[Terminado] Como No Ser Seducido

Leccion 13

Lección #13

No hay cinturón de castidad que tu millonario no pueda hacer que se desbloquee. 

¿Win? 

Me tomó un tiempo darme cuenta de que alguien había dicho mi nombre. 

Me encerraron con las  tontas en una celda de prisión. Podría haber sido mucho peor. Podría haber sido, como, detenido por maníacos sexuales con una insignia. O podría haber sido arrojado a una celda ocupada por, como, violadores convictos. En comparación con todos los pensamientos horribles que habían llenado mi mente durante el viaje, la realidad era mucho más agradable. De hecho, la estación de policía parecía ser una de las más nuevas de la ciudad, una bastante pequeña, con las otras dos celdas aún vacías. La oficial incluso nos ofreció café mientras esperábamos que alguien nos rescatara y terminasen el papeleo sobre quién iba a demandar a quien, Dios sabía por qué. 

En total, me consideré afortunado. Si hubiera una posición de un criminal de la vida real a diez metros de mí en esta prisión, me habría asustado. Al igual que lo que estaba haciendo la niña tonta o lo que había estado haciendo desde que nos trajeron aquí. Hace diez minutos.

—Oh mi Dios —esa era como la quinientava vez que ella había dicho eso. En los últimos cinco minutos. —

En serio, yo quería enloquecer, bueno no. si, tenía ganas de hacerlo, pero en silencio. Además, lo único que sus gritos y berrinches hicieron ahora era darme un dolor de cabeza. 

—¡Todo esto es tu culpa! —escupió cuando me atrapó mirandola. Si no me sintiera tan cansado, me habría reído. El ojo morado se complementaba con su delineador blanco, dándole una mirada reluciente de una Diosa Panda. Al ver esto toque el corte en el borde de mi cara, cerca de mi oído izquierdo, e hice una mueca de dolor porque la herida todavía estaba fresca.

 —¡Dejame salir de este maldito infierno! 

¡Dios! ¿Tiene que maldecir todo el tiempo? ¿Por qué no todo el mundo sólo se convierte en un bobo como hago yo cuando estoy estresado? Yo estaba, como, mucho más calmado y más fácil con mis oídos. 

—Oh Dios mío —

esto era, qué, ¿la quinientos uno? 

—Nong Win. 

—Oh Dios mío, —ese fui yo, sin embargo. ¿Qué estaba haciendo P'Gus aquí? 

—Hola, mi bello amigo amante de la paz —río. 

Me cubrí la cara con las manos. —Cállate. De repente me sentí enfermo y miserable, absolutamente avergonzado de lo que había hecho. Con los ojos cerrados con fuerza, lo único que podía ver era cómo la seguridad tuvo que arrastrarnos a los tres hacia fuera —yo y las ricas tontas— y directo al asiento trasero de un coche de policía que convenientemente nos estaba esperando fuera en estado de alerta.

la mama de P'Bright había empezado a discutir con la seguridad, pero le supliqué que no lo hiciera... o por lo menos recuerdo hacerlo vagamente. No había querido que se involucrara y aumentara las posibilidades de que las cosas con las B al cuadrado —así era como las iba a llamar a partir de ahora— se filtraran a la prensa. 

—No puedo creer que hayas hecho eso —me dijo P'Gus aunque todavía no lo estaba mirando. 

El no era el único. No me crié de esa manera. Nunca me había metido en una pelea en toda mi vida. Y antes de este fiasco humillante, lo más cercano que tenía fue el cambio sutil de las excavaciones que tendría en el trabajo, que era totalmente inocente dado que lo mayor que podía hacer era hacer caras detrás de su espalda.