Reacciones, imaginas, type, One Shots °Blackpink°

🐻"Volví" Jennie. 1/4

Jennie me matara sin piedad alguna. Una semana, una semana donde ella no sabía de mí, ni yo de ella, no por voluntad propia sino que a mi hermana le dio por tirar mi celular al agua, y por obvias razones este no sobrevivió.

En estos momentos estaba a unos minutos de llegar a Seúl, y estoy que me muero de nervios, ¿cómo llegaría con ella? El hecho de que llegara sin problema alguno y feliz cual perdiz la hará enojar más, estoy segura.

-¿Señorita?

-Dígame.

-¿Necesita algo?

-¿Tiene algo que me ayude a sobrevivir a la ira de una chica que no sabe de mi por una semana?

La mujer me miró con confusión, para después encogerse de hombros.

-No, lo siento -suspiré y asentí. Ahora sueno como una loca-. Pero a mí me ayudaría mucho que a broche su cinturón, estamos a punto de aterrizar.

Le hice caso y mire como la mujer se iba rápidamente por el pequeño pasillo.

El avión había aterrizado sin ningún problema por lo que, como todos, esperamos que el piloto nos dejara bajar. Fue algo realmente aburrido, pero al menos cuando fuie directamente por mi maleta, esta estaba saliendo de primera.

¿Ahora qué hago? Me quedé parada como boba en medio aeropuerto esperando a que alguna idea se me viniera a la mente.

Jennie.

Espero que Jennie este en su casa. Caminé por el aeropuerto en busca de la salida, pero me detuve al ver una tienda de recuerdos. Tal vez un regalo logre calmar un poco a Jennie. Me acerqué, dejando la maleta en la puerta para adentrarme en el pequeño lugar.

Obviamente le traigo un presente de México, pero quiero llevarle otra cosa además de lo que ya le compré. Caminé por la tienda, viendo diferentes cosas hasta que en la esquina del pequeño lugar encontré un peluche que me hizo reír un poco. Era un dumpling es perfecto, ¿no?

Al pagar, honestamente, no me apresure mucho y solo tomé mi maleta con tranquilidad antes de caminar hacia la salida del aeropuerto.

Caminé por varios minutos, ya sentía mis piernas cansadas cuando, de manera milagrosa, vi como un coche negro se detenía frente a mi. Suspiré y miré por la ventanilla al conductor, él también me miró. Levanté un poco mi maleta dándole a entender que quería gaurdarla en el maletero.

El hombre bajó y tomó mi maleta, metiéndola al pequeño cajón. Yo solo entré en el asiento trasero del auto como la floja que soy.

Cuándo el conductor entró en el auto no espero mucho y este empezó a andar. Le di el nombre de una calle cerca de la casa de Jennie, obviamente no le iba a dar la dirección exacta de ella, aunque él no sabía que iba con Jennie, aún así no voy arriesgar su dirección.

El trayecto fue silencioso y no duro más de quince minutos. Al llegar el hombre sacó la maleta de su auto, le pagué y mire como el coche se alejaba. Observé a los lados, justo estaba a una calle de la casa de Jennie por lo que acomodé el peluche bajo mi brazo y emprendí mi viaje a su casa.

Suena como si estuviera lejos.

Al estár cerca miré por la ventana de su casa como una acosadora, terrible. Mis ojos se abrieron en grande al ver como Lisa me miraba con la misma expresión que seguramente tenía yo.
Levanté mi mano rápidamente, llevando mi dedo índice a mis labios, era para que guardará silencio. Lisa solo empezó a reírse y miró a otro lado.

Me acerqué rápidamente a la puerta principal, dejé la maleta a un lado y toqué. Alise las arrugas que tenía mi camiseta y me limpié el sudor de mis manos en mi jean, acomodé el peluche entre mis manos y miré a la puerta.

Ya estaba abierta.

Y había una Jennie Kim mirándome fijamente.

-¿____?

-Te traje un tú, digo, un dumpling -reí nerviosa.

Ella no dijo nada y solo se acercó para abrazarme. Pasó sus brazos por mi torso y escondió su cara en mi pecho. No había notado cuanto la había extrañado, cuanto había extrañado la sensación de tenerla cerca.

-Te extrañé... -la abracé de vuelta cuando escuché su murmullo- Te quiero.

No lo voy a negar. Mi corazón empezó a latir con fuerza y sentí mi cara completamente caliente. La risa de Lisa no tardó en escucharse por lo que la mire. Ella solo movió su mano y se fue a la cocina.

No sé qué esta pasando conmigo.

-También te quiero, Jennie.