Capítulo 6: Fatídico día de vuelta

1.7K 250 44
                                    

(Kageyama)

Después del día en que Oikawa-san me golpeó, todo cambio. Iwaizumi-san, Kindaichi y Kunimi no lo dejaban acercarse a mí, y yo estaba bien con eso, aunque todo era muy incómodo. Al mismo tiempo, mi padre se sumió más en depresión, y a pesar de mis intentos de animarlo, comencé a darme cuenta, de que no podía hacer nada.

El año se termino en un parpadeo, entre los exámenes, el club, y mis salidas con mis almas gemelas.

El día en que Iwaizumi-san y Oikawa-san se graduaron, Kindaichi y yo nos acercamos a nuestro ahora, ex vice capitán, y le dimos un beso en la mejilla, mientras Kunimi nos sacaba una foto.

Iwaizumi-san nos abrazó y luego le revolvió el pelo a Kunimi, con una sonrisa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Iwaizumi-san nos abrazó y luego le revolvió el pelo a Kunimi, con una sonrisa.

-Los voy a extrañar mucho. -Nos dijo a los tres. -Pero tienen mi número de teléfono, llámenme si quieren que nos juntemos o algo. Siempre estoy disponible para mis kohais. –

-Te queremos mucho, Iwaizumi-sempai. -Le respondimos los tres al mismo tiempo.

Con Oikawa-san en Aoba Johsai, creí que las cosas mejorarían, ya tenía una cosa menos de que preocuparme... volví a ser un iluso...

El día en que mi padre se suicidó llegó. En la mañana, parecía muy normal, aunque alcance a notar que su sonrisa era falsa. Intente animarlo con algunos chistes, pero nada funciono. Al final, antes de irme a la escuela, lo abrace con mucha fuerza.

-Te quiero mucho, papá. -Le dije.

-Y yo a ti, Tobio. -Me contesto.

Salí de casa, con el presentimiento de que algo malo pasaría...

Durante toda la jornada escolar estuve muy preocupado, y en la práctica me desconcentré un poco. Para cuando llegó la hora de irme, corrí directo a casa, dejando a Kunimi y Kindaichi solos.

Tenía que asegurarme que papá estuviera bien, tenía que saber que seguía vivo.

Abrí la puerta de la casa, con las manos temblando. Entre y llame a mi padre, pero no contesto. Con más miedo del que había sentido nunca, fui a la sala.

Estaba en el sofá... sentado como la última vez... y seguía pareciendo dormido, pero... el frasco de pastillas vacío estaba en el piso de nuevo...

No, no, no... ¡¿Por qué?! ¡¿POR QUÉ?! ¡SE SUPONIA QUE ESTO NO VOLVERIA A PASAR! ¡SE SUPONIA QUE YO LO ARREGLARIA! ¡¿POR QUÉ?!

Llame una ambulancia, mientras revisaba el pulso de mi papá... las lágrimas no dejaban de caer por mi rostro... Después de todo lo que hice... después de que cambie tanto... ¡¿Por qué volvió a suceder?!

La ambulancia llegó, pero ya era demasiado tarde... mi papá había muerto, otra vez... 

Deseo concedido, pasado reconstruidoWhere stories live. Discover now