No Seas Caprichosa,Bellatrix.

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— TÚ... ¡ASQUEROSA SANGRE SUCIA! —vociferó Bellatrix a todo pulmón con su mirada desquiciada, señalando a la castaña qué no paraba de temblar en su sitio—. ¡Tú, me trajiste aquí!

—N...n...noooooo, yo no—logró decir, con un hilo de voz.

—¡No mientas, maldita!—y acercándose a toda velocidad la empujó con tal fuerza, que la hizo trastabillar, cayendo con un golpe seco sobre la alfombra.

—No, lo juro. Yo no fui.

Bella se subió a ahorcadillas sobre el vientre de la castaña y comenzó a estrangularla con una mirada asesina.

Hermione miró de reojo el anillo y luego a Bella que seguía encarnizada, no podía respirar, y lo único que se le ocurrió fue..., agarrarla de los pelos ¡Eso haría! Sus pulmones exigían oxigeno y urgente, así qué...cinchó con todas sus fuerzas.

— ¡Maldita mocosaaaa! Suéltame los pelos—gritó clavándole las uñas en los brazos.

Con un último cinchón, que creyó por un momento que le arrancaría media cabellera, logró separarla de ella.

—Sabes qué te mataré, ¿no?—escupió, palpándose la cabeza, comprobando que no faltaba nada.

—Sí, lo sé—dijo recuperando el aliento—. Pero, déjame aclararte algo—sé irguió tomando coraje y la enfrentó—. No sé cómo llegamos hasta aquí, y menos porque estoy contigo en una misma habitación, —mintió descaradamente—pero ya me estoy yendo—afirmó, fingiendo no saber nada del asunto.

— ¡No podrás, estúpida niña!

— ¿Qué, acaso me lo impedirás ahorcándome de nuevo?

—Sí tuviera mi varita ya estarías muerta—bramó enloquecida.

Hermione se encaminó a la salida, ignorando la sarta de improperios. Abrió la puerta y simuló intentar salir, ¡qué buena actriz soy! Se felicitó—. ¿Una barrera protectora?

—Te lo dije, no podemos salir—pateando la pared más cercana pegó un grito ensordecedor, lleno de frustración. Y en un movimiento se acercó amenazante para hablarle en un susurro—. Hay una "SOLA" habitación, con una "SOLA" cama..., y ni pienses sangre sucia que la compartiré contigo—girando sobre sus talones se encerró en la alcoba, pegando un portazo.

Respira, respira Hermione, se repitió entrando de nuevo en la salita y dejándose caer en el sillón más próximo.

Bueno, no había salido tan mal después de todo, pensó mirándose los brazos lastimados. No era para tanto, podría haber sido peor. De todas formas, tendría que curarse los arañazos para que no se infectaran.

Estaba completamente exhausta a pesar de que no eran más de las cuatro de la tarde. Pero no era un buen momento para dormir ¡Igual no podría! Así qué, se levantó y decidió prepararse una taza de café ¿Y, sí le ofrezco uno? Seguro me lo tira en el medio de la cara, quemándome toda, se rió.

Comprobó que en las alacenas tenían suministros suficientes para tres meses o más.

Mientras que puso agua a calentar, se dio cuenta que tenía que ir con urgencia al baño y agradeció mentalmente que estuviera fuera de la habitación, sí no tendría que hacer sus necesidades en el jardín. Hizo una mueca de asco de sólo pensarlo.

Por lo menos Bella sí tendría que salir para ir al baño y comer, ¿no? Aunque... esa demente, igual se dejaba morir de inanición con tal de no verle la cara.

Después de beber su café y darse una ducha rápida, que la había regresado parte de las energías, se dispuso a recorrer la casa ya qué no tenía otra cosa mejor que hacer.

Bella seguía encerrada. de vez en cuando se escuchaba claramente como pateaba los muebles, la puerta y arrogaba alguna que otra cosa a los gritos, pero en ningún momento había salido.

Fue al jardín trasero. no era un espacio muy grande, pero estaba bien arreglado. A la derecha había un juego de patio en madera oscura, cuatro sillones chicos con almohadones mullidos color vino y una mesita con un juego de té, pronto para usar.

A su izquierda una hamaca espaciosa con estampados oscuros, daba la apariencia que entraban cómodamente tres personas. Pero lo más impresionante era el paisaje montañoso cubierto de nieve. era realmente hermoso. y las barreras protectoras daban la temperatura perfecta si se le ocurría pasar toda la noche allí. Recorriendo el resto, decidió que aquel lugar era su favorito, a parte de la habitación ¡claro!, pero no por la habitación en sí, que ni siquiera había tenido oportunidad de conocer.

Esa noche Hermione, poco pudo dormir había elegido el jardín como su dormitorio improvisado para no enloquecerse con los ruidos constantes que provenían de la alcoba. Menos mal que la casa estaba bajo un hechizo de silencio y también nadie podía verlas.

¿Qué pensarían los vecinos si no fuera así? Seguro creerían que su amada era una siquiátrica escapada del manicomio ¡sí! eso mismo, sonrío y cerró sus ojos, para tratar de dormir un rato y soñar como todas las noches con esa mirada asesina, que para ella, era la más bonita del mundo.

Cuatro días habían pasado y Bellatrix no daba señales de vida. Hermione sólo había comprobado que muy entrada en la madrugada se dirigía al baño a toda velocidad para luego encerrarse otra vez. Eso la había tranquilizado un poco. Pero no comía desde su llegada y sabía que si ella no daba la iniciativa. la terquedad de esa mujer la llevaría a morir de hambre sin mover un sólo dedo para evitarlo.

Así qué, esa mañana se armó de valor y se dispuso a prepararle el desayuno. No sabía qué era lo que le gustaba, por lo tanto, colocó en una bandeja un poco de todo: pan tostado con mantequilla, mermelada, un tazón de frutas, otro con cereales y una jarra llena de té de manzanilla ¡Capaz, eso la tranquilizaba un poco! , pensó divertida.

Cuando estuvo todo listo, tomó la bandeja y la depositó en el suelo junto a la puerta de la habitación. se tomó un momento para respirar y calmar sus nervios y tocó tres veces ¡Por supuesto que no le contesto nadie! "Muy bien, amor, no me quedaré de brazos cruzados"

— ¡Tienes que comer. no seas caprichosa, Bellatrix!— ¿caprichosa, le había dicho?, se tapó la boca para no reírse de su atrevimiento "ahora sale y me mata"

—CALLATE ASQUEROSA SANGRE INMUNDAAAA—ladró, arrogando un objeto desde él otro lado de la puerta.

— ¡Como quieras!, pero esta sangre inmunda te preparó el desayuno. Iré a él jardín y te dejaré la bandeja aquí, por sí la quieres—y con su comida en mano se fue, dándole espacio. Esperaba con el alma que aceptara, porque sí no tendría que invocar el anillo antes de tiempo. No la dejaría morir de hambre y obligarla...era una idea ridícula.

Hermione se tomó su tiempo para desayunar. Y aprovechó para escribirles una carta a sus amigos.

Moría de ganas de fijarse si la bandeja seguía en el pasillo, pero sabía que sí se asomaba y justo abría la puerta y la veía, echaría todo a perder. por lo tanto, si tenía que quedarse toda la aburrida tarde en el jardín, lo haría.

Absorta en su escritura creyó escuchar un casi inaudible crujido. Lentamente dejó su pergamino a un lado y contuvo la respiración. Se levantó lo más sigilosamente posible. La curiosidad la estaba carcomiendo. Cruzó la puerta y se inclinó con cuidado para divisar la entrada de la alcoba. Y efectivamente lo había conseguido...

La bandeja "No" estaba.

Mi inesperada familia del corazónNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