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Jennie sobreprotectora

Jennie y Jisoo eran amigas de la infancia, ¿y como no serlo si sus madres eran amigas desde hacía años? amabas chicas habían crecido juntas, se habían visto transformarse en las adolescentes que eran ahora, se habían visto en todas sus facetas existentes y por existir. Por lo cual no era raro verlas todos los días juntas en la escuela, justo ahora caminaban por los pasillos del instituto mientras entablaban una conversación, lo más seguro sobre algún tema naval.

Amabas chicas posaron su vista sobre la chica que se se acercaba a paso rápido hacia ellas con un papelito en las manos, detuvieron su camino al ver que ella también lo hacía y al ver que ninguna decía nada, la chica de cabello morado, Jisoo, fue quien habló primero.

—Hola YooJung, ¿qué tal?— sonrió rompiendo el silencio que se había formado. La chica de pequeña estatura reaccionó y movió su cabeza en un intento de despabilarse.

—¡Ah, si! Hola unnies— amabas hicieron una pequeña reverencia a modo de saludo, la cual fue imitaba por la chica frente a ellas.— ¿están libres hoy por la noche?

Ambas chicas fruncieron el ceño ante la tan apresurada pregunta.

—¿Por qué lo preguntas, YooJung?— dijo Jennie extrañada.

—¡Ugh! lo siento, soy muy despistada— sonrió tímida.— Doyeon y Seulgi están organizando una fiesta en celebración a qué ya casi termina el curso, y me pidieron que les avise.— dijo después de darse una palmada en la frente por su torpeza.

Jennie y Jisoo hicieron una mueca de alivio una vez sabiendo de que se trataba todo. La chica de cabello morado le dio una mirada a Jennie y esta solo asintió, dando a entender su respuesta.

—Claro, ¿a qué hora deberíamos llegar?— preguntó la mayor de todas.

—Pueden llegar después de las ocho y treinta, bien aquí está la dirección.— entregó el pedazo de papel que traía entre manos desde que la vieron.— espero verlas allá, debo irme ahora.— sonrió e hizo una reverencia para retirarse.

Jisoo siguió caminando dejando detrás a la castaña sin notarlo, de lo cual se percató unos pasos después, miró hacia atrás y se dirigió hacia su mejor amiga quien tenía la cabeza mirando hacia abajo, la llamó intentando buscar su mirada.

—Hey, ¿qué pasa?— dijo una vez que sus miradas se encontraron.

—Nada en realidad, nunca me gustaron las fiestas, ¿iremos?— era verdad, la castaña jamás disfrutó ese tipo de encuentros, le parecían demasiado ruidosos.

—Pensé que sería buena idea ir, es la última fiesta del año.— sonrió.

Jennie se limitó a levantar los hombros sin muchas ganas y continuaron caminando. No sabía en que momento dejo de disfrutar las fiestas, antes solía asistir encantadas, tal vez cuando se dio cuenta en cómo la gente miraba a Jisoo.

Tampoco sabía en qué momento su corazón había comenzado a latir por la chica de cabello morado, pero un día noto lo nerviosa que se puso al verla, sentía como sus latidos se aceleraban cuando veía a su amiga, sus manos sudaban cuando esta se acercaban y como siempre, no podían faltar las mariposas en el estómago. Detestaba sentirse así, si bien el amor siempre es descrito como el mejor sentimiento del mundo, es de lo peor cuando no es correspondido, aún más cuando el declararlo puede hacer que tu amistad se vaya a la ruina. Malditos poetas enamorados correspondidamente.

jensoo ── oneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora