𝐽𝑎𝑟𝑑𝑖𝑛

7.9K 737 72
                                    

2 meses después

Ha pasado mucho tiempo y la Sultana Şah todavía no me ha dado ninguna noticia sobre mi regreso a casa. Los días pasan cada vez más lentamente y llenos de dolor.

No puedo dejar de pensar en mi familia o en la nostalgia que siento en casa, las artes y estatuas que miré durante horas sin cansarme, los artistas en la calle y los poetas que vinieron y citaron sus obras con elocuencia.

Me perdí todo y nada me hizo olvidar.

De hecho, la Sultana me envió las clases con las otras sirvientas y yo hice algunos trabajos como ellos, pero generalmente solo relacionados con Sultana.

Para distraerme del dolor de la nostalgia, me obligué a dedicarme a los estudios, hablar turco ya no era tan difícil, pero escribir seguía siendo difícil para mí y me dediqué a ello para no tener que pensar en otra cosa.

Así encontré el pequeño paraíso donde me encuentro, escondido detrás del palacio en un pequeño jardín verde y luminoso con hermosas flores, buscaba un lugar tranquilo y silencioso para estudiar y terminé encontrándolo por accidente. No se lo conté a nadie, ha sido mi refugio durante semanas.

Apoyado en uno de los pilares que formaban mi escritura, así pasaba el poco tiempo libre que me daba Sultana.

- Qué haces aquí?

Salté ante el sonido de la voz desconocida, provocando que mi cuaderno se cayera al suelo y mi corazón se acelerara de miedo.

Era un hombre, muy guapo por cierto, me miraba desde la entrada al pequeño jardín y me evaluaba de pies a cabeza. Me sonrojé con sus miradas, pero no bajé la cabeza. Este es el único lugar donde puedo sentir paz y no me rendiré sin luchar.

- Este lugar está ocupado, señor.

- Ocupado? - se burló y empezó a acercarse.

Miré a mi alrededor, pero no había nada que pudiera usar para defenderme. Confié en mi arrogancia, tal vez se iría con algunas palabras duras.

- Ocupado por mí, sí. Ahora vete o gritaré. - Respondí con toda la confianza de que no había sentido que se me revolvieran las entrañas cuando sonrió esta vez sin burlarse, pero con diversión.

- Todavía no me ha respondido, señorita, quién es usted?

- Soy Clarice, una sirvienta de la Sultana Şah. - le respondí con mal gusto.

Sirvienta, yo, cómo cambian las cosas. Un día me trataron como una princesa y al siguiente estoy sirviendo a una extranjera.

- Parece que no te gusta la Sultana. - comentó mirándome de cerca.

Suspiré, no tenía nada en contra de la Sultana, pero ella me estaba jodiendo, podía sentirlo, simplemente no sabía por qué todavía.

- No es eso, no tengo nada en contra de ella. Solo estoy molesto.

No sé por qué me estoy abriendo con este extraño, pero aún no ha intentado nada malo y parece escuchar cada palabra con atención. También es la primera vez que me atrevo a decir en voz alta mis pensamientos desde que llegué, había olvidado lo liberador que es.

- Por qué estás molesto? - preguntó acercándose y yo me alejé instintivamente. Parecía preocupado y por un momento pensé que era lindo que sintiera empatía conmigo.

- No debería estar aquí, me trajeron en contra de mi voluntad. Mi familia es importante en Europa y muy rica también, esperaba que la Sultana Şah hablara con el Sultán en mi nombre para que me devolviera mi familia, pero han pasado dos meses y ella no ha dicho nada todavía! - Terminé mi discurso sintiendo que mi rostro ardía de rabia y frustración.

Sentí un alivio viniendo de mis hombros, desahogarme siempre fue la mejor medicina cuando estás frustrado e incluso si fue con un extraño y él puede contarle a Sultana sobre mi explosión no me importa, me sentí como yo mismo otra vez, libre y ligero como un pájaro.

- Llevas aquí dos meses? Cómo no te vi?

Puse los ojos en blanco. De toda la historia, en eso se centró?

- Me pusiste los ojos en blanco?

- Sí y lo volveré a hacer si sigues con preguntas estúpidas.

- Preguntas estúpidas?

- Repetirás todo lo que digo?

Pasó un minuto de silencio y me di cuenta de que se me estaba acabando el tiempo, tendría que volver pronto a Sultana. Busqué mi pequeño cuaderno olvidado en el suelo, lleno de dibujos en hojas sueltas y entrenamiento de caligrafía turca al final.

- Qué estabas haciendo solo aquí de todos modos?

- Estudiando, quiero aprender a escribir en el idioma, pero es más difícil de lo que parece así que vengo aquí para concentrarme.

- Por qué quieres aprender a escribir? Ya hablas muy bien.

- Estudiar lo básico nunca es suficiente, debes profundizar, comprender y aprender todo lo que puedas. La vida está llena de cosas hermosas y diferentes, nunca me concentré realmente en el idioma y la escritura turcos, pero ahora tengo la oportunidad y quiero aprovecharla al máximo.

Sonreí y salí corriendo del jardín.

- Espere! - agarró mi muñeca cuando lo pasé.

Sus ojos tenían un brillo diferente y su sonrisa nunca parecía desaparecer.

- Te voy a ayudar.

- Ayudarme?

- Ven aquí todos los días a esa hora y te ayudaré con la escritura y todo lo que quieras saber.

- Verdad? - pregunté emocionado.

Tendría algo para distraerme, podría aprender cosas nuevas y lo más importante, tendría un amigo.

- Así es, te ayudaré con eso.

- Aún no me has dicho tu nombre.

Sus ojos me evaluaron de nuevo. Su mano todavía estaba alrededor de mi muñeca ardiendo de una manera que me hizo retorcerme. Su sonrisa parecía iluminar el mundo y lo más extraño es que sentí que era por mi culpa. Finalmente respondió después de unos minutos.

- Mehmed.

𝐇𝐀𝐘𝐀𝐓𝐈𝐌, mehmedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora