ᵐᵒᶜᵒˢᵒ. [K̶a̶t̶s̶u̶d̶e̶k̶u̶] |Oᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ|

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¿Puede un beta resaltan entre varios Omegas?

Pues su género no era el más requerido o solicitado, pues no estaban hechos para procrear con los de gran género, tampoco podían complementar con sus necesidades a los de más bajo género, entre su mismo género eran capaz de al menos subsistir siendo la mujer con una probabilidad de cincuenta porciento de procrear.

—Mami te ama...

Por ciertos «lujos» o solo caprichos varios Alphas eran capaces de embarazar a las Betas, siendo su probabilidad de un setenta y cinco por ciento de conceder a un niño de un alpha, aunque esté tendría probabilidades de salir completamente alpha, destruyendo el interior de la mujer que lo traería al mundo, los Omegas por más que sean delicados y suaves estaban hechos en un cien porciento para sus pares alphas, entre ellos se complementaban muy bien, siendo su útero perfecto para mantener un bebé de cualquier género.

Una beta solo se destruiría por el género de su niño, dándole varios problemas en su feminidad una vez de darlo a luz, mayormente de aquellas mujeres embarazadas de un alpha solían morir dando un seguro de que su niño era un alpha, varios sometían a mujeres pobres de esta clase para este tipo de tratos con la garantía de que su engendró salga alpha.

Aunque la garantía de que salga alpha era un noventa y nueve porciento correcta.

Tsuyu asui fue ese uno porciento que tuvo un Omega.

—Sabes que mami siempre te tendrá en su corazón mi niño... — expreso con mucho dolor la mujer de veinte años de edad. Su primer niño y debía dejarlo ir a manos de «desconocidos», con tal de que esté viva una infancia feliz.

Su pequeño solo lloraba intentando recibir otra vez el calor de su madre entre sus brazos, un calor inexistente ente ellos.

—Perdon mi amor... Solo debí ser más fuerte... — su llanto era de notar, la noche era testigo de aquellas fuertes palabras. —Espero y siga viva cuando me encuentres ....

Pues su muerte estaba jurada desde el momento en el que desapareció con el bebé en brazos de aquella asquerosa casa.

—Mi niño... ¿Me querrías aún sin poderte dar el calor que mereces?.

El mayor pesar de un Omega era no poder tener hijos, ya que estaban sus instintos los hacían hacerlos sentir incompletos, necesitaban del fruto de su amor para sentirse complementados.

Los betas solo sentían que debían de cuidar y proteger a sus bebés hasta cierta edad, su conexión no era de amor, solo de obligación, nunca se cruzó en la historia que una beta tendría un Omega.

Esta mujer era capaz de congénita una conexión de amor por la bondad en su interior... Pero su bebé nunca la sentiría, mientras ella le brindaba amor a lo largos de sus años, este nunca lo sentiría, solo vería el rechazo hacía su persona.

—Cuidare mi pequeño conejito.... — fue su últimas palabras antes de dejarlo en aquella cesta de paja con el único de los objetos que pudo sacar de esa casa, el oso de felpa color blanco.

No es un cap, es como un extra, capaz suba de estos «recuerdos» cada 3 o 6 capítulos dependen mucho de mi inspiración.

Dos cosas el mismo día alabadme, ahr

¿Les gustó el capítulo anterior? Esa es mi incógnita ;-; bais.