Temor

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Conway suspiró al ver la deplorable imagen de su comisario predilecto. Volkov era un hombre de palabra y, cuando se prometió que ingeriría vodka hasta desfallecer no fueron juramentos en vano, sino que realmente cumplió lo que premeditó tras su cruento choque con Horacio. Así evidentemente se explicaba el porqué de sus violáceas ojeras y su malhumor constante. Ni Jack ni Greco consiguieron sonsacarle algún dato sobre su pésimo estado, pero imaginaban con bastantes fundamentos que se trataba de algo relacionado con el pelirrosa, pues últimamente todo el carácter del ojiazul dependía enormemente del ambiente que reinara con el chico. Si estaban bien, rendía correctamente en su trabajo. Si estaban mal, bebía como un cosaco hasta desfallecer y luego lo pagaba con la malla. Y, honestamente, su jefe se estaba comenzando a cansar en sobremanera de la liosa relación de ambos. El comisario barbudo, por su parte, trató de alisar las asperezas con el ruso para escucharlo y consolarlo, ya que por muchos piques que tuvieran eran amigos y le apenaba observar la decadencia del extranjero. Viktor, sin embargo, no colaboró.

—Volkov macho, no puede estar así.— soltó el castaño escudriñando la espalda del de hebras platinas. El otro no lo encaró, pues estaba sentado sellando una serie de documentos.— Aunque esté haciendo papeleo, está imposible. No se puede si quiera hablar con usted.— evidenció. El extranjero resopló. ¿No podían al menos dejarlo acometer su trabajo en silencio? Su cabeza recibía pinchazos intermitentes debido a la resaca.

—Pues váyase, yo no le pedí que conversara conmigo.— el de orbes marrones inició una cuenta progresiva que iniciaba con el uno y finalizaba con el diez. Desearía regalarle un puñetazo, pero se vería gravemente envuelto en una disputa con su jefe.

—Conway me dijo que lo supervisara.— el más alto soltó una risa irónica. Ni ahogarse en sus penas podía hacer ya.— Además, yo también tengo que firmar el papeleo, le recuerdo que somos dos comisarios.— rememoró cruzándose de brazos. El ruso no le prestó atención, sino que simplemente estiró su zurda y le posicionó un gran taco de folios en su espacio sobre la vasta mesa con tonalidad roble.

—Esos son los que necesitan ser firmados por usted. Diviértase.— dijo sin más. Si le iba a tocar la moral se aseguraría que sufriera lo mismo que él. El más corpulento se estaba arrepintiendo al observar la mezcolanza de papeles, desordenados y probablemente soporíferos. A pesar de ello el castaño se sentó frente al platino y, resignado, comenzó a garabatear una firma en cada uno de los informes que precisaran la misma. Por tanto, lo único relevante que se percibía era el frote de los bolígrafos sobre las superficies blanquecinas, que inintencionadamente compusieron una melodía un tanto extraña y arrítmica. Tras unos largos y aburridos minutos, el superintendente se personó en la sala nuevamente, pues antes tuvo que reponer la armería de comisaría, así como avituallar con suplementos necesarios para la malla. Analizó con gracia la escena, observando cómo ambos comisarios estaban absortos en sus respectivos cometidos.

—Así me gusta, supernenas.— ambos hombres se dieron por aludidos y auparon su vista hacia el líder del CNP.— Trabajando duro para mí.— los de menor rango rodaron sus ojos paralelamente, retomando sus quehaceres sin prestar mayor atención a su jefe. Conway anduvo hacia el ordenador de sobremesa, sentándose en su particular silla para teclear algunos datos necesarios. Desarrollaron sus labores nuevamente con mutismo, pero tras unos minutos de concentración Viktor sintió un martilleo intenso lacerar su sien. Se detuvo un instante y cerró sus ojos, masajeando asimismo su puente de la nariz para tratar de amenizar el dolor. El castaño lo avistó frenar sus cometidos, así que izó sus orbes cobrizas curioso. Ladeó una sonrisa empática al verlo tan afectado, pero no pudo eludir sus ganas de mofarse.

—Veo que alguien bebió mucho anoche.— informó llamando la atención de los otros dos varones. Jack se guardó una sonrisa para sus adentros.

Intimacy - [Volkacio]Where stories live. Discover now