Si el pasado ya pasó, eso quiere decir que es hora de reinventarse, seguir adelante dónde siempre está el horizonte, enfocar mi vida en ese instante dónde caminar sobre arenas movedizas sea solo un sueño.
Es hora de darle chance al corazón para enamorarse, no vale la pena que se quede en el pasado dónde no fue importante.
La pesadilla del no eres tú soy yo, ya pasó de moda, dar vuelta la página y abrir un nuevo libro tiene que ser ahora.
Recién me estaba lamentando, pero hace tanto tiempo que no doblaba mis rodillas, y clamé al cielo donde aquél ser único me puede estar escuchando para que me diese una mano.
Es el momento para decir que desde hoy en adelante todo va estar bien, yo voy a estar bien, me daré el tiempo para volver a conocerme y darme cuenta de lo equivocado que estaba en ese tren que decidí abordar sin un destino fijo.
Mi padre desde el cielo me dijo; Hijo, no desmayes aunque sea duro el camino, pero necesitabas superar solo esta prueba para que finalmente te dieses cuenta que la vida es una y no se la di a cualquiera.
Aprovecha cada instante de vida, todos los segundos corren al mismo tiempo en este compás, la vida no fue dada para lamentaciones, menos para dejar que una depresión se vuelva nuestra voluntad.
El pasado ya pasó, quedó en el ayer, quedó atrás, hoy es momento de dar el siguiente paso hacia la felicidad.
Una persona no hace la felicidad de otra, eso es superficial, momentáneo, emocional, temporal.
La felicidad es personal, uno mismo se hace a la idea de ser feliz por ser como es cada día, sin depender de nadie que se pare en frente y diga; ¡Hola! — hoy serás feliz. La vida no funciona así.
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