Capítulo 118

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[Editado]

La casita de Bill y Fleur, de paredes encaladas y cubiertas de conchas incrustadas, se alzaba aislada en lo alto de un acantilado que daba al mar era un lugar precioso pero solitario.

En cualquier sitio de la pequeña casa o del jardín que estuviera, _____ oía el constante flujo y reflujo de la marea, semejante al respirar de una criatura enorme y apaciblemente dormida.

Durante los días siguientes, en vez de
quedarse en la abarrotada vivienda, siempre se inventaba alguna excusa para alejarse y se iba en busca de la magnífica vista del cielo despejado del ancho mar desierto que se divisaba desde el acantilado, y de la caricia del viento frío y salado en la cara.

—¿Y si Dumbledore quería que averiguáramos el significado del símbolo a tiempo para hacernos con la varita? ¿Y si descifrar ese símbolo te convertía en merecedor de conseguir las reliquias? Si de verdad es la Varita de Saúco, ¿cómo demonios vamos a acabar con Quien-tú-sabes?

Harry no tenía respuestas y además había momentos en que se preguntaba si había sido una absoluta locura no haber intentado impedir que Voldemort profanara la tumba

_____ Ni siquiera era capaz de explicar de forma satisfactoria por qué había decidido no hacerlo, y cada vez que trataba de reconstruir los argumentos internos que los habían llevado a esa conclusión, éstos le parecían menos convincentes.

Lo raro era que el apoyo de Hermione la hacía sentirse tan confusa como cuando Ron le planteaba sus dudas. Por su parte, Hermione, a quien ya no le quedaba más remedio que aceptar que la Varita de Saúco existía, afirmaba que ésta era un objeto maldito, y que el método utilizado por Voldemort para obtenerla había sido tan repugnante que ellos no podían ni planteárselo.

—Tú jamás habrías podido hacer eso, Harry —decía una y otra vez— Tú jamás habrías profanado la tumba de
Dumbledore

—Pero ¿seguro que está muerto? —preguntó Ron cuando ya llevaban tres días en El Refugio

_____ estaba absorta mirando por encima del muro que separaba el jardín del acantilado cuando se presentaron Ron y Hermione

—Sí, Ron, claro que está muerto —dijo la chica—¡No volvamos a empezar, por favor!

—Bien, pero observa los hechos, Hermione —dijo Ron, aunque era como si hablara con Harry, que seguía contemplando el horizonte—la cierva plateada, la espada, el ojo que Harry vio en el espejo...

—Harry ya ha admitido que lo del ojo pudo imaginárselo. ¿No es así, Harry? — mencionó _____

—Sí, así es —confirmó el chico sin mirarla

—Pero no crees que te lo imaginaras, ¿verdad? —preguntó Ron —No, no lo creo.

— Uno puede imaginar muchas cosas — alzó los hombros

—¡Pues ya está! —se apresuró a decir Ron antes de que Hermione replicara— Si no era Dumbledore, explícame cómo supo Dobby que estábamos en el sótano, Hermione

—No puedo explicarlo, pero ¿puedes explicar tú cómo nos lo envió Dumbledore si yace en una tumba en los jardines de Hogwarts?

— ¡No lo sé! ¡Quizá lo hizo su fantasma!

— Debe de haber una mejor explicación, yo pensé en Dobby talvez solo apareció así — la castaña hablo rápidamente — Dudo que un muerto nos ayudará, jamás sería un fantasma

—Dumbledore no habría vuelto en forma de fantasma —sentenció Harry. Mirando a su hermana Había muy pocas cosas acerca del anciano profesor de las que estaba seguro, pero de eso no tenía ninguna duda— Habría seguido más allá

The Magic Love  [Draco Malfoy Y Tu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora