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Lo vio tan entusiasmado y concentrado que tuvo que preguntar.

—Maplecito... ¿Qué haces?

Después de darle un besito, se sentó en la silla junto a él, y observó el reguero de papel y pinturas en la mesa.

—Hago un patito.

Sonrió mientras trazaba sus detalles con mucho empeño, porque estaba a punto de terminar.

—¿Y eso?

—Es para el bebé.

México asintió antes de acomodarse sobre la mesa y mirar la sonrisa de su maplecito que pintaba y recortaba el borde de...

—Espera... ¿Qué?... ¿Cuál bebé?

—¡Yo!

Canadá mostró su pequeña figura de cartulina y sonrió. Era su creación perfecta.

—¡Lo pondré en la entrada de nuestra casa!

México sonrió entre divertido y enternecido, porque su maplecito parecía muy emocionado por vivir juntos.

Nubes [México x Canadá]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora