💥[II]💥

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Raramente mi cabeza se inundó de vagos y dolorosos recuerdos de hace un año o dos, diciéndome lo miserable que era mi vida, aún podía inhalar su aroma en mis prendas lavadas, parecía que había dejado grabado en todas partes que en algún momento re...

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Raramente mi cabeza se inundó de vagos y dolorosos recuerdos de hace un año o dos, diciéndome lo miserable que era mi vida, aún podía inhalar su aroma en mis prendas lavadas, parecía que había dejado grabado en todas partes que en algún momento regresaría por mi, y yo aceptaría su regresó con los brazos abiertos y cortados de todas sus firmes mentiras, volviendo a vivir entre puras promesas olvidadas.

—¡Te lo juro! Me violaron...— recuerdo escucharlo decir por última vez, con sus hermosos ojos de distinto color derramar varias lágrimas, quebrando mi ser.

Todos caemos alguna vez, yo no sería la excepción, caí pero caí sabiendo desde el inicio que aquellas palabras eran burlas, acepte las mentiras, devolviendo a nuestros días la alegría de nuestra juventud, la juventud más hermosa y risueña de todas.

Pero se tiene que crecer en algún momento.

Mi esfuerzo de dos años en volver a ser la hermosa pareja que éramos se esfumo con atesorar en primera plana el engaño frente a mi, podía aceptar las mentiras pero una vez que estás fueran más hipócritas y flácidas, con el paso del tiempo no resistiría, tratando con el mayor de los esfuerzos a quedarme dentro de las cuatro paredes que construimos con promesas perdidas.

¿Podemos volver a sonreír juntos después de todo lo vivido?

No recibiría respuesta, pero tampoco la esperaría, debía mantenerme cuerdo, roto pero aún intentando forzarme a demostrar que puedo solo, si empezamos demostrándole a todos mentiras yo aún las mantendria plasmada en una sonrisa, avanzaría engañandome a mí mismo.

—Regrese... — Avisé cerrando la puerta principal detrás de mi.

El silencio respondió mi llegada, nuevamente no tuve una bienvenida cálida por la que decía llamarse mi familia.

—¡Oniichan! ¡Bienvenido!. — se escuchó gritar al final del pasillo acompañado de unos acelerados pasos.

Al menos tenía a alguien quien me esperaría siempre con una bienvenida.

—Oye pulga, ¿La vieja está?. — el pequeño mocoso estaba vestido de la forma más ridícula pero a la vez adorable, recorriendo el pasillo sin vida, ahora llenando este del brillo que esparcía a su paso con su radiante sonrisa.

Llevaba un traje de dinosaurio color verde, uno que pegaba muy bien con sus rizados y locos cabellos, me sorprendía la capacidad de sus genes para hacerlo ver tan bien con todo lo que usará, podía usar el puto traje del emoji de la mierda y hasta yo aceptaría que le quedaría ridículamente bien.

Puto niño con buenos genes.

—Mama Mitsuki y papá Masaru dijeron que volverían en la mañana. — respondió con una sonrisa en sus labios. —¡Dijeron que me intentaría dar un hermanito o hermanita!

A veces la inocencia es el regalo más hermoso que pueden brindarte, ya una vez perdida puedes imaginar a tus padres escogiendo que pose de camasutra usarían en su salida.

ᵐᵒᶜᵒˢᵒ. [K̶a̶t̶s̶u̶d̶e̶k̶u̶] |Oᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora