Siempre podía culpar al Vodka

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Sia estaba disfrutando de poder bailar a pesar de que no era con el compañero que originalmente quería — Ni siquiera era su segunda opción la verdad —.

Para ser honestos encontraba a Richard atractivo — tenía ojos después de todo — y estaba segura que si se hubieran conocido antes de que llegara a Gótica, probablemente se habría lanzado a sus brazos en un parpadeo, y no lo habría dejado dormir durante un fin de semana entero, pero al parecer Gótica la estaba cambiando.

O era mejor dicho las personas en Gótica.

Desde pequeña Sia descubrió que para la mayoría de los estándares — si es que no para todos — ella era hermosa, y que eso mezclado con su encanto, más algo de ayuda de su Papá — Su pluma, aunque ahora no estaba segura si era por eso, o porque era un tercio angel — conseguir lo que quería o a quien quería nunca fue un problema.

Todos parecían caer a sus pies antes de tener que decir una palabra, y después se aferraban a ella tanto como podían, aún si fuera observándola desde lejos, y Sia creía que eso estaba bien, ella amaba a las personas y ser amada de vuelta no era para nada malo, y nunca cuestionó eso hasta que conoció a Damián.

Damián y en cierta medida Tim, fueron los primeros que no cayeron por ella de inmediato, que la trataron como a cualquier otra persona, y debía admitir que eso se sentía bien. Por una vez no estar en el pedestal en que el resto del mundo la puso, era... Liberador.

Y además tener que trabajar para obtener aquello que deseaba era mucho más divertido que tan solo sonreír y ver a las personas arrodillarse a su disposición.

Asi que en cuanto termino la canción Sia decidió volver con su nueva meta quien para su sorpresa estaba en medio de una competencia de Shots.

Eso era nuevo.

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Tim tan solo quería volver a casa, desde que Damián comenzó a tomar, parecía estar dispuesto a meterse en una pelea cada cinco minutos y a él le tocaba evitar que de hecho las cosas se salieran de control y terminaran en algún tabloide en la mañana siguiente por protagonizar una pelea en el club.

Nunca fue alguien de fe pero ahora mismo creía estar en necesidad de un milagro para detener a Damián.

— ¡Dami! — Como si sus plegarias fueran escuchadas Sia apareció de la nada abrazando a Damián atrayendo su atención y sacándolo de una pelea de miradas que parecía querer volverse física en cualquier momento.

— ¿No estabas bailando con Grayson? — Esperen un segundo ¿Era resentimiento en su voz? Tim parpadeo y de repente el extraño comportamiento de Damián comenzó a tener sentido.

Damián estaba celoso de Dick ¿Pero porque? Es decir Tim noto que Damián se volvió extrañamente unido a Sia el último tiempo, pero lo único que Dick hizo fue bailar con Sia, mientras que Damián paso todo el día con Sia, ¿Realmente se podía ser tan posesivo? Tonta pregunta, Damián era un Alghul por supuesto que podía ser así de posesivo y mezquino.

— Pero es porque a ti no te gusta bailar. — Contesto Sia haciendo un pequeño puchero. — Yo quería bailar con Dami. — Dijo viéndole a los ojos y Damián claramente se ablando por qué cedió en el abrazo devolviendo este.

— TT. — Chasqueo la lengua evitando su mirada — La próxima vez cuando quieras hacer algo pídemelo en lugar de sacar conclusiones por tu cuenta.

— Entonces ¿Bailarás conmigo? — Preguntó pareciendo brillar y Tim a veces sospechaba que en lugar de parte Angel, Sia era parte estrella porque las personas no se suponía que brillarán de esa forma.

— TT, como sea. — Concedió ganándose que Sia prácticamente se lanzará sobre el quedando colgada de su cuello, y como si no pesara nada Damián tan solo avanzó a la pista de baile.

Y Tim supo que esto solo podía terminar muy mal, por lo que suspiro tomando una copa dejando el control de daños para mañana.

Y... ¿Donde estaba Dick? Tim al recordar a su otro hermano lo busco con la mirada algo preocupado ya que el no era de abandonar los por su cuenta a men— no esperen solo estaba bailando con una chica que a diferencia de Sia si parecía querer su atención, bien Tim finalmente podía disfrutar un trago tranquilo.

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Damián tenía una alta tolerancia al alcohol debido a la forma en que fue criado, pero aún a pesar de saber eso quería culpar al alcohol por los extraños sentimientos en su pecho al tener a Sia tan cerca moviendo su cuerpo al mismo ritmo que el suyo.

Sabía que no debía encontrar la forma en que Sia parecía encajar entre sus brazos tan perfecta pero llevaba un tiempo peleando con sus propios pensamientos y ahora parecía que el alcohol le estaba proveyendo con la excusa perfecta para probar sus límites.

Sia era hermosa, casi demasiado, razón por la que no le costó mucho creer que era parte angel, pero eso no era todo, Damián había conocido a personas aún más hermosas — no muchas pero si algunas — y nunca se sintió atraído por ellas.

Era algo sobre Sia, su forma de que a pesar de haber crecido en la liga, y de ser criada por el diablo, aún seguía siendo tan... Inocente, viendo lo bueno en todo y en todos, y si no había nada bueno entonces ella amaría lo malo e incluso lo feo también.

Ella era demasiado buena y Damián quería proteger la de todo lo que pudiera hacer le daño, pero a la vez una parte del deseaba manchar esa pureza, probar sus límites y ver si después Sia aún podía seguir viéndole con la misma adoración y cariño que siempre.

Y Damián sabía mejor que nadie que esos no eran pensamientos que debería tener, en especial con su hermana menor, porque a pesar de que a Sia parecía no importarle, ellos compartían la misma sangre y cualquier cosa entre ellos más allá de lo fraternal estaba ma—

— Dami. — Escucho que susurraban en su oído y se detuvo en sus pensamientos bajando la mirada a Sia quien le sonrió antes de alejarse pero tomando su mano para guiarlo con ella y Damián sin saber que estaba pasando tan solo pudo seguirla en silencio.

De repente Damián no estaba tan seguro de que está fuera la primera vez de Sia en este club y vagamente recordó que su Padre le mencionó que antes de conocer a Sia está se escabulló del motel donde estaba para conseguir compañía.

Subieron un par de escaleras pasando una puerta de seguridad que al abrir dio con la azotea del lugar. En cuanto salieron el aire frío de la noche de Gótica los recibió, pero a su vez debido a que el edificio era algo alto también lo hizo algunas estrellas que no estaban completamente ocultas por la contaminación de la ciudad.

— Se que los multitudes no son lo tuyo. — Contesto antes de que el pudiera preguntar acercándose a la orilla del techo apoyándose en una baranda. — Son hermosas. — Comento con su mirada en el cielo, y Damián quería decirle que ella lo era aún más pero se contuvo.

Trago saliva acercándose a Sia con cuidado, y cerró los ojos tomando una decisión.

Solo lo haría una vez, para probarse a si mismo que no sentía nada y estaba confundiendo sus sentimientos de fraternidad por algo más.

Con delicadeza puso su mano sobre el rostro de Sia haciendo que se diera la vuelta para verle de frente y puso ambas manos con suavidad en sus mejillas acercándo lentamente sus rostro hasta que sintió un leve empujón en su pecho y se detuvo de inmediato.

— La primera vez que me beses, no quiero que le eches la culpa a nada más que a mí. — Sonrió Sia estirándose un poco para besar su frente. — y que lo únicos que puedas probar sea a mi. — Añadió cerrándole un ojo antes de darse la vuelta para ver las estrellas de nuevo.

Y Damián tuvo que detenerse un segundo para controlar el ritmo de su corazón, que estando seguro que algún día Sia sería la causa de su muerte.

Good is the New BlackWhere stories live. Discover now