Wonder Dad and Super Daddy

¿Que me está pasando?

Ese día el pequeño Cj cumplía 13 años de vida, por supuesto que era un día realmente importante para él pero lastimosamente no puedes volver festivo un día de cumpleaños por lo que su odiosa alarma fue el causante de interrumpir su hermoso sueño, uno donde él iba a la espalda de Wonder Guy volando por todo Estados Unidos.

Se levantó, notando al tocar al cielo que algo no estaba bien en él mismo, se sentía sumamente extraño como si algo en si hubiera cambiado pero no sabia exactamente qué. De cualquier modo se vistió, se cepilló los dientes y tomó su mochila.

—¿Que carajo me pasa?—Se preguntó al mirarse en el espejo inspeccionando su apariencia, nada fuera de lo común pero aun así sentía que era alguien diferente. De pronto, se dio cuenta que la mochila que cargaba no era tan pesada como días anteriores, por el contrario sentía que estaba cargando su sabanas—raro—Susurró—Bueno, me vale verga—Se dijo con una sonrisa despreocupada para luego bajar.

—Buenos días cumpleañero, hice tus favoritos—El niño se emocionó al ver sus panquequés con la imagen de algunos de sus héroes favoritos, su padre le dio un beso en la frente—Tu padre puede llevarte a la escuela hoy.

—No gracias, puedo ir yo solo, puedo defenderme si me roban—Dijo haciendo la pose de Super Dude por lo que Tweek rió levemente.

—Buenos días mocoso—Le levantó el dedo medio a su hijo y él devolvió el gesto sacando la lengua—Ese es mi campeón, feliz cumpleaños Cj—Le quitó el chullo peruano que solía ser suyo y le revolvió el cabello.

—Paaaa no hagas eso me tomó tiempo peinarme—Hizo un puchero.

—Ok—Le respondió y sin mas fue a besar a su esposo—Buenos días cariño, ¿de casualidad no estás tu en el menú de esta mañana?—Coqueteó el pelinegro mientras su hijo hacia cara de disgusto.

A veces le fastidiaba que sus padres fueran tan cariñosos, se sentía incomodo cuando dos personas eran románticas o se besaban, eso no era lo suyo, a Cj solo le importaba las peleas y los super héroes, eso era cool no como sus aburridos padres que tenían trabajos normales. Ningún adulto era como el dúo de super héroes mas famoso de Colorado, ellos eran tan profesionales, estaba seguro que no tenían tiempo de pensar en parejas o formar una familia, seguramente ellos se la pasaban buscando justicia todo el día sin preocuparse por nada mas que luchar contra el crimen.

—Vas a llegar tarde si vas a ir andando, hijo—Le recordó Tweek mientras que su hijo tomaba su almuerzo.

—Ay no, mi jugo está tibio así no me gusta beberlo—Miró la caja caliente con tristeza, ese era su sabor favorito y solo lo dejaban beberlo una vez a la semana, su cumpleaños había empezado mal.

—Ve por tu chaqueta, yo lo dejaré un momento en el refrigerador y ya verás como se enfría en segundos—Sonrió con tranquilidad el rubio y el pequeño asintió haciendo lo que su padre le pedía. Cuando el niño se marchó Tweek puso la caja en su mano y con un simple soplido la bebida se enfrió casi al punto de congelarse, para cuando el niño volvió sus ojos se iluminaron—Te lo dije, ahora ve antes de que llegues tarde, nos vemos luego pequeño.

El niño se fue sin mas ya con una sonrisa en sus labios al igual que Tweek, le alegraba que su hijo fuera tan despistado como para ayudarlo de vez en cuando con pequeñas cosas al igual que Craig, quien por cierto miraba con las cejas alzadas y una sonrisa malvada.

—Tengo 30 minutos antes de irme—Comentó.

—Yo también, hoy Pete abre la cafetería por mi—Y sin mas, se quitó el delantal.

...

Cj siguió con esa extraña sensación que ahora se convertía en un extraño hormigueo en todo su cuerpo ¿acaso los aliens lo habían secuestrado por la noche y le habían metido una sonda anal? ¡Que horror ojalá que no! ¡Esas cosas pueden explotar! O al menos eso es lo que le dijo Steve uno de sus mejores amigos.