rιvαlѕ ↯ вαĸυɢō ĸαтѕυĸι

Capítulo 12; La cena

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Toqué el timbre con mis dedos temblorosos, no entendía porqué estaba tan nerviosa, solo era una cena de disculpas por parte de la mamá de Bakugou, además estaría con mi papá y seguramente hablaría más él que yo.

Katsuki fue quien abrió la puerta, estaba con una camisa roja sin corbata y con pantalones negros. —¡Mamá ya llegaron! Pueden pasar.

Bakugou estaba más sobrepasado que yo, y mis nervios se fueron a penas habló por lo que le sonreí. Papá lo saludó y pasamos al interior de su casa.

Una mujer rubia muy parecida a katsuki caminó apresurada hacia nosotros y dio un golpe en la cabeza a Bakugou —¡Deja de gritar! Yoshio-san , Himari-san, por favor pasen.

Ahora entendía porque katsuki no quería que conociera a su mamá, todavía estaba sobándose la cabeza por el golpe que le dió. Saludé a la señora Bakugou junto con mi padre. Y de la sala de estar salió un señor de pelo marrón que la mamá de Bakugou se encargó de presentar. —Mi nombre es Mitsuki y el es mi esposo  Masaru. Es un gusto que hayan podido venir, espero no haberlos interrumpido.

—No hay problema, estábamos disponibles. Gracias por la cena. —Me reverencié levemente junto a mi papá, y la mamá de Bakugou nos hizo pasar al comedor, miré de reojo a Bakugou que mantenía sus manos en los bolsillos mirándonos serio, le sonreí y desvío la mirada con "tsk".

Durante la cena la señora Mitsuki nos pidió disculpas por el temperamento de su hijo, también hablaron sobre sus trabajos mientras yo me comía el postre mientras hablábamos con señas con Bakugou.

—No tiene que preocuparse tanto por su hijo, ha estado en mi casa en algunas ocasiones y me consta que es un buen chico. —Dijo mi padre para calmar la preocupación de los padres de Bakugou.

—¿Oh? No sabía que se habían vuelto tan cercanos. —Dijo Mitsuki san con una sonrisa intrépida. Me aclaré la garganta y agregué para que no mal interpretara las palabras de mi papá. —Estuvo en mi casa por el castigo de Aizawa sensei.

—...Ya veo. —dijo Mitsuki san mirando de reojo a su hijo.

El sonido de la alarma de mi papá interrumpió la cena, no era una llamada ni un mensaje, era el tono de una situación de emergencia de su trabajo. Papá se levantó de la mesa con prisa y se explicó rápidamente. —Ocurrió un accidente grave cerca de esta zona, debo irme de inmediato.

—No se preocupe Señor Saito, estamos al tanto de su trabajo. —le tranquilizó Masaru-san.

—P-papá, espera. —Agarré la manga de mi papá. Le tenía pánico a esa alarma, rara vez sonaba porque era solo para situaciones de alta complejidad. No quería recordar cómo había llegado la última vez que sonó.

—Himari, no quiero que salgas de esta casa. Señores Bakugou, la dejo a su cuidado por favor.  —Papá soltó mi agarre alejándose rápidamente.

—¡No se preocupe, la cuidaremos! —dijo Mitsuki-san levantándose de la mesa junto a su esposo y Bakugou, que me sostuvo cuando iba comenzar a correr detrás de él. —Himari, espera.

—Katsuki, con tu padre recogeremos la mesa, tu lleva a Himari-san a tu habitación. Himari-san, no te preocupes, pronto llegarán más héroes.

Bakugou sostuvo mi muñeca y me arrastró hasta su habitación. —Si tu papá es héroe debes estar acostumbrada a ese tipo de salidas, ¿No? —Dijo Bakugou subiendo las escaleras con su celo levemente fruncido.

—No, esa alarma es diferente a las usuales, rara vez suena porque son graves incidentes.

—Ya veo. —Bakugou abrió la puerta de su habitación y me dejó pasar después de él, aún me sostenía de mi muñeca y me soltó solo cuando me dejó en la silla de su escritorio. —¿Quieres ver las noticias?

—Sí. —Bakugou encendió su televisor e hizo zapping hasta dar con la noticia que buscábamos, era en nuestro distrito, había explotado una bodega con explosivos de mala calidad pasando a llevar algunos hogares, lo peor es que los causantes de aquel acto habían logrado escapar de la bodega y se enfrentaban a  dos héroes con el calor de las llamas detrás de sí.

Estaba sudando frío en el momento en que ví a papá luchando entre las llamas, el otro héroe que lo acompañaba había quedado inconsciente por el humo. Bakugou se levantó rápidamente y abrió su ventana, cuando lo hizo una volcanada de humo entró y la cerro de inmediato. —Están evacuando. Vamos, Himari.

Bakugou cerró la ventana, tomó una chaqueta y me arrastró hacía el primer piso de la casa. Su mamá iba subiendo la escalera y cuando nos vio nos dijo que debíamos evacuar la zona. Cuando salimos de la casa las cenizas seguían cayendo sobre nosotros, pues la explosiones habían alcanzado a un edificio que ahora estaba en llamas.

Todas las personas pasaban en vehículos de emergencia. Mitsuki-san nos tomó de la mano a mí y de la ropa a Katsuki para que subiéramos a uno de eso vehículos. Pero yo no me podía ir, entre el ruido que había tuve que alzar la voz. —¡No, no puedo, tengo que ir a buscar a Inosuke!

La mamá de Bakugou me miró con duda y miró a su marido que temblaba. —¡Himari, es muy peligroso. Hablaré con un héroe y le diré...!

—!Se demorará demasiado, discúlpeme Mitsuki san! —solté el agarre de la señora Bakugou y corrí hacia mi casa. Aunque traté de filtrar el humo y las cenizas con mi mano sabía que eso no ayudaría mucho.

—¡Himari, espera! —Katsuki llegó a mi lado corriendo y me tendió la chaqueta en el rostro. —¡No te la quites!

Sentí que Bakugou me ayudó a correr sosteniéndome la mano. Mi casa no quedaba tan lejos de la suya pero llegar se me hizo eterno. Nuestro agarre comenzaba a soltarse por el sudor, y la mano de Bakugou comenzaba a quemarme, pero antes de soltarnos habíamos llegado a mi casa, trepé por la puerta del patio que no era muy alta y encontré a Inosuke tendido en el pasto. Lo arropé con la chaqueta y Bakugou me tomó en brazos y saltó la cerca de madera con nosotros. Un vehículo de evacuación frenó dónde estábamos y nos subimos rápidamente donde pude tomar el pulso de Inosuke, era algo débil pero estaría bien. Tenía que estar bien.

Sostuve a Inosuke en mis brazos y al vehículo se subieron otras personas, y nos llevaron a otro distrito dónde el aire estaba más limpio. Bakugou nunca se separó de mí, y al tiempo después nos reunimos con sus padres.

Ahora sólo faltaba papá.

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