A la segunda

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Caracas

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Caracas

Oficina principal Bufete de Abogados Graterol & Manzanares.

―Buenas tardes, si es tan amable tengo cita con los abogados Graterol Junior y Manzanares ―le indico a la chica que se encuentra en el mostrador del bufete.

―Buenas tardes, señora Gómez, la están esperando ―me informa con una amable sonrisa en su rostro, realmente el personal de este bufete es muy cálido, aun así decido realizarle una pequeña, pero importantísima acotación.

―Es Miranda Sanoja, ya el Gómez no me opaca ―le aclaró, ella se sonroja apenada y continua sonriente.

―Seguro que sí. Disculpe, señora Sanoja, siga adelante, los licenciados la esperan.

Al entrar, me encontré en la habitual mesa, en el centro de la habitación, a los abogados, el señor Graterol, representando a mi "querido" esposo, y a Manzanares; representándome a mí. Luego de los saludos, prosiguieron una vez más a ponerme al tanto del motivo de la reunión.

―Lamentamos hacerla venir hasta aquí, un día como este, y tan tarde, pero como sabe, el señor Gómez nos ha solicitado una nueva reunión para escuchar su decisión sobre la oferta que se mantiene para su proceso de divorcio.

―Señor Graterol, no es nada nuevo lo que me informa, imagino que mi abogado aquí presente le pondría al tanto de mi decisión, la respuesta sigue siendo no.

―Él quiere que reconsidere su respuesta, quiere culminar ya con el proceso, debo acotar, a modo personal, que se encuentra impaciente y agobiado por la situación...

―Disculpe, abogado, ¿pero sabe qué es lo que más me llama la atención de que el "agobiado" señor Gómez no ha mencionado en ninguna de las tantas reuniones de estos dos años? ¡A nuestras hijas! Realmente no he visto ninguna cláusula sobre la custodia o cuidado de ellas, pero lo que si veo es que quiere quedarse con lo que me he esforzado en ganar arduamente, le duele en su orgullo herido porque lo he pateado de mi vida sin ningún tipo de remordimiento como el quizás espero.

―Lo siento, nunca hemos hablado del tema de las niñas, suponía que estaba dado por sentado de que se quedarían con usted ―acota mi abogado con asombro.

―En realidad no me interesa lo que el señor Gómez diga sobre mis hijas, no creo que le importe, les repito, no le daré nada de lo que he ganado por mis medios, él en ocho años ni siquiera se había dado cuenta de que había iniciado una empresa, mucho menos en qué invertí mi dinero, así que no quiero nada de lo que él tenía cuando nos conocimos, pero sí quiero la parte que le toca a mis hijas, quiero todo lo que hicimos juntos con dinero de ambos ―zanjo mientras me levanto―. Así que háganle saber que mi respuesta sigue siendo no.

―Lo siento, lamento haberla hecho venir esta noche.

―No, yo soy la que lo siento, en realidad, que ustedes estén aquí en vez de con sus familias, eso es penoso para mí.

―Oh, no se preocupe, nuestras esposas entienden que nuestro trabajo es así, solo pensamos que la insistencia del señor Gómez se debía a la fecha... Digo, como es el día de los enamorados, podría querer tener un gesto con usted.

―¿Saben algo? Para ese señor es solo un día comercial, lo más curioso es que en este día nunca se molestó en tener un gesto con nosotras, aun así afirmaba fervientemente que para amar y demostrar amor había trescientos sesenta y cinco días en el año, pero nunca usó ninguno realmente. ―Abro la puerta mientras los hombres se levantan y me miran firmemente―. Les daré un consejo, San Valentín es solo un día al año, cierto, el amor es lo que no es solo para un día, nunca vuelvan a ocupar su tiempo en algo tan banal como ganar dinero para llenar sus bolsillos; eso se queda en este mundo, lo vivido es lo que le queda a nuestros seres queridos cuando ya no estamos... Feliz San Valentín.

