Capítulo 1: Primer día, ahí vamos

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(Kageyama)

Después de escuchar la voz de mi padre, me puse el uniforme de Kitagawa Daiichi lo más rápido que pude, agarre mi mochila, revisando que tuviera todo para mi primer día, y baje a la cocina.

Mi madre estaba sentada leyendo el periódico, y mi padre estaba cocinando...

Cuando estaba en la secundaria, no solía más que murmurar un saludo antes de sentarme a comer, más que nada, porque no quería hacer enojar a mi mamá, pero si iba a cambiar todo, entonces también seria la relación con ellos.

-Buenos días mamá. -Dije animado, y antes que se diera vuelta, le di un beso en la mejilla.

Fue desconcertante, observar como mi propia madre me veía sorprendida por un simple beso...

Me acerque a mi padre, y jale de su remera para que me mirara. Como era más alto que yo, me tuve que poner de puntillas para también darle un beso en la mejilla.

A diferencia de mamá, papá me sonrió, y pareció muy feliz de recibir afecto. Me senté en mi silla, y él puso unos wafles en mi plato, además de acercarme un vaso de leche.

Mientras comenzaba a comer, volví a mirar a mi madre. Ella me miraba aun un poco sorprendida, y caí en la cuenta que, si miraba en mis recuerdos, una vez que comencé la primaria, yo había dejado de dar afecto a mis padres, más que nada, porque ellos tampoco me lo daban...

Quizás, si yo hubiera sido más unido a ellos... tal vez hubiera podido evitar lo que sucedió...

Bien, pero vamos una cosa a la vez, necesito organizarme para mejorar tanto las relaciones con mis amigos, como con mi familia y mantener buenas notas para no estresar a mi madre.

Yachi-san me mostro una vez, que usaba una agenda para organizar sus tiempos, eh incluso arreglo una para mí, y debo decir que era muy útil. Vamos a usar una de esas ahora.

-Mamá-Llame. -Esté año voy a mejorar mis notas, y me gustaría, si pudiera ser... que me compraras una agenda... para acomodar mis tiempos...-

En general, nunca me había gustado pedirles cosas a mis padres, pero no es como si tuviera dinero para comprar una yo mismo.

Otra vez, fue desconcertante ver la sorpresa en la cara de mi madre, antes de que volviera a su yo serio. Sin embargo, las esquinas de su boca estaban curvadas hacia arriba en una pequeña sonrisa, que yo no había visto en demasiado tiempo...

-Me alegra que quieras mejorar tus notas. -Me contesto. -Podemos comprarte una agenda de camino a la escuela. Termina tu desayuno. –

Acabé mi desayuno con una sonrisa, y recogí mi bolso. Saludé a mi padre, de nuevo, con un beso en la mejilla, y salí con mi madre.

Mi mamá tenía un auto negro, muy bonito. Ambos nos subimos, y ella condujo a una librería.

Si hay algo que antes no había hecho, era escuchar hablar a mi mamá conmigo por mucho tiempo... en realidad, si miraba hacia atrás, las únicas veces que "hablaba mucho" era cuando me gritaba... Pero ahora, ella estaba muy entusiasmada de que yo tuviera mi propia agenda, y me hablaba de todos los tipos que había.

Fue muy agradable, escuchar a mi madre hablar sobre agendas, y recomendarme sus favoritas, pues ella usaba una para su trabajo. Al final, terminamos comprando una de tapa dura, azul, decorada con estrellas, y que tenía una hoja para cada fecha.

Conforme con la compra, mi madre me llevó a la escuela, y antes de bajarme del auto, me despedí de ella con un beso en la mejilla.

-Adiós mamá, gracias por la agenda. -Le dije, mientras bajaba. -Ten un buen día en el trabajo. –

Deseo concedido, pasado reconstruidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora