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—Yo... Quiero terminar.

—Pero...

—Te fui infiel y no puedo más con la culpa.

Canadá recibió la noticia de golpe, sin siquiera dar señales de lo que venía, y no la dejaron siquiera procesarlo; porque después de que México le dijera eso, se disculpó y se fue.

No lloró.

No gritó.

No lo procesó.

No hasta la mañana siguiente cuando despertó en su cama ella sola... y se dio cuenta que no fue un sueño.

Fue su pesadilla.

Lo fue durante tres semanas exactas desbordadas en llanto hasta que pudo acurrucarse en brazos de su madre y confesarle la razón por la que estaba asustada.

—No puedo con esto mamá.

—Lo sé... Soy tu madre y te apoyaré en lo que hagas y decidas.

—Era el sueño de México... Él hizo que ese fuera mi sueño también —sollozó aún más porque su mente estaba llena de recuerdos—. Pero él ya no me quiere, mamá.

—Es un idiota.

—Le iba a decir del bebé —hipó entre sollozos—. Pero él se fue.

—Mi niña.

—Yo no quiero esto... No lo quiero así... Porque ya nada es felicidad... Mamá...

—Cariño, sé que no es una decisión fácil.

—Él me engañaba con otra persona mientras me decía que quería una familia conmigo.

—Chère...

—El bebé no se merece eso... Mamá... El bebé no merece que yo lo asocie con una mentira.

—Tienes razón.

—No quiero odiar al bebé.

—Mi vida...

—Así no puedo traer a un bebé, mamá.

Horas y horas de llanto entre culpa y rabia. Días que se acumulaban rápidamente y una maraña de emociones y situaciones negativas.

Pero algo estaba muy claro para Canadá.

Porque iba a ser un acto de compasión.

Porque en ese punto no podía traer al mundo a un bebé, no con la depresión por el engaño y la ruptura, no con su estrés y deplorable estado anímico, no con esa sensación de ser insuficiente, no con el odio que le tenía a México y a sí misma.

No pudo seguir con un embarazo que inicialmente ella no quiso pero que le hicieron creer que sí.

Fue su decisión.

Fue su calvario.

Y lo fue durante los meses en los que tardó en superar la relación que ella creyó sería para siempre. Lo fue cuando se enteró que México no solo la engañó con una persona.

Pero estaría bien.

Porque estaba en terapia y acompañada de su madre para ayudarla a superar la situación, porque se quitó el anillo de bodas que tanto adoró, porque no había un pequeño sufriendo por su depresión, y porque sabía que de alguna forma... todo fue para mejor.

Nubes [México x Canadá]Where stories live. Discover now