Capitulo 13; Buenas noticias

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Habían llegado muchos refugiados por el incendio, incluso el helicóptero que estaba transmitiendo en vivo tuvo que abandonar el lugar por el humo de aquel edificio. Tuvo que pasar una hora para tener acceso a las noticias. Los incendios habían sido extingidos y los responsables capturados, hubieron 35 lesionados pero 0 víctimas fatales.

Todo el mundo tenía miedo por lo ocurrido, y explicaron más tarde que esa bodega era refugio de unos villanos que habían ocupado hace poco menos de un mes. Papá había peleado junto a Endeavor y lograron capturar a cada uno de ellos.

Inosuke había despertado hace unos momentos y seguía en mis brazos. Miré a Bakugou que acariciaba la oreja de Inosuke y le dije —Gracias por acompañarme.

—¡Eres muy imprudente! —Bakugou me miró serio a lo que bajé la mirada, sino me hubiera acompañado ni entregado la chaqueta para no respirar el humo capaz no hubiese llegado, el estaba acostumbrado al humo y podía resistir mejor, pero era peligroso para el también estar entre tantas cenizas

—Lo siento.

—Sí —Bakugou me miró nuevamente y agregó —. Yo también lo siento, creo que te quemé un poco la mano.

—Imbécil, es verdad. Un pésimo servicio tu ayuda.

—¡¿Qué dijiste, bruja?!  —Solté una risa.

—¿Ya no me dices Himari?

—Tsk, cállate —Bakugou volteó su vista a otro lado rápidamente.

Los padres de Bakugou llegaron con una manta y algunas botellas de agua. Mitsuki san nos arropó con esa manta, aunque más bien nos apretó como a un sushi a Bakugou y a mí. —¡Mamá!

—¡Cállate, no sabes lo preocupada que estaba esperando por ustedes!

—Lo lamento, Mitsuki san.

—Está bien, lo entiendo. A veces se me olvida que serán héroes y estarán en situaciones peligrosas.

Papá llegó minutos después y corrí a abrazarlo con Inosuke en brazos —¡Papá!

—¿Están todos bien? —papá venía con una par de quemaduras leves y todo sucio por la cenizas y aún así preguntaba por nuestro bien estar.

—Estamos bien gracias a ti —Le sonreí. —Buen trabajo allá, papá.

—Eramos un equipo. No olvides eso, siempre se trabaja bien en equipo.

Después de esperar otra hora pudimos volver a nuestros hogares, con la ayuda de algunos héroes limpiaron el humo de la ciudad y podíamos volver a nuestras casa como si nada. Nos despedimos de la familia Bakugou y cuando llegué a casa me fijé en la notificaciones de mi celular. Mamá me había llamado varias veces. Le devolví el llamado a pesar de que era tarde, pero así podría dormir tranquila.

—Hola, mamá. No pude contestar antes porque tuvimos que evacuar, pero estamos bien.

—¡Hija! Estaba muy preocupada, te he dicho que nunca te despegues del celular, es la única manera en la que te puedo sentir a mi lado.

—...Mamá, lo siento. No volverá a ocurrir, te extraño mucho.

—Yo también, aún espero tu visita.

—Iré el próximo fin de semana, mamá. Lo prometo.

—¡Sí! Compraré cositas ricas, te quiero mucho, cuídate y descansa que es tarde.

—Yo igual, mamá. Te quiero más, descansa.

—Bien, dale mis saludos a tu padre, adiós bebé.

También tenía unos mensajes de Shiro y hablé con él hasta que dieron las dos de la madrugada, mañana teníamos clases pero de todas formas hablamos hasta tarde.

Cuando desperté en la mañana para ir al colegio fui hasta el paradero, Shiro había comenzado a salir con Jirou y estaba muy feliz por él, anoche le había dicho que debía comenzar a volar sin mi, aunque mis palabras sonaran a broma era muy sincera realmente, no quería que dejara de hacer cosas por mí, podía ser su mejor amiga desde siempre, pero no significaba una traición ir al colegio sin mí como él pensaba, de todas formas no iría sola. Y estaba segura que en el caso de ir sola Shiro iría conmigo y Jirou al colegio.

Cuando llegué al paradero fue más temprano de lo usual, como pensé que llegaría tarde salí antes de mi casa. Me senté a esperar el autobús y bostezé por milésima vez mientras alguien se sentaba a mi lado —Desde la otra cuadra veía tus bostezos.

—Sí, me desvelé hablando anoche —le sonreí a Bakugou, que llegó con el ceño más fruncido de lo usual.

Cuando tomamos el autobús y llegamos a UA, Aizawa sensei nos esperaba en el aula con magníficas noticias, las fechas de las pruebas y el campamento.

Bien, está de más decir que el campamento nos dió más ilusión que las pruebas, pero no podríamos ir sino sacábamos buenas calificaciones.

Estuve hablando con Shiro, Jirou, kirishima, Mina y Denki de como nos ha ido en nuestras calificaciones pasadas, resulta que nos habíamos confiado demasiado, Mina y Denki comenzaron a gritar mientras yo levanté la mano para que Aizawa sensei me diera la palabra. —¿Cuál dijo que era la nota mínima para asistir al campamento?

—Será 90 por preguntar eso —Abrí mis ojos y Mina, Denki, junto a Sero y kirishima gritaron mi nombre. ¿Podía comenzar a llorar? ¡Lo siento! ¡Pero no me griten, no era mi intención!

No me gustaba estudiar, estudiaba muy pocas horas después de clase y sabía que debía esforzarme más, no tenía malas notas pero eran bastante sosas y podía dar más. ¡Pero es que odiaba estudiar en casa! —Perdón chicos.

—Momo dijo que podía ayudarnos a estudiar —Dijo Jirou. Sero, Denki y Mina saltaron hacia ella dándole las gracias. Yo también quería unirme, pero no era muy cercana a Yaoyorozu-san y no quería incomodarla.

—Aunque me esfuerce creo que no será suficiente —dijo kirishima.

—¿Cuál es tu promedio? —Pregunté.

—76 —Dijo entregándome sus cálculos.

—Ouch, y te faltan algunas notas.

—Creo que no iré.

—Creo que yo tampoco —Le respondí dejando caer mi certificado de notas en mi pupitre.

—¡Yo también puedo dar clases! —Nos gritó Bakugou arrebatándonos nuestros cálculos de promedio —¡No les costaría nada estudiar un poco más!

—¡Oh! ¡¿Lo dices en serio?! —dijo kirishima.

—¡¿Crees que no puedo?!

—No, no, no dije eso —dijo kirishima —Pero aún así creo que no podré...

—¡No puedes rendirte si quieres ser héroe!

Bakugou seguió discutiendo con kirishima mientras que yo aún procesaba la manera de ayudarnos de Bakugou, finalmente me acerqué más al pupitre de Bakugou y le sonreí a lo que el apartó mi rostro con su mano.

—¡Aléjate, maldita bruja! Los quiero en la cafetería de la esquina el sábado en la mañana —¿El sábado? Le había prometido a mamá ir a visitarla.

—Oh, creo que sólo podrá ir kirishima, yo estoy ocupada el fin de semana, pero gracias Bakugou.

El rubio frunció el ceño antes de chasquear sus dientes en su pupitre —Como quieras.

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