Capítulo 99

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[Editado]

En la abarrotada acera de la calle principal, a unos cincuenta metros, unas rejas negras y puntiagudas flanqueaban dos tramos de escalones, uno con el letrero «Damas» y el otro «Caballeros».

— Nos vemos ahora mismo — dijo Hermione, nerviosa, antes de bajar tambaleándose los escalones que conducían al lavabo de señoras.

— Nos vemos — _____ camino detrás de Hermione entrando en el lugar formándose junto a ella notando el nerviosismo

La castaña solo le pudo sonreír y guiñar le un ojo al entrar y mirar el inodoro

— No puedo creer que lo haga

La castaña introdujo ambos pies y tiró de la cadena y un momento después descendía por una corta rampa hasta aterrizar en una de las chimeneas del Ministerio de Magia.

El inmenso Atrio parecía más oscuro
de como lo recordaba; antes, una fuente dorada ocupaba el centro del vestíbulo y arrojaba temblorosos puntos de luz al pulido parquet y las paredes.

Ahora, en cambio, una gigantesca composición en piedra negra dominaba la escena se trataba de una enorme y sobrecogedora escultura de una bruja y un mago que, sentados en sendos tronos labrados y, observaban a los empleados del ministerio que salían por las chimeneas en el pedestal se leían unas palabras grabadas con letras de un palmo de alto:

«LA MAGIA ES PODER.»

—¡Pst! —siseó una voz ____ volvió la cabeza y vio a una bruja bajita y menuda y al mago con cara de hurón de Mantenimiento Mágico haciéndole señas desde el otro lado de la estatua. Enseguida fue a reunirse con ellos.

—¿Has llegado bien? —le preguntó Hermione.

— No, todavía está atrapado en el cagadero — se mofó Ron.

— ¡Muy gracioso! Es horrible, ¿verdad? —le dijo a ____ — que estaba contemplando la estatua — ¿Has visto dónde están sentados?

_____ miró con más atención y vio que lo que había tomado por tronos labrados con motivos decorativos eran en realidad montañas de seres humanos esculpidos cientos y cientos de cuerpos desnudos hombres, mujeres y niños, de rostros patéticos, retorcidos y apretujados para soportar el peso de aquella pareja de magos ataviados con elegantes túnicas.

—Muggles... —susurró _____

— en el sitio que les corresponde. ¡Vamos, no perdamos más tiempo! — Hermione habló

Mirando alrededor con disimulo, se unieron al torrente de magos y brujas que avanzaban hacia las puertas doradas que había al fondo del vestíbulo, pero no vieron ni rastro de la característica silueta de Dolores Umbridge.

Cruzaron las puertas y entraron en un vestíbulo más pequeño, donde se estaban formando colas enfrente de veinte rejas doradas correspondientes a veinte ascensores. Nada más ponerse en la cola más cercana, una voz exclamó

—¡Cattermole!

Los chicos se volvieron y a Harry le dio un vuelco el corazón. Uno de los mortífagos que había presenciado la muerte de Dumbledore se dirigía hacia ellos.

Los empleados que estaban a su lado guardaron silencio y bajaron la vista. Harry sintió cómo el miedo los atenazaba. El tosco y ceñudo rostro de aquel individuo no acababa de encajar con su amplia y magnífica túnica, bordada con abundante hilo de oro.

Entre la multitud que esperaba ante los ascensores, algunos gritaron con tono adulador: «¡Buenos días, Yaxley!», pero Yaxley los pasó por alto.

— Pedí que alguien de Mantenimiento Mágico fuera a ver qué ocurre en mi despacho, Cattermole. Pero sigue lloviendo.

Ron miró alrededor como si esperara que alguien interviniese, pero nadie dijo nada.

— ¿Lloviendo? ¿En su despacho? Vaya, qué contrariedad, ¿no?

Ron soltó una risita nerviosa y Yaxley enarcó las cejas.

— ¿Lo encuentras gracioso, Cattermole?

Un par de brujas se apartaron de la cola y se marcharon a toda prisa.

—No — contestó Ron — No, por supuesto que no...

— Por cierto, ¿sabes adonde voy? Abajo, a interrogar a tu esposa, Cattermole. De hecho, me sorprende que no estés allí acompañándola y confortándola mientras espera. Supongo que te has desentendido de ella, ¿verdad? Bueno, es lo más sensato. La próxima vez asegúrate de casarte con una sangre limpia.

—Yo... yo... —tartamudeó Ron.

— Si a mi esposa la acusaran de ser una sangre sucia y el jefe del Departamento de Seguridad Mágica necesitara que le arreglaran algo, daría prioridad a ese trabajo, Cattermole. ¿Lo captas?

—Sí, claro, claro —murmuró Ron.

—Pues entonces ocúpate de mi despacho, Cattermole, y si dentro de una hora no está completamente seco, el Estatus de Sangre de tu esposa estará aún más en entredicho de lo que ya está.

La reja dorada que tenían delante se abrió con un traqueteo. Yaxley saludó con una inclinación de la cabeza y una sonrisa a Harry, convencido de que éste aprobaría cómo había tratado a Cattermole, y se dirigió a otro ascensor.

Los cuatro amigos entraron en el suyo, pero no los siguió nadie era como si tuvieran una enfermedad contagiosa. La reja se cerró con estrépito y el ascensor comenzó su ascensión.

—¿Qué hago? —preguntó Ron a sus amigos; parecía muy acongojado—. Si no voy, mi esposa... es decir, la esposa de Cattermole...

—Te acompañaremos, tenemos que seguir juntos... —musitó Harry, pero Ron movió la cabeza enérgicamente.

— Pero ¿qué hago para que deje de llover?

—Prueba con un Finite Incantatem —sugirió Hermione— Si es un maleficio o una maldición, eso detendrá la lluvia si no, es que ha pasado algo con un encantamiento atmosférico, y eso es más difícil de arreglar. Como medida provisional, haz un encantamiento impermeabilizante para proteger sus cosas...

—Repítelo todo más despacio —pidió Ron mientras buscaba ansiosamente una pluma en sus bolsillos, pero en ese momento el ascensor se detuvo con una sacudida.

«Primera planta, Ministro de Magia y Personal Adjunto.»

La reja dorada volvió a abrirse y ______ sofocó un grito. Ante ellos había cuatro personas, dos de ellas enfrascadas en una conversación: un mago de pelo largo con una elegante túnica negra y dorada, y una bruja rechoncha, de cara de sapo, que lucía un lazo de terciopelo en la corta melena y apoyaba contra el pecho un montón de hojas de pergamino prendidas con un sujetapapeles.

_____ miró a su alrededor discretamente y salió del piso mirando al resto una última vez después de pasar junto a ella y ver el guardapelo

— lo trae  — formuló la palabra en su boca sin emitir sonido y comenzó a caminar


The Magic Love  [Draco Malfoy Y Tu] Where stories live. Discover now