Camino fuera del edificio y llego hasta el sótano para montarme en mi auto e ir a la casa, estoy tan agotada y tan agobiada que no recordaba que hoy se celebraba San Valentín, solo quiero llegar a casa y ver cómo resuelvo todo lo que tengo por delante.

Sin tanto tráfico llego en menor tiempo, las luces de la casa se ven encendidas, eso quiere decir que deberé disculparme con Gustavo por haberle dejado la responsabilidad de cuidar de mis hijas. Exhalo, y mentalmente voy evaluando que haré de cenar. Al entrar, escucho algunas risas y una música suave me envuelve, llenándome de alegría y paz, me encamino hacia la sala y encuentro a dos pequeñas rubias sentadas en el sillón grande y a un hermoso castaño sentado en la alfombra mientras ven una película infantil.

―Lamento llegar tarde ―anuncio y me acerco, beso a mis hermosas princesas y le doy un beso en la frente al hombre hermoso en mi alfombra―. Iré a preparar la cena, no demoro.

Me encamino hacia la cocina y me detengo abruptamente, sintiendo como los otros cuerpos, que no sabía cerca de mí, chocan contra el mío; mi corazón late y me emociona lo que veo.

En el mesón hay velas blancas y rojas, un hermoso ramo de flores, chocolates, y una deliciosa cena, lo sé por cómo huele. Volteo y unas pequeñas voces gritan:

―¡Sorpresa, feliz San Valentín!

―Oh, gracias, es hermoso, feliz San Valentín para ustedes.

―Bueno, creo que es momento de degustar todas esas delicias que esperan por nosotros.

―Sí...

Volteo y dejo un suave beso en los labios de Gustavo, de verdad tenía muchísimo que no celebraba un día de los enamorados.

―Gracias, esto es realmente fabuloso.

―No es nada, ustedes se merecen esto y más.

―Pensé que quizás, hubieses querido celebrar sin las piojas.

―Nada más lejos de mis deseos, hoy es un día para disfrutar con los que más amas, y creo que tus hijas son el tesoro más valioso en tu vida, sé que hoy será diferente, me comentaste una vez que siempre quisiste celebrar en familia con ellas, pues aquí está, te pido me dejes ser parte de esta maravillosa realidad.

―Claro que sí, cariño, gracias...

―No, el agradecido soy yo. Te dije que yo quería ser parte de tu vida y eso implica ser parte de la de ellas y cumplir con cada sueño, deseo y meta que tengamos, juntos como familia, como esa segunda oportunidad que merecemos.

Lo abrazo fuerte y lo beso, un beso cargado de promesas y amor, nos separamos y me lleva hasta la mesa, donde dos pequeñas risueñas comen todo lo que desean. Hablamos, reímos, pero sobre todo... amamos.

Al terminar la cena vimos unas películas que nos hicieron reír mucho, cuando mis hijas cerraron sus ojitos fueron llevadas en brazos a su habitación.

Sentir sus manos pegándome cerca de su cuerpo enloquece todo mi ser... Quiero esa oportunidad que me dijo antes, que me ofreció cuando nos conocimos, quiero vivirla de lleno y sin miedo.

―Te adoro, Miranda, ustedes son lo mejor que me ha pasado en la vida.

―Si descubres cuál es la puerta de mi habitación, dejaré que nos demostremos todo ese amor que nos tenemos... ¿A cuál entras?, ¿a la primera o a la segunda?

―A la segunda.

―No, la segunda no es ―digo entre risas por los besos que ha dejado en mi boca, ahora se ocupan de mi cuello y siguen en descenso―. Has perdido.

―No ―contesta firme y levanta su mirada fijándola en la mía―. He ganado, a la segunda oportunidad que me dieras no la desaprovecharía. Así que mujer, prepárate para entender hoy y cada día de tu vida el verdadero significado del amor.

Amar no es solo el acto carnal de entregarnos en cuerpo, es lograr esa armonía entre el alma, la mente y el corazón, para amarnos y amar a cada persona que son parte de nuestras vidas. Hay muchas formas de amar, pero todas son válidas para demostrar lo que sentimos por cada uno en nuestro corazón.    

Cupido me ha dado fuerte ©Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang