Desde mi cadencia de amor siento una quietud inmensa en mi corazón, es una euritmia difícil de explicar pero los detalles son parte del proceso que debemos pasar.
Lánguido es el temor que inunda de voces interna a mi corazón, dejando jaque mate al jugador que tiene la jugada perfecta, pero no sabe que bajo la manga el as perfecto lo convertirá en perdedor.
Consonancia en el paredón dejo atrás al opresor y libertad gritamos de conmoción, dejando en estambre arrullado al gato que parecía ser el siguiente contendor.
Armonía de placeres encuentro en el final del arcoiris dónde el sol me anuncia un nuevo amanecer, una nueva luna va llegar de noche y nuevas estrellas veremos florecer.
Allí en el firmamento nocturno del cielo, colores cientos de miles de colores parpadeantes destellarán en el universo, creando un mundo nuevo, una nueva luna mirada de aceituna llevará a la vida entregando amor y paz llenando corazones de inmensa fortuna.
Mirada de luna tierra marchita, universo al unísono en un eco cerrado dará vítores entre fugaces estrellas plateadas fulgorosas como el afán de una nueva tierra procrear.
Tierra azuleja bajo la luna azabache enciende la llama que llama que vengas a encender la flama que emana del alma y da calma al karma antes que llegue y desate su ira entre espadas de esgrima, última estocada y el juego termina.
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