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Durante los días siguientes se dedicó a rebuscar todo tipo de cosas que pudieran ayudarlo pero no encontró nada que lo animara a escribir por lo que ya entrada la tarde camino por las concurridas calles de Shinjuku buscando un lugar donde comer algo, el viento frio complementaba el clima húmedo que anunciaba una repentina llovizna que lo obligo a refugiarse en el primer izakaya* que se encontró. Era un local algo pequeño, sin embargo era un lugar muy agradable. Se acerco a la barra que separaba la cocina del resto del local y observo el menú que estaba sobre esta, al final se decidió por pedir Yakisoba* con pollo frito y una cerveza. Estaba demasiado agotado y le dolían los pies, coloco la punta de su pie sobre el talón y estiro un poco el arco intentando aligerar la tensión que le causaban los zapatos, suspiro aliviado y sus pensamientos regresaron al manuscrito pendiente que tenía. Las preguntas pronto comenzaron a emerger en su mente.
¿Cómo escribiría algo tan...?
Ni siquiera encontraba palabras para llamarlo, no sabía si el motivo era que el sexo le asustaba o que nunca había tenido ni un mínimo acercamiento a él. Ignoró ese pensamiento y mejor considero el como la industria para adultos le ayudaría a impulsarse y hacerse un poco más reconocido en el medio literario. Era muy inocente de su parte pensar que le aceptaran de inmediato en una revista de renombre. Estaba parcialmente decidido a continuar con ese desafío y por el resto de la noche se dejaría llevar por los placeres que le podía ofrecer la ciudad, todo para que su inspiración prosperara. Su atención fue llevada a la serie de sonidos de su pedido chocar con la mesa, hizo un ademan con la cabeza y agradeció, luego procedió a beber un largo y refrescante trago de su bebida, con mucho cuidado la dejo en la mesa y tomo los palillos con algo de torpeza. Por más que practicara como usarlos nunca podía hacerlo de la manera correcta.
Mientras intentaba tomar un poco del contenido de su plato, una mujer se sentó junto al e hizo su pedido y no tardo en darse cuenta de que esta lo miraba demasiado, incomodo procuro seguir comiendo y no devolverle la mirada, sin embargo la mujer comenzó a hablarle y al no tener resultado satisfactorio para ella solo le ofreció una tarjeta de contacto, la cual recibió amablemente y no volvió a molestarlo durante su estadía en ese lugar. Cuando la mujer se retiró, curioso la miro atentamente; físicamente era atractiva, llevaba un vestido corto y unos tacones que la hacían ver sofisticada y esbelta, esa vista se vio interrumpida cuando ella se colocó un gabardina larga y salió del establecimiento. Devolvió su vista a la tarjeta y en ella estaba escrito en cursivas el nombre de lo que supuso sería un bar, un número de teléfono y finalmente el nombre de la mujer.
"Rakkun"
Se extraño un poco al ver una palabra tan corta pero luego todo le hizo sentido y una idea se abrió paso entre sus inquietudes.
...
Su razón de vivir en Japón era sencilla, siempre le había gustado su cultura y principalmente la literatura. En preparatoria se había enamorado de muchos exponentes del país por lo que siempre añoro con vivir y publicar algo suyo ahí. Se esforzó mucho para aprender japones y trabajo mucho más para poder pagarse los gastos del viaje y vivir bien por un par de meses. Lo consiguió y un par de meses llenos de papeleos logró llegar a donde se esperaba pudiera construir un buen futuro, solo tendría que esforzarse.
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Diganme si las imagenes les gustan, realmente me esforce para que quedaran decentes uwu
Por cierto, este año terminare el kinktober asi que atentxs:)
