My Queen (MoonSun)

II

Ya era de día. YongSun abrió los ojos; confundida, empezó a mirar alrededor, recordó lo que había pasado la noche anterior. La joven Omega cerro los ojos, queriendo no llorar por el hecho de estar allí encerrada. Todos sus pensamientos se esfumaron en cuanto escucho la puerta de la habitación ser tocada.

-Adelante – La Omega dio permiso a la vieja Beta de la noche anterior, entrando con comida en sus manos.

-Te eh traído el desayuno – dijo la Beta para luego dejar la bandeja con el desayuno en el mueble al otro lado de la cama.

-Muchas gracias – dijo desanimada la Omega.

-¿Cómo estás? – le pregunto preocupada.

-Quiero salir de aquí – reclamo YongSun.

-¿No eres de Seúl? – La Omega negó ante la pregunta de la Beta – ¿De donde eres?

-Soy del reino de Busan – le dijo la Omega y la Beta simplemente asintió.

-Dejare que desayunes tranquila – SeungWan salió de la habitación, dejando a YongSun nuevamente sola.

Cuando la Omega termino de desayunar, agarro la ropa que tenía puesta la noche que llego al castillo. Se puso su ropa y su capucha celeste también, estaba decidida a salir de allí.

La Omega salió de la habitación, en cuanto se aseguró de que no había nadie en los pasillos, salió y corrió. La rubia no sabía dónde estaba, pero solo rezaba por tener suerte. Después de seguir corriendo, vio unas escaleras, recordó la noche anterior cuando la reina la había traído por allí; inmediatamente YongSun bajo los escalones. La Omega pudo ver la cocina, en ese momento supo que estaba cerca de la salida. Siguió corriendo por el castillo, hasta que vio la gran entrada, rápidamente corrió hacia allí, pero fue detenida por alguien que agarro su brazo.

-¡Alto! ¡No puedo dejarte salir sin órdenes de la reina! – Era un guardia.

-¡Suéltame! Debo salir de aquí – la Omega trataba de zafarse del agarre de aquel Alfa.

-No he tenido ordenes de la reina para dejarte salir – el Alfa frunció el ceño – MinHo, llama a la reina – le pidió aquel Alfa a otro guardia, el cual fue hacia donde se encontraba la reina.

YongSun seguía intentado librarse del agarre del Alfa, pero no servía, aquel Alfa era más fuerte que ella. Momentos después había llegado la reina, con notoria molestia en su rostro. YongSun se asustó ante la presencia de tal Alfa y agacho la cabeza sumisamente.

-¿Quién te dio permiso de salir? – MoonByul agarro de la barbilla a YongSun, haciendo que esta la volteara a ver.

-¿Quién te dio permiso de encerrarme? – la reina se rio amargamente ante lo que decía la Omega.

-Es mi castillo, yo hago lo que quiera – la reina se acercó peligrosamente a la Omega – Tuve compasión al no matarte, pero veo que tendré que hacerlo

-¿Con que excusa? ¿Por querer entrar y salir de un castillo? – los guardias presentes veían asombrados a tal Omega, nadie era tan valiente como para hablarle así a la reina.

-MI castillo, que no se te olvide – dijo la Alfa, recalcando la primera palabra – Estas en mi territorio, por lo que deberás seguir mis reglas

-¡No quiero! – grito la Omega.

-¡Llévenla a la alcoba donde estaba! – la reina grito, a lo que uno de los guardias agarro a la Omega, llevándola a donde la había encerrado.

ΩΑ

MoonByul llego a la sala del trono, sentándose en aquel gran asiento donde debía ir el rey. La Alfa estaba con dudas en su cabeza ¿Por qué no había matado a la Omega? Si bien ya tenía dos excusas, simplemente no quería matarla, aun sin saber porque.

La puerta de la sala del trono fue abierta. A MoonByul se le esfumaron los pensamientos, notando que la persona que entraba no era nadie más que la Beta que había metido a aquella Omega al castillo.

-¿Qué quieres SeungWan? – pregunto con amargura la reina.

-Me ha dejado con una duda mi reina – hablo la Beta – ¿Por qué no ha matado al Omega? – y allí va aquella pregunta que atormentaba a la reina.

-Y-yo... No sé – la reina se avergonzó por el hecho de tartamudear.

-Su majestad ¿Qué sucedió con aquella Omega? – la Beta se acercaba cada vez más a donde estaba la reina.

-No sé, mi lobo simplemente me dijo que no la matara – MoonByul agacho la cabeza, no le daba vergüenza tener ese comportamiento con aquella Beta, a ella la conocía desde que era un cachorro.

-¿Ha sido su lobo? – ella jadeo sorprendida.

-Si, cuando me la lleve, estaba dispuesta a matarla, pero mi lobo me dijo que no, por eso la encerré en la alcoba – la reina cerro sus ojos frustrada.

-Creo saber qué es lo que sucede – susurro la Beta, pero MoonByul igual escucho.

-¿Qué es? – pregunto en un susurro.

-¿Sabes? Esta historia te la contaba tu madre cuando eras un cachorro – empezó a redactar – Esa Omega es tu pareja destinada

ΩΑ

YongSun estaba en la alcoba donde había sido encerrada; trataba desesperadamente de salir, pero habían cerrado la puerta con seguro.

La Omega decidió ir a la cama, no tenía nada más que hacer así que mataría el tiempo durmiendo. Estaba a punto de cerrar los ojos, cuando el sonido de la puerta siendo abierta sonó.

-¿Qué quiere? – pregunta con amargura la Omega al notar que se trataba de la reina.

-Mira, este castillo será tu nuevo hogar, porque nunca te dejare salir – la reina sonrió con malicia – Así que solo tienes permitido ir a la cocina, a tu alcoba o al jardín del castillo

-¿Por qué tengo que estar aquí? – la Omega frunció el ceño.

-Porque así lo he decidido, tonta Omega – la reina se dio media vuelta, con intención de salir – No se te olvide ir a cenar, te esperare allí – y cerro la puerta.

La Omega se acostó nuevamente en la cama pensando en lo que había dicho la Alfa ¿Cenar con ella? ¿Quién se creía que era? YongSun no tenía ni un poco de ganas de cenar con aquella reina.

Aún era temprano, la Omega estaba aburrida, por lo que decidió salir a donde era el jardín del castillo. Salió de su alcoba y se dirigió a donde creía que podría ser la salida del patio, pero se perdió.

-Disculpe ¿Se encuentra perdida? – pregunto una dulce voz eh inmediatamente YongSun volteo.

-S-si... Solo quería llegar al patio – la Omega se sonrojo avergonzada.

-¿Es usted la Omega YongSun? – Pregunto la contraria y la rubia asintió – Oh, genial. Soy Ahn HyeJin, la reina me ha mandado a cuidar de usted – sonrió aquella chica, la cual YongSun pudo distinguir como Omega.