Capítulo 2.

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Judith.

Últimamente soy la mujer con más mala suerte que hay en este mundo, empezando por mi desastrosa vida amorosa donde mi novio se robó mis ahorros y huyó con mi gato, pasando al hecho que uno de mis jefes de arrolló causando un esguince en mi tobillo, después mi ascenso que ocasionó todos esos malos comentarios porque ahora soy la zorra que se acuesta con ambos jefes y no olvidemos el broche de oro dónde fuí atacada por la que loca que era antes mi jefa.
El gran resumen del caos que se ha vuelto mi vida en tan los quince días.

Si, definitivamente estaba meada por veinte elefantes.

Nuevamente estaba corroborando en el espejo que el maquillaje haya tapado la gran marca que tenía en mi mejilla. No quería que se note para nada, ya bastante avergonzada estaba después del escandaloso momento que se armó cuando vino la policía y se llevó la señorita Sheila por haberme atacado.

No sé que hice en el pasado pero todo esto era mi gran karma.

- Señorita Manning - me sobresalto al escuchar la voz de mi jefe.

- Señor Meitzner - digo siendo profesional.

De los dos el señor Christopher es el que más miedo me da, en verdad parece un ogro en su carácter porque su belleza es inexplicable aunque el señor Dominic es más lindo a mi parecer.

- Mi hermano me comentó lo sucedido ayer por la tarde, la verdad que debo pedirle disculpas por lo sucedido. Dominic presentará una denuncia contra la señorita Sheila Henz y deberá dar su testimonio - comenta suspirando.

- Claro señor Meitzner - aseguro tomando la agenda.

- Le estoy pidiendo disculpas en nombre de mi hermano también porque todo esto se ocasionó por él - gruñe.

El señor Dominic Meitzner es una seductor nato, su belleza y su acento alemán lo dejan como un hombre que te incita al pecado. Muchas mujeres de esta empresa pasaron por sus sábanas, se comenta lo buen amante que es y que su pene es bastante grande que es eso lo que genera esa especie de obsesión por ese hombre.

- ¿Me escuchó señorita Manning? - inquiere el señor Christopher con su ceño fruncido.

- Lo siento señor - me disculpo avergonzada.

¿Por qué estaba pensando en el pene del señor Dominic?

Menos mal que nadie puede oír mis pensamientos.

- Tengo una reunión con Nicholas Salvatore, cuando llegue puede llevarlo a la sala de juntas y trata que mi hermano este presente - me dice mirando su celular. - En el caso que Megan Mouskouri venga déjala pasar - agrega caminando directo a su oficina.

Me siento en mi escritorio tratando de sacar esas obscena ideas de mi cabeza dónde imagina a uno de mis jefes desnudo.

¡Cálmate Judith!

Si alguien me ponía súper nerviosa es él, Dominic y su perfume le generaban muchos transtornos a mi cuerpo.

Las puertas del ascensor se abren, me inclino para observar quien veía y me quedo obnubilada al verlo llegar con una bebé en sus brazos.

- No sabía que tenía una hija - digo al pararme para verlos mejor.

La niña tenia unos impresionantes ojos grises, su cabello rubio y esa carita de muñequita, es la bebé más linda del mundo.

- ¡Dios me libre de eso! - exclama con cara de terror. - Es mi sobrina, la hija pequeña de Christopher - agrega mirando a la niña con mucho amor.

- Es muy linda - aseguro tocando su manito y ella sonríe.

- La genética Meitzner - declara arrogancia.

Detestable Amor (2°PA)Where stories live. Discover now