Lección #6

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Lección #6

El infierno no tiene la ira del desprecio de una mujer,

Pero el cielo no tiene nada tan hermoso como un millonario celoso

Mi fin de semana se sintió vacío sin una sola llamada o mensaje de P'Bright. Hacía que mi corazón sollozase de miedo, pero hice lo mejor por suprimirlo. Seguí pidiendo a Phi tener fe. Aunque, aquí estaba yo, incapaz de confiar en él solo porque estaría demasiado ocupado con el trabajo.

El lunes llegó, y nunca había estado tan ansioso por ir al trabajo. Pero estuve sorprendido, con la asistente diciéndome suavemente que P' Bright estaba retrasado y que estaría en lejos indefinidamente.

La oficina no era lo mismo sin él. Incluso la comida, mi mayor consuelo en la vida, no era tan confortable como lo había sido todos estos años. Por primera vez en toda mi existencia, incluso mi lasaña favorita sabía a capas de papel reciclado mezcladas con cartulina.

Me las arreglé para resistir el acecharlo por Google hasta el jueves. No había sabido que estaba pasando con él. Solo un pequeño vistazo, me prometí a mí mismo mientras mis dedos asaltaban expertamente un camino secreto a su mundo.

En unos pocos segundos, lo que hice y no necesitaba hacer para ver me devolvió la mirada en dolorosos colores vivos.

Hileras de fotos de P'Bright asistiendo a diferentes funciones, viéndose gallardamente amable en esmóquines y trajes, llenaban la página. Y siempre presente en su brazo estaba del encantador de  Ai'First, elegante y hermoso en una forma similarmente dorada, sus cabezas  fundiéndose siempre que posaban juntos para las fotos.

Cuando cliqué en el link en otra portada de tabloide de los mismo eventos, encontré una foto de un paparazzi de los dos entrando en lo que era etiquetada como la habitación de hotel de First, a las tres de la mañana.

—¿Estás bien, ai'Win? —preguntó Khao con el ceño fruncido desde su cubículo cuando me escuchó soltar un jadeo de dolor.

Rápidamente cerrando la pestaña, respondí en voz inseguro:

—Sip.

No lloré en el trabajo, y por primera vez en mi vida, me las arreglé para no hablar a nadie sobre esto. No podía. Era demasiado...

Oh Dios, ni siquiera podía pensar en una palabra para ello.

Pero cuando llegué a casa esa noche, rápidamente cerré la puerta, levanté las mantas, y ahí es cuando dejé que las lágrimas cayesen, durante el resto de la noche.

La asistente se las arregló para arrinconarme al día siguiente aunque hice lo mejor por evitarla. P'Bright había estado llamando y enviándome mensajes todo el día hasta que estuve forzado a quitar la batería de mi teléfono y arrojarla dentro del cajón. Si no fuera tan práctica, también habría cambiado de número. Pero eso era demasiado impráctico y no hacia lo impráctico. Hacia lo estúpido, tonto, absurdo pero solo porque tenía extremadamente mal gusto en los hombres.

—El jefe está buscándote —fue todo lo que dijo mientras prácticamente me tiraba hasta la oficina de P'Bright. Era terriblemente fuerte para una mujer de su edad.

Frotándome la mano, casi salté de sorpresa cuando las manos de P'Bright se situaron en mis hombros, susurrando cuando me giró hacia él.

[Terminado] Como No Ser SeducidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora