VI. 9 de Agosto

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Autor: Hanjingyi

Traducción: LienXue

Categoría: AU moderno.

Nota mía: Esto está súper loco y más o menos logré entenderlo después de la cuarta leída, así que benditos sean quienes tienen una buena comprensión lectora y cachan a la primera jaja. ¡Gracias por leer!

Resumen:

Siguen viéndose y es todo lo que Mo Ran podía pedir, hasta que ya no es suficiente.

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Mo Ran se detuvo bajo el árbol haitang en la colina a las afueras de la ciudad, con las manos en el bolsillo, su mirada elevada. Flores rosas y rojizas revoloteaban en el aire, cayendo ligeramente en cascada sobre el suelo en una lluvia de pétalos mientras una suave brisa soplaba entre las ramas.

Era agosto, el clima era lo suficientemente fresco como para permitir una chaqueta ligera sobre una camiseta de manga corta sin hacerlo sudar, pero Mo Ran no podía dejar de temblar mientras estaba parado allí, mirando a su alrededor expectante e ignorando las miradas desconcertadas que recibía de las pocas personas que caminaban cerca. No sabían nada, por supuesto, nada de la etérea y majestuosa figura que aparecía bajo ese árbol una vez al año para él y solo para él, y así es como quería que las cosas se quedaran, ya que no era el tipo de persona que podía compartir fácilmente lo que más atesoraba.

Se quedó allí de pie, esperando, una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios mientras cerraba los ojos. Disfrutando de la luz del sol que se asomaba entre las nubes dispersas, los recuerdos de los ocho años que pasó visitando ese viejo árbol bailaban detrás de sus párpados; el primer encuentro impresionante de aquella noche en que huyó de su hogar adoptivo, la forma en que esa figura brillaba bajo la luz de la luna con los ojos fijos en él, acariciando una flor rosada entre delicados dedos pálidos. Los años que siguieron a la ilusión de no poder verlo todos los días, su amigo secreto con una expresión severa y ojos bonitos, escuchándolo como solo su madre lo había hecho antes.

Cada año, él pensaba en diferentes maneras de hacer sonreír al solitario y cortante espíritu del árbol, con torpes dibujos de un cielo nocturno lleno de estrellas o palabras mal conjugadas escritas en palmas sudorosas que estaban lejos de parecerse a cualquier poema conocido por los hombres. 

El espíritu nunca lo felicitó exteriormente, pero desde entonces hizo aparecer una mesa baja con tinta y papel y utilizó el tiempo que pasaron juntos para explicarle cómo aligerar las líneas demasiado gruesas cuando trazaba, para aprovechar la forma en que sostenía el lápiz cuando dibujaba y para hacer lo mismo con el trazo que componía cada ideograma. Mo Ran se sentaba a su lado, con el ceño fruncido por la concentración mientras intentaba reproducir esas etéreas pinceladas y elegantes líneas; una emoción que temblaba dentro de él cada vez que el espíritu lo miraba con aprobación, alabándolo con las gentiles sonrisas que lentamente aprendió a conseguir de él. 

Cada año, se acercaba un poco más a comprender el misterio que el espíritu tenía en sus ojos;  desde aquella vez que se dirigió febrilmente a la colina, solo para ser reprendido y enviado a casa mientras la figura se desvanecía en el aire, hasta la otra cuando le cocinaba pasteles de osmanthus y se daba cuenta dolorosamente de lo diferentes que eran; los dedos del espíritu atravesando los suyos como si ni siquiera estuviera allí.

Mo Ran era más consciente; ahora, evitaba todo lo que pudiera recordarle a él o a Chu Wanning que pertenecían a planos existenciales opuestos, pero la razón difícilmente podía hacer las paces con su corazón; después de todo, se había enamorado en el momento en que puso sus ojos en él, con la inevitabilidad de un pétalo haitang cayendo de su flor al marchitarse. Solo tomó un poco de tiempo para darse cuenta de ello.

༄ ranwan box ෆWhere stories live. Discover now