Capítulo 34 - La boda Parte 2

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Las bodas son aburridas a menos que sea la tuya imagino. El sacerdote hacia demasiado tiempo que estaba hablando y junto a sus palabras mi cerebro se había apagado, estaba en babia (una forma de decir en cualquier lado menos allí mismo).

Si bien fui a colegio católico jamás tuve un gramo de fe en la iglesia, en realidad con Chalarles habíamos decidido casarnos solo por civil muy a pesar de nuestros padres. Sonreí ante el recuerdo del dia que les contamos que íbamos a cancelar nuestra boda por Iglesia, fue un drama para ellos, luego de la cena con nuestras familias recuerdo que nos pasamos la noche entera riéndonos y comiendo helados de nuestra heladería favorita. No toda mi relación con el fueron momentos monótonos, aburridos o tristes, es verdad que no fue una relación de película pero tuvo sus momentos divertidos, es más tal vez al final de nuestra relación no, pero al comienzo de ella estaba locamente enamorada del rubio hijo de los amigos de mis padres. A decir verdad toda adolescencia me la había pasado babeando por Charles, pero él nunca me había dado la hora, hasta que nos cruzamos en una fiesta un par de años después de haber terminado el liceo, el se veía increíble con su pelo perfectamente ordenado, un saco sport y una sonrisa digna de una propaganda de enjuague bucal. En ese tiempo yo estaba creando mi fama revoltosa e irreverente. Me acuerdo que me presente ante el sin una pizca de vergüenza, sin importarme que estaba rodeado de su grupo de amigos y amigas, y le dije mirándolo con mis ojos traviesos: "Vos sos una cuenta pendiente". Esa noche nos la pasamos conversando, nos despedimos con un beso en el cachete sin pasarnos nuestros teléfonos, es mas no me acuerdo si ni si quiera le dije como me llamaba. Fue toda una sorpresa cuando me entere que Charles Mounterd estaba buscando a la chica desvergonzada que había conocido en una fiesta. Ahora que lo pienso más detenidamente, tal vez nuestro comienzo si fue como en una película de Disney.

- Si alguien se opone a esta boda hable ahora o calle para siempre – escuche decir al cura, la iglesia estaba en total silencio cuando una canción demasiado fuerte comenzó a sonar:

"I'm a bitch, I'm a boss

I'm a bitch and a boss and I shine like gloss

I'm a bitch, I'm a boss

I'm a bitch and a boss and I shine like gloss

I'm a bitch, I'm a boss"

Enseguida pensé ¿Qué clase de idiota no deja su celular en silencio? Y sobre todo ¿Quién puede tener tanta mala suerte para que le suene en el medio de LA PREGUNTA? Solo me basto un codazo de Natalia para darme cuenta que la respuesta a todas las preguntas que me hacía era: YO. Era mi celular el que estaba sonando. MIERDA.

Las miradas de absolutamente todos los asistentes estaban puesta en mí y mi búsqueda implacable para encontrar mi celular y apagarlo: ¡era increíble como en una cartera tan pequeña como la que traía podía perderse algo tan fácilmente!, en cuanto lo tuve en mis manos e iba a apagarlo, mis manos que son muy torpes (si le estoy echando la culpa a mis manos) hicieron que mi celular (aun sonando) saltara y callera en el medio del pasillo donde minutos antes había caminado mi prima y sus damas de honor con sus vestidos a juego.

Les describo la imagen, para que tomen conciencia de la vergüenza que pase: yo que para todos los invitados era "la loca ex novia", con un vestido de infarto y casi BLANCO, estaba parada intentado apagar el celular que no dejaba de sonar I'm a bitch, I'm a boss", mientras que era el momento del tan emblemático "hable ahora o calle para siempre". La cara de mis padres era de vergüenza absoluta (como siempre), la cara de mi prima era de rabia infinita y la cara de Charles era de diversión, si mi maldito (casi violador) ex prometido se estaba riendo de mí. Al sentir todas las miradas sobre mi me pareció correcto aclarar que era lo que había pasado.

Un error para no olvidar. (Terminada)Where stories live. Discover now