Reacciones, imaginas, type, One Shots °Blackpink°

🐿️"Volví" Rosé. 3/4

Miré a mis lados para después cruzar la calle de camino al Starbucks donde conocí a Rosé.

Rosé.

La extraño, la extraño mucho. Suspiré y negué, primero compraría su bebida favorita y después iría a su departamento.
Entré al lugar rápidamente y sin evitarlo mis ojos fueron a una de las mesas de la esquina, ahí era donde Rosé y yo nos sentábamos a conversar.

Me sorprendió ver la cabellera rubia que tanto me gustaba.

Era ella, Rosé estaba sentada sola y con la mirada perdida en la mesa, uno de sus dedos dibujaba líneas imaginarias mientras un sándwich y una malteada reposaban a un lado.

Sin evitarlo sonreí e Inconscientemente caminé hasta ella, parando justo a su lado. Rosé no me miró y ni siquiera se molestó en moverse, solo siguió moviendo su dedo sobre la mesa.

Mire a los lados y sin decir nada me senté frente a ella.

—Chicas, ya les dije que estoy bien.

Ella levantó su rostro, sin embargo, sus ojos estaban cerrados y ahí lo noté, algo malo pasaba. Sus ojos tenían pequeñas bolsas negras debajo, sus labios estaban resecos y quebrados, mientras que su rostro reflejaba completa tristeza.

Será que... ¿Qué está así por no saber de mí? Mi sonrisa se borró por completo, me pare y me senté en el pequeño espacio que quedaba a su lado, y la abrace. La abracé fuerte y con cariño.

Había extrañado tanto su aroma y su calidez que la sonrisa volvió a mis labios.

Ella se separó rápidamente, mirándome con miedo y después con sorpresa. Sus ojos empezaron a brillar y las lágrimas se acumularon en ellos. Negué frenéticamente, acercándome más a ella y tomando sus manos.

—¿Por qué lloras?

Ella bajo su mirada hasta nuestras manos unidas, sentí como una lagrima caía en mi mano. Tomé su mentón para hacer que me mirara.

—Tú... ¿No me odias?

—¿Qué? —limpié una de sus lágrimas— Jamás podría odiarte, Chaeyoung.

—Pensé... Pensé que ya no querías saber de mi.

Entonces sí es por eso. La abracé nuevamente, esta vez sintiendo sus brazos rodear mi torso y su rostro esconderse en mi cuello. Acaricié su cabeza, posando mi nariz en su cabello y aspirando el aroma a fresas que emanaba de el.

—Me sentí mal al no saber de ti.

—Mi teléfono quedo en el avión que me dejó en México. Traté de recuperarlo pero no pude y quise contactarte, pero no recordé tu numero celular
Perdóname, por favor, perdóname. No quería hacerte sentir mal, ni mucho menos hacerte creer que no me importas o que te odio cuando eso no es así...

—____....

—Y ya estoy divagando, lo siento.

Su risa causo que yo también riera. Ella se separó, viendo hacia abajo y noté como sus mejillas cambiaban a un rosa intenso.

—¿Qué pasa?

Baje mi mirada, notando que estaba tomando de la cintura a Rosé con firmeza, eso causaba que ella no pudiera separarse. La solté rápidamente dejando mis manos en mi regazo y viendo por la ventana nerviosa. Sentía mi cara arder por la vergüenza.

No sé qué me está pasando, pero me gusta.

—Te extrañé.

Regresé mi vista a Rosé quien ahora tomaba de su malteada mientras sus mejillas seguían de ese rosa intenso, y una pequeña sonrisa se asomaba en sus labios.

Puse mi codo en la mesa, recargando mi cabeza en la palma de mi mano logrando así ver completamente el rostro de Rosé. Ella me miró haciendo que mi cabeza resbalara de mi mano y que casi me golpeara con la mesa. Su risa no tardó en llegar.

Por primera vez sentí mi corazón acelerarse por su mirada, y si ya sentía mi corazón arder, esta vez sentía como se estaba quemando.

—También te extrañé, Rosé.