Capítulo 119

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[Editado]

Se oyó un fuerte golpe en la puerta de la calle y todos se giraron hacia allí.

Fleur, asustada, salió a toda prisa de la cocina Bill se puso en pie de un brinco, apuntando a la puerta con la varita, _____ levantó la varita poniéndose de pie lentamente Harry, Ron y Hermione hicieron otro tanto, mientras que Griphook, sigiloso, se escondió debajo de la mesa.

— ¿Quién hay ahí? —gritó Bill.

—¡Soy yo, Remus John Lupin! —respondió una voz superando el bramido del viento. _____ se estremeció de miedo ¿qué habría pasado? — ¡Soy un hombre lobo, estoy
casado con Nymphadora Tonks, y tú, el Guardián de los Secretos de El Refugio, me revelaste la dirección y me instaste a venir aquí en caso de emergencia!

— Lupin — murmuró Bill, y corrió hacia la puerta para abrirla de golpe

Lupin se derrumbó en el umbral envuelto en una capa de viaje y con el entrecano cabello muy alborotado, se lo veía muy pálido. No obstante, se enderezó, miró alrededor para ver quién había allí y entonces gritó

— ¡Es un niño! ¡Le hemos puesto Ted, como el padre de Dora!

Hermione se puso a chillar y ______ cubrió su boca emocionada

— ¿Qué? ¿Que Tonks... que Tonks ha tenido el bebé? — mencionó la rubia

— ¡Sí, sí! ¡Ha tenido el bebé! —gritó Lupin.

Todos dieron gritos de alegría y suspiros de alivio. Hermione _____ y Fleur gritaron «¡Enhorabuena!». Y Ron dijo «¡Vaya, un bebé!», como si jamás hubiera oído nada parecido.

— Sí, sí... Es un niño —repitió Lupin, que parecía aturdido de felicidad.

Rodeó la mesa dando zancadas y abrazó a _____ era como si la escena en el sótano de Grimmauld Place nunca hubiera tenido lugar — ¿Querrás ser la madrina? Y tú Harry ¿el padrino? —le preguntó

— Yo claro que si — la chica le regalo una sonrisa

—¿Yo...? —balbuceó el muchacho.

—Sí, sí, tú. Dora está de acuerdo, no se nos ocurre nadie mejor...  Solo ustedes

—Pues... sí, claro. Vaya...

Harry estaba abrumado, atónito, encantado

Bill fue a buscar vino y Fleur intentó convencer a Lupin para que se quedara a brindar con ellos.

— No puedo quedarme mucho rato, tengo que regresar — dijo el hombre lobo mirándolos a todos con una sonrisa de oreja a oreja, y _____ se fijó en que parecía muy rejuvenecido — Gracias, gracias, Bill

Bill no tardó en llenarles la copa a todos formaron un corro y alzaron las copas.

— ¡Por Teddy Remus Lupin — brindó Lupin — un gran mago en potencia!

— ¿A quién se paguece? —preguntó Fleur.

— Yo creo que se parece a Dora, pero ella dice que es igual que yo. No tiene mucho pelo al nacer lo tenía negro, pero al cabo de una hora ya se le había vuelto pelirrojo. Seguramente, a estas alturas ya debe de tenerlo rubio. Andrómeda dice que a Tonks le cambió el color del pelo el mismo día que nació — Vació la copa de un trago — Va, sólo una más —pidió sonriente, y Bill se la llenó

El viento azotaba la casita, pero el fuego chisporroteaba y caldeaba la sala Bill no tardó en abrir otra botella de vino.

La noticia de Lupin había logrado que se olvidaran de sus problemas y los había liberado un rato de su estado de sitio la buena nueva de un nacimiento resultaba estimulante.

Al único que parecía no afectarle aquel repentino ambiente festivo era al duende, quien poco después se retiró al dormitorio que ahora ocupaba él solo.

_____ creyó que él era la única que se había fijado, pero vio que Bill lo seguía con la mirada mientras subía por la escalera.

— No, no. De verdad, tengo que marcharme — aseguró Lupin al fin, rehusando otra copa de vino. Se levantó y se echó por encima la capa — Adiós, adiós. Volveré dentro de unos días e intentaré traerles fotografías Todos se alegrarán cuando les diga que los he visto...

