6.

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Sobre las cuatro de la mañana, un ruido entorpeció el sueño de Yamaguchi, haciendo que se incorporara.

Al hacerlo, notó un peso en su lado izquierdo, y entonces recordó lo que había pasado.

Tsukishima dormía plácidamente a su lado. Su piel pálida reflejaba el leve resplandor de la luna, causándole una sensación de nostalgia al moreno.

A causa de esa nostalgia, comenzó a darle vueltas a las palabras de su amigo.

"Estar juntos siempre...".

Si no viniera de él, aquella charla nocturna le habría parecido una confesión de amor.

Pero no podía ser, Tsukishima acabaría enamorándose de alguna chica, y estudiaría una carrera en el extranjero, para luego tener hijos y vivir en familia.

Yamaguchi acabaría siendo un recuerdo de su juventud; una persona importante de la que él le hablaría a sus hijos.

Porque sí, Tadashi sabía que era muy importante para el chico, pero no de la manera que anhelaba.

"¿Cómo puede dedicarme esa canción?" pensaba intentando enfadarse con él.

Por otra parte, su subconsciente le gritaba que aquello tenía que significar algo; Kei cuidaba mucho sus palabras al expresarse.

Era todo tan obvio, y a la vez tan ambiguo, que lo desesperaba.

No quería admitirlo, pero inevitablemente sus esperanzas estaban ascendiendo.

"No seas tonto, ¿Por qué ibas a gustarle? Solo sois amigos de la infancia".

Se sentía estúpido, infantil.

"Enamorado de mi mejor amigo".

Típica historia juvenil que acaba en tragedia.

El mismo ruido de antes lo sacó de su ensueño.

Con los ojos un tanto entumecidos, distinguió dos sombras que se aproximaban desde la puerta hacia él.

Rápidamente, las reconoció; eran Tanaka y Kiyoko, caminando de la mano.

-Aquí estás...- susurró la chica, soltando la mano de Tanaka.

Tanaka resopló ante la acción.

-Mañana te veo, descansa- trató de compensarle dándole un corto beso en los labios.

El chico sonrió embobado y se lanzó a la cama, quedando dormido casi al instante.

-Vamos fuera a hablar- le recomendó saliendo por la puerta.

Le siguió, y llegaron a un descampado con un par de bancos y árboles. Se sentaron juntos, y ella comenzó a hablar.

-¿Querías contarme algo no?

El chico asintió; había pensado que contárselo a una persona como ella podría ser beneficioso.

Al final, como siempre decía Tanaka, Kiyoko era una diosa. Era buena persona.

-¿Tiene que ver con alguien del equipo? Porque en ese caso es importante que lo sepa como manager.

-Sí bueno... Necesito consejo, o aunque sea contárselo a alguien, y creo que tú eres la mejor persona a la que acudir.

-¿Es sobre tu vida personal? Si tienes problemas en casa o algo...- sugirió delicadamente la chica de gafas.

-No, para nada- se apresuró a afirmar- Es más sobre... ¿Amor?

-Oh... Entiendo- asintió ensimismada, un tanto perpleja quizás.

||𝙂𝙤𝙢𝙚𝙣, 𝙏𝙨𝙪𝙠𝙠𝙞|| (𝙩𝙨𝙪𝙠𝙠𝙞𝙮𝙖𝙢𝙖)Where stories live. Discover now