Detestable Amor (2°PA)

Capítulo 11.

Dominic.

Nunca pensé que vendría a Texas, no es uno de mis lugares favoritos pero por esa mujer iría al infierno si fuera posible.
Había aceptado ser el novio de Jud ante su familia para impedir que cualquier otro hombre se le acerqué, ella es mía y no dejaré que nadie la toque. Todavía sus palabras en el avión dan vuelta en mi cabeza, decirme que es virgen hizo que retroceda pero eso no significaba que no quería follarla como en mis sueños, esas ideas no se me iban de la cabeza pero iba a respetar su decisión aunque eso signifique tener que saciar mi deseo por ella masturbándome.

Ella hacia perder la poca cordura que tenía.

- Señor no estará seguro en este lugar - comenta Anton mientras vamos entrando al rancho de la familia Manning.

- Mi única amenaza es mi padre mientras él no esté cerca no importa lo que me haga esa familia - aseguro.

- Mantendré a los muchachos en la periferia - dice Conrad no muy convencido.

- Que no se den cuenta que hay más de nosotros - les pido justo cuando el auto aparca en la entrada de la casa del padre de Judith.

Ella estaba abrazada a su papá mientras tenía cinco hombres a su lado esperando por ser ellos lo que la abrazarán, dos de sus cinco hermanos los acababa de conocer y al parecer no les había caído para nada bien.

- Princesa - escucho que dicen mientras se ríe ante los eufóricos abrazos de sus hermanos.

- Los extrañé - asegura con una gran sonrisa.

Judith es de esas pocas mujeres que ya no hay, sencilla, humilde y tan natural que eso puede ser una gran perdición para un hombre como lo soy.

- ¿Y ese? - pregunta uno de sus hermanos que llevaba un sombrero vaquero en su cabeza.

Seis pares de ojos me observan y fruncen sus ceño al mirarme lentamente, puede que mi atuendo no haya sido el ideal para este pueblo pero es esto antes que andar con traje, ahí sí quedaría ridículo.

- Él es Dominic mi novio - nos presenta acercándose dónde estoy para tomar mi mano con la suya. - Él es mi papá George, mi hermano mayor George Junior - empieza a marcar a cada hombre. - Los gemelos Rafael y Leonardo que ya los conociste, él el Joshua y por último tenemos Bayron - culmina mientras estrecho mi mano con cada uno de ellos.

- Un gusto conocerlos - digo de forma educada.

- ¿De dónde eres? - pregunta su padre al mirarme.

- Soy alemán pero hace varios años vivo en este país - contesto.

- Es un nazi - comenta el gemelo tatuado.

- ¡No le digas así! - lo regaña ella.

- ¿Y ellos? - consulta el hermano mayor de ella.

- Son Conrad y Anton, nuestros guardaespaldas - declaro.

- Guardaespaldas - murmuran.

- No desayuné y tengo hambre - comenta Judith. Tira de mi mano para que entremos a la gran casa.

- ¡Judith! - grita una menuda mujer tirándose para abrazarla. - Te extrañamos mucho - chilla demasiado fuerte.

- También te extrañé Sara - la mujer me mira y abre sus ojos grandes al escanearme sin un poco de sutilidad. - Él es mi novio Dominic y ella es mi cuñada Sara - nos presenta.

- Mi esposa - dice George de manera posesiva.

- Solo George está casado y tienen cuatro niños - me cuenta.