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Si ven algún error me dicen, arreglé a las apuradas el cap. 😔👊

“Supongo que te he liberado,
espero que hayas encontrado un lugar para dormir
Sé que éstas obligado a pensar en mí”

Desde pequeño Jimin le había tenido cierto terror a los hospitales, el olor de ese oscuro lugar era algo que siempre lo había inquietado. Ver a las personas enfermas deambular, algunos yéndose unos días después y otros muriendo ahí.

A él siempre le tocó ver cómo desconectaban a los pacientes en estado grave, aunque no entendía mucho de eso en esos momentos. Su madre le decía que tenía que ser agradecido de no sufrir así, creyó que nunca sentiría el dolor de aquellos familiares.

Vivían prácticamente en el hospital gracias a que su padre enfermaba mucho, casi todo el tiempo. Su madre fruncía el ceño y le decía que solo era una gripe, una absurda gripe.

Y como él apenas tenía 6 años, ¿qué podría decir?.

Bajaba la cabeza y trataba de no pensar en eso, aunque a veces no podía dormir al ver a su madre llorar en la sala desde la puerta entreabierta de su habitación.

Le dolía el pecho al verla así, pero no podía hacer nada, porque ésta apartaba su mirada de él y rechazaba su cariño.

A veces lloraba, porque se sentía solo. A escondidas tenía pensamientos malos que no dejaba que nadie notara, y con tan solo 10 años anhelaba que algo lo salvara de esa horrible vida, o que lo matara.

Cuando su padre salía luego de dos o tres días, los tres actuaban como si nada hubiera pasado y volvían a ser la misma familia de antes.

Pero Jimin ya estaba quebrado por dentro, se sentía defectuoso. Podía ver a sus padres sonreírse y tomarse de las manos durante la cena, pero había algo más. En el fondo sabía que todos estaban actuando.

A veces se arrepentía de no haber disfrutado ese instante, por más que fuera una bonita ilusión.

Suspira antes de entrar al cementerio, y camina hacia el frente mirando el suelo. Se sabía el camino de memoria, por muy cruel que sonara.

Recuerda que cuando entró a tercer año, conoció a Jeongguk. Siempre le había parecido un niño como los demás, pero en el instituto no lo veían así. Cuando empezó a prestarle atención fué cuando se dió cuenta de que tal vez ambos eran parecidos.

Podía notarlo en los ojitos del menor, estaba tan triste como él.

Sus amigos ignoraban que había empezado a fantasear con su compañero, aquel al que todos ignoraban y tachaban de raro. ¿Cómo podía explicar que se quedaba viéndolo desde lejos en el receso y que se imaginaba cómo se sentiría tomarle la mano?.

Aquel misterioso niño, aquellos tristes ojos, ¿podrían lograr ser felices juntos?.

Sin darse cuenta, para cuando la primavera llegó, ya estaba totalmente enamorado.

Y sin notarlo, su padre no volvió a salir de aquel oscuro lugar, quedando internado entre los pacientes con enfermedades mortales.

Su corazón late apresurado al llegar a su destino. Eleva la mirada y puede ver la lápida con el nombre de su padre en ella.

—Ha sido un largo tiempo, lo siento.

Una de las últimas veces que fué al hospital, no podía aguantar más las ganas de decírselo a alguien, de decirle su más grande secreto tal vez.

«—Papá, ¿qué pasaría si te digo que me gusta un niño?.»

Cae de rodillas suavemente y deja las flores entre el pasto que está creciendo allí. Cierra los ojos, tratando de retener el aire un momento más.

«—Diría que mi hijo es muy afortunado de poder conocer lo que es el amor.»

Todavía podía ver su sonrisa. Aquellas rasposas manos que le dejaban caricias en el rostro..

Tenía pánico de no poder recordar el sentimiento de su quebrada voz hablándole con amor.

Ese día había llorado como nunca entre los brazos de su padre. Dejando escapar sus lamentos y sollozos al saber que la única persona que lo amaba tanto estaba alejándose de la vida con lentitud.

«—Sé que estás muriendo..», le había dicho entre lágrimas. Alzó su mirada y frunció el ceño. «—Tengo miedo, ¿a dónde irás sin mí? No quiero que te vayas».

—Hay mucho de qué hablar, ¿no es así?—dice, sus lágrimas cayendo sin darse cuenta.

«—Todavía es muy pronto, hijo», había respondido con su cansada sonrisa, «—Me dijiste que había un niño que te gustaba, ¿no es así? Cuando sientas que ya no queda nada a lo que aferrarte en esta vida, piensa en tu madre y en él; sé fuerte por ambos y por tí.»

Papá..—murmura con una sonrisa—. Hay un hombre al cual amo demasiado.

¿Si estuvieras aquí.. creerías aún que debo ser fuerte por ambos?.

Insecurities;;JiKookWhere stories live. Discover now