Se abrochó la capa y se despidió, abrazando a las mujeres y estrechando la mano a los hombres, y luego, todavía sonriente, se perdió en la tempestuosa noche.

— ¡Van a ser padrinos! —dijo Bill cuando se encontraron en la cocina ayudando a recoger la mesa — ¡Qué gran honor! ¡Felicidades!

Mientras _____ depositaba las copas vacías en el fregadero, Bill cerró la puerta, de modo que dejaron de oírse las animadas voces de los demás, que seguían celebrando el acontecimiento pese a que Lupin ya se había marchado

— Mira, quería hablar en privado con ustedes. Con la casa tan llena de gente, hasta ahora no he encontrado el momento —- Bill vaciló un instante, pero añadió —Ustedes están planeando algo con Griphook — No era una pregunta sino una afirmación, y _____ no se molestó en desmentirlase limitó a mirar a Bill —Conozco a los duendes, pues llevo trabajando en Gringotts desde que salí de Hogwarts. Y si se puede hablar de amistad entre magos y duendes, puedo asegurar que yo tengo amigos que pertenecen a esa raza, o al menos los conozco bien y simpatizo con ellos —Titubeó otra vez— ¿Qué le han pedido a Griphook y qué le has prometido a cambio?

— Eso no puedo decírtelo —contestó _____ y miró su copa aún llena — Lo siento.

En ese momento Fleur abrió la puerta de la cocinatraía más copas y platos.

— Espera un momento, por favor — le dijo Bill. Ella se retiró y él volvió a cerrar la puerta — Entonces, tengo que decir una cosa si han hecho alguna clase de trato con Griphook, y sobre todo si incluye algún objeto de valor, debes tener mucho cuidado. Los conceptos de propiedad, pago y recompensa de los duendes no son los mismos que los de los humanos.

—¿Qué quieres decir? —preguntó

—Mira, estamos hablando de seres de otra raza. Los tratos entre magos y duendes siempre han sido tensos, desde hace siglos. Pero eso ya deben de saberlo, porque han estudiado Historia de la Magia. Ambos han cometido errores, y yo no digo que los magos hayan sido siempre inocentes. Sin embargo, algunos duendes creen  que cuando se trata de oro y tesoros, no se puede confiar en los magos, porque éstos no respetan el concepto de propiedad que tienen ellos.

—Yo respeto... —murmuró Harry, pero Bill movió la cabeza y le dijo

—Tú no lo entiendes, Harry, ni puede entenderlo nadie que no haya trabajado con duendes. Para éstos, el verdadero amo de cualquier objeto es su fabricante, no la persona que lo ha comprado. De manera que todos los objetos elaborados por ellos son, a sus ojos, legítimamente suyos—Pero si alguien compra un objeto...

—En ese caso lo consideran alquilado por ese alguien.... — La castaña mencionó haciendo una mueca

—Les cuesta mucho entender la idea de que los objetos hechos por ellos pasen de un mago a otro. Ya viste qué cara puso Griphook cuando vio la diadema no lo aprueba. Creo que piensa, al igual que los más fieros de su raza, que deberían habérsela devuelto a ellos cuando murió la persona que la había comprado. Tanto es así que consideran nuestra costumbre de conservar los objetos hechos por ellos, y la de heredarlos de un mago a otro sin volver a desembolsar dinero, poco menos que un robo.

____ tuvo un mal presentimiento y se preguntó si Bill sabía más de lo que aparentaba.

— Lo único que aconsejo — añadió Bill antes de volver al salón — es que tengan mucho cuidado con lo que prometen a los duendes, porque sería menos peligroso entrar por la fuerza en Gringotts que faltar a una promesa hecha a uno de ellos

—De acuerdo —dijo Harry—Gracias. Lo tendré en cuenta

Siguió a Bill para reunirse con los demás y le asaltó un pensamiento irónico, parecía encaminada a convertirse en una madrina para Teddy Lupin y le asustaba hacerlo mal

The Magic Love  [Draco Malfoy Y Tu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora