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Su día en el trabajo había sido peor, pero si veía lo bueno era que no lo habían despedido, fue removido de su departamento y llevado al área de delitos sexuales. Sermoneado y con la dignidad pendiendo de un hilo finalizo su jornada y como acompañantes a su departamento se le unieron la lluvia y para su buena suerte un paraguas transparente. En el camino, su andar se volvió lento cuando paso frente a un gran ventanal de un izakaya* y entro de inmediato seducido por el bonito contraste de colores cálidos que desprendía el lugar.
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Después de arreglar el tema del contrato, se le pidió que realizara otros relatos y esta vez se le dio una fecha de entrega fija. Ese mismo día, durante la tarde se dirigió al banco a realizar la transferencia correspondiente y con el dinero sobrante fue a un izakaya* a comenzar su trabajo.
Tomó asiento junto a la ventana, le sirvieron té verde mientras esperaba su orden -Yakitorii*con sake-, entretanto el se dedico a ver que podría escribir para esos encargos, se mentalizo para tomar los temas como trabajo y no como algo personal.
Trabajo es trabajo- se repetía mentalmente, entonces alzo la mirada dispuesto a admirar la calle solitaria iliminada levemente, pero en su lugar se topo con una figura delgada que sotenía un paraguas y viéndolo atentamente se le vino a la cabeza la chica que había dibujado Osamu para el ultimo tomó. Lo siguió con la mirada un buen rato mientras en su mente rememoraba las viñetas donde la chica se mostraba sensual y se preguntó si el chico podría hacer lo mismo.
