"F" of forever [Felix sandman]

Capitulo 10 [Parte 1]

Abro mis ojos lentamente y miro a mi alrededor confundida ¿Por que hay tanto sol si hacia dos segundos atrás casi era de noche?.
Lentamente me siento en la cama y miro a mi alrededor, el libro que hacia un rato estaba leyendo tenia la pagina doblada. Esta bien, me quede dormida.
Escucho unos pasos en el pasillo, la puerta de mi habitación se abre y mi madre entra.

― Oh, ya estas despierta. Justo venia a levantarte. ¿Vajas a desayunar?.
 ―¿Que hora es?. ― Pregunte en medio de un bostezo.
― Las 10: 30 A.M, por eso me extraña ver que te has levantado sola.

¿10: 30 A.M? Sia iba a matarme, me quede dormida y jamas le dije que viniera. demonios.
Cojo mi teléfono algo asustada porque se que en cuanto lo encienda los mensajes de Sia van a empezar a llegar y estoy bastante segura de que no van a ser pocos, al igual que las llamadas perdidas.
Una vez que termine de leer la eternidad de mensajes que Sia me había mandado pensé en una manera de compensarle lo que había pasado ; Le dije que mis padres se iban en un rato, que no había problema en que si quería venir a pasar la noche y que podía quedarse cuanto quisiera. También podíamos invitar a Leigh y Margo. Luego de eso tire el celular por algún lugar de mi habitación y fui a ponerme un pijama ya que no iba a hacer nada en todo el día y anoche me había quedado dormida con mi ropa de calle.
Baje a la cocina y como era de esperarse, todo el sector de la planta baja estaba hecho un desastre. Las maletas de mis padres estaban por toda la casa, había ropa por todos lados y ambos daban vueltas de un lado al otro nerviosos y ansiosos preparando las ultimas cosas antes de irse. 
Tome asiento en el desayunador esperando a que alguno de los dos notara mi presencia y se sentara a desayunar junto a mi, pero ninguno me noto. 

― Bueno, si no había tiempo para desayunar conmigo me hubieran avisado así seguía durmiendo...― Grite en un intento de llamar su atención, cosa que funciono porque automáticamente ambos dos aparecieron en la cocina.
― Lo lamento pequeña, es que solo estamos algo nerviosos. ― Dijo mi padre mientras tomaba asiento junto a mi.
― Papa, no es tu primer vuelo. Todo va a estar bien, 
El suspiro y luego me sonrió, aun nervioso. 
― Eso espero bebita.
Mi madre se sentó junto a mi padre, jugando nerviosamente con sus dedos y dedicándonos pequeñas sonrisas cada tanto. 

En honor a que era una "despedida" y todo eso decidí prepararles yo el desayuno. 
Les hice un café, tome pastel que había en la heladera y galletitas de chocolate, fruta cortada, tostadas y jugo, acto seguido se los serví con la mejor presentación que pude y me senté en medio de los dos a ver como lo comían.
Vale, esta bien, puede ser que me halla excedido un poco con la cantidad de comida pero es que cuando estoy nerviosa no puedo evitar comerme el mundo entero y mas... al parecer mis padres eran todo lo contrario. Mi padre apenas termino el café y mordisqueo unas tostadas. Mi madre bebió su jugo y su café, se sirvió una porción de pastel y se la paso jugando con este. 
Luego de una hora esperando a que coman su desayuno mi entusiasmo fue disminuyendo hasta llegar a cero y comenzaba a aburrirme. 

La hora del vuelo se hacia mas y mas cercana. Mi madre miro la hora en su teléfono por décimo cuarta vez hasta que finalmente pronuncio las palabras que yo tanto esperaba; "Bueno, creo que ya es hora de irnos.". Salte de la silla -probablemente demasiado emocionada- y los seguí hasta el auto donde ayude a dejar algunas maletas. Finalmente terminaron de cargar todo y llego la hora de el tan esperado "Adiós". 
Mi madre tomo aire profundamente con los ojos llenos de lágrimas y me envolvió en un abrazo algo asfixiante. 

― Cuídate mi amor, volveremos pronto ¿Si?. Te voy a extrañar.― Dijo con la voz entre cortada. Dios santo que dramática es.
― Si si, yo también te voy a extrañar. ― Conteste rodando los ojos mientras me soltaba de su agarre. 

Mi madre se subió al auto medio sorbiendose los mocos y me dirigió una sonrisa antes de cerrar la puerta. 
Me dirigí con mi padre, estos momentos con el eran cincuenta veces menos sentimentales.