Negativo el procedimiento.
―Tu tono lo dice todo, ese "dime" lejano de que estás oyendo y no escuchando nada, lo conozco muy bien. Y el ruido de las teclas también te delata―. Rio por lo que me dice, claro que me conoce.
―Dame diez segundo mientras guardo... ―Diseñador gráfico que se respeta tiene un obsesión compulsiva y convulsa con el comando Ctrl+S―. Soy toda atención para ti.
―¿Mer, que día es hoy?
―Martes doce de febrero, ¿por? ―Inmediatamente comienzo a repasar todas las fechas importantes y cumpleaños en mi mente, reviso que no haya olvidado la fecha del cumpleaños de su madre o de alguno de sus hermanos, mi mente me dice que no he olvidado nada de eso, y los avisos de cumpleaños en mi celular lo confirman. Salvada.
―Estamos a dos días de tu fecha "conmemorable"―. Seríe al otro lado de la línea por su propio tono de sarcasmo.
―¡Oh Dios, Tavo! No vamos a empezar de nuevo con eso este año. Cariño, llevamos dos años juntos, sabes bien que para mí el día de San Valentín es un día más en el calendario. Créeme, no soy devota del santo.
El rompe a carcajadas, lo que me hace sonreír, me encanta escucharlo de esa forma y amo a un más verlo; con toda intención miro el reloj, son las cuatro de la tarde, faltan dos horas para que termine de trabajar, muerdo mis labios considerando soltar todo más temprano para poderme reunir con él.
―Nah, ya estoy curado en salud contigo respecto a ese tema. Solo lo hice por molestarte, sabes que me encanta hacerlo. ¿Qué harás a lo que salgas del estudio?
―¿Sabes? Es un poco espeluznante que sin estar junto a mí, sepas en qué parte de mi apartamento estoy y que hago, ¿o es que soy muy predecible?
―En lo absoluto, pero sé cómo eres de responsable con tu trabajo, más en estas semanas.
―Bueno, eso no es mi culpa, el mercado y la publicidad aman con adoración el día de San Valentín. Y tu chica trabaja en ese medio... Mmm, ¿estás saliendo del gimnasio? ―pregunto, sabiendo que tiene su práctica de natación y que ya debe estar por culminar.
