Capítulo 34.

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Judith.

Fueron las horas más intensas, cuando volvimos de Las Vegas teníamos toda la intención de contarle a la familia, sobre todo a la mía que nos habíamos casado y que estaba embarazada. Se que darían su grito del cielo después de saber la noticia, pero como era de esperarse las cosas nunca salen como uno quiere y tampoco imaginaba que tanto mi padre como hermanos iban a llegar a Chicago listo para matar a Dominic. Ellos no quisieron escuchar, fueron directo a querer atacarlo, mucho drama entre ellos comportándose como unos cavernícolas, el señor Christopher siendo de mafioso y yo tratando de frenar lo que sucedía, terminó siendo un caos, porque acá estaba internada, cuidando el doble mi embarazo.

- ¿Cómo te sientes? - me pregunta mi esposo. Habíamos pasado la noche en el hospital porque tengo un pequeño desprendimiento de la placenta, la doctora dijo que con reposo y cuidado podré llevar un embarazo bastante a termino.

- Creo que bien, tengo hambre - digo haciendo un mohin.

- Mandaré a Antón o Conrad a qué compren algo - asegura dejando un beso en mi mano.
Dominic me comentó que puso en su lugar a mi familia, según lo que se ellos quisieron imponerse en el hospital y les dejó en claro que las decisiones las toma él por ser mi esposo, cosa que no le gustó mucho a mis hermanos.

- ¿Ellos nunca descansan? - inquiero preocupada.

- Por las noches tenemos otros guardaespaldas, ellos hacen por la mañana y tarde. Además son mis favoritos, siempre estan a un paso delante nuestro y eso me hace confíar por completo en ellos con respecto a nuestro seguridad, sobre todo ahora - culmina apoyando su mano en mi vientre. Ahora se notaba ese pequeño abultamiento que dejaba claro que los gemelos empezaban a notarse.

- Te amo, Dominic - digo acercándome para besar sus labios. Estoy tan loca y enamorada de este hombre, al que ahora llamo esposo que no puedo explicarlo. No imaginó un mundo sin él y nuestros hijos, son lo mejor de mi vida.

- Hola - la voz de Megan en la puerta nos hace separarnos. Ella entra a la habitación acompañada de su esposo y nos sonríe. - ¿Cómo estás? - me pregunta llegando a mi lado dándome un fuerte abrazo.

- Ahora mejor - sonrío. - Ellos son fuertes - agrego escuchando los latidos de mis hijos. Por control la doctora me tenía monitoreada haciendo que cada segundo escuchar cada latido del corazón de los gemelos.

- Son Meitzner, después de todo - comenta el señor Christopher palmeando el hombro de su hermano.

- Fuertes y cabeza duras, como todo Meitzner - acota Meg divertida.

- ¡Oye! - se quejan ambos hombres indignados.

- Tu papá y hermanos están esperando de ayer afuera - muerde su labio inferior. - Creo que después de todo se merecen una charla - sugiere.

- Ellos solo traen problemas - masculla Dominic chasquendo la lengua.

- Creo que la mala comunicación de todos trajo problemas, ellos no sabían del embarazo y se enteraron por una noticia en un periódico, después van y se casan en Las Vegas, está claro que nadie en su sano juicio tomaría bien esto. Se cómo es mi hermano, de lo que es capaz de hacer, pero tu familia no lo esperaba en algún punto hay que entender su postura - habla Christopher.

- La forma en la que vinieron no es la correcta, eso no se defiende, pero sería lindo que pudieran hablar todos, se merecen las explicaciones necesarias. Ellos también serán parte de la vida de sus hijos - agrega mi cuñada.

Lo único que me molestaba era el drama que hicieron, no fue lindo verlos a todos modo asesinos queriendo agarrar a mi esposo y no dándome chances de poder decir algo, le iba a contar las cosas, pero a mis tiempos.

Detestable Amor (2°PA)Where stories live. Discover